Ruanda podría convertirse en el próximo actor internacional en la exportación de aguacates frescos, con volúmenes que esperan superar las 16.000 toneladas anuales para 2026, según la agroexportadora Souk Farms.

Actualmente, la agricultura es la espina dorsal de la actividad económica de Ruanda, y aproximadamente el 70% de la población trabaja en el sector, según la FAO. En total, cerca del 72% de la población activa ruandesa está empleada en la agricultura y actividades afines. 

El sector representa el 33% del PIB nacional. Según Souk Farms, las exportaciones hortícolas han crecido de forma constante en la última década y se han establecido además del té y el café, productos que tradicionalmente exporta el país. 

El aumento de los envíos de frutas y verduras está impulsado principalmente por el aguacate, las judías verdes, los chiles ojo de perdiz y los chiles habaneros.  

"En el caso del aguacate, las exportaciones de Ruanda podrían aumentar más de un 600%, hasta alcanzar las 16.000 toneladas anuales en 2026, sobre la base de los árboles plantados hasta la fecha. Lo mismo puede decirse de otras hortalizas, como los chiles y las judías verdes, que están experimentando un fuerte crecimiento de más del 30% anual", afirma Seun Rasheed, Director General de Souk Farms.

El ejecutivo explica que, aunque Ruanda es un país emergente en el mercado agrícola internacional, ya que sus exportaciones de horticultura y agricultura datan de hace menos de 10 años, las condiciones climáticas favorables de la región son una ventaja competitiva.

Además, las políticas gubernamentales han reforzado su posición y recompensado los esfuerzos de los agricultores y el gobierno para promover la agroindustria.

"Producimos durante todo el año y tenemos capacidad para abastecer el mercado internacional de forma estable, además de que nuestros costes de producción siguen siendo más bajos a pesar de los recientes aumentos", añade Rasheed.

Las buenas prácticas agrícolas son también de gran importancia para los ruandeses, ya que el país trabaja activamente por la sostenibilidad.

"Hemos visto los efectos de la situación económica y medioambiental en varios países, y aprendemos las lecciones adecuadas para que nuestra agricultura sea sostenible. Estamos adoptando cada vez más sistemas de irrigación, energía y fertilización que refuerzan nuestra resistencia a las crisis", afirmó Rasheed.