Podríamos catalogar el manejo integrado de plagas como un término medio entre la agricultura intensiva y la agricultura ecológica. Sería algo así como aprovechar los medios químicos que las industrias nos ofrecen pero utilizarlos con sumo cuidado, en dosis totalmente controladas y en momentos específicos del cultivo. Todo esto y mucho más te lo contamos en este artículo sobre el manejo integrado de plagas.
Esta vertiente tiene dos nombres: o bien es manejo integrado de plagas o bien es conocida como control integrado de plagas. Se puede definir como una estrategia en el que se usan todos los medios posibles para manejar el cultivo de la forma más eficientemente posible.
No podríamos establecer un porcentaje, pero hemos de decir que el manejo del cultivo influye notablemente en el resultado de la producción. En la agricultura hay una serie de labores que condicionan cosas tan importantes como el ataque de plagas y enfermedades, la aportación de fertilizantes, el riego, etc.
Dentro del manejo integrado de plagas hay algunas prácticas muy interesantes, que se utilizan cuando los niveles mínimos de la plaga o enfermedad no llegan a umbrales de utilización de productos químicos.
Pueden ser los siguientes:
- Eliminación de plantas enfermas.
- Limpieza de los labores de trabajo (tijeras, serruchos, cortadores, etc.). Así evitamos la propagación de virus por vía mecánica.
- Mantener unos niveles adecuados de fertilidad. No pasarse con la incorporación de nitrógeno y controlar los niveles de patógenos en el suelo (nematodos, larvas de insectos de suelo, hongos y bacterias).
- Comprobar el sistema de riego. En concreto, su uniformidad, con el objetivo de evitar encharcamientos innecesarios que promuevan el desarrollo de hongos de zonas húmedas.
- Selección del mejor material vegetal. En esto hay muchas opciones. Elegir variedades resistentes a las características donde plantemos. Entre estas elecciones consideramos las características de nuestro suelo (arenoso, limoso, arcilloso), el drenaje, las plagas y enfermedades más comunes, etc.
- Control de hierbas. Las hierbas adventicias pueden ser un reservorio de plagas y enfermedades. Por ejemplo, los trips suelen habitar zonas con crecimiento de hierbas antes de atacar a los cultivos.
- Labrado, poda y eliminación de rastrojos:
- Poda de control: eliminando partes afectadas de la planta evitamos su propagación por el resto de partes vegetales. También, debemos eliminar o quemar dichos restos para evitar que pueda ser un reservorio futuro de insectos u hongos.
- Labrado: para según qué hongos o insectos que habitan el suelo, el arado puede ser una buena técnica para modificar la vida de estos patógenos en el suelo, eliminar huevos e interrumpir su reproducción.
De siempre, en la cultura del agricultor, en el momento que veía una plaga (una pequeña colonia de pulgón, trips, araña, etc.), solía cargar sus atomizadores y aplicar fitosanitarios por doquier en toda la plantación. Así se quita de un plumazo todo el problema.
Con respecto a esto, hay veces que una plaga o enfermedad se le puede escapar de las manos en cuestión de pocos días, pero lo que se busca en el manejo integrado de plagas y enfermedades es la supervisión constante del cultivo, con el fin de atajar de forma efectiva los inicios del ataque de cualquier insecto o plaga.
El muestreo, se basa en medir el porcentaje de cultivo (u hojas) afectado de una plaga. Si dicho porcentaje está por debajo de los niveles recomendados en producción integrada, el cultivo no se someterá a tratamiento químico, sino que se evaluarán otras soluciones como control biológico o mecánico.
Por ejemplo, en el manejo integrado de plagas para frutales de hueso, una recomendación para tratamiento con pulgones es únicamente aplicar productos químicos cuando más del 5% de los brotes están afectados.
El manejo integrado de plagas no limita el uso de fitosanitarios de síntesis, ya que no se trata de agricultura ecológica, si no un término medio, como hemos comentado antes.
Al respecto, la producción intregrada busca el uso de los productos químicos autorizados según el país en el momento y la dosis justa, con un número máximo de aplicaciones.
Se entiende que cuando se permite el control químico es porque se garantiza que no habría otra solución más lógica y coherente para controlar la plaga o enfermedad y que no vaya a más.
La búsqueda del equilibro entre organismos (y microorganismos) es el objetivo último que se persigue en la agricultura. Cuando aparecen estos desequilibrios es cuando un organismo destaca por encima de otro. Encima, los patógenos tienen las de ganar, porque se alimentan casi exclusivamente del cultivo que cultivamos, por lo que tendrá comida suficiente para aumentar su población y volverse más agresivos.
El uso de depredadores, parásitos y otros organismos de protección mantienen a raya dichos patógenos, los cuales reducen su población, su agresividad y, por tanto, el daño en el cultivo.
Utilizados de forma eficiente, en el momento justo y con la dosis recomendada, pueden evitar la presencia y el ataque de muchas plagas.
¿Un ejemplo? Bacillus thuringiensis (contra orugas), Orius (contra trips), Chrysopas (contra trips), Cocinella (pulgones), Aphytis (contra piojos), Aphanteles sp. (contra anarsia).
Una nueva investigación de la Universidad de Florida muestra que los productores pueden ahorrar hasta un 67%, o hasta medio millón de galones por acre por temporada, al alternar los ciclos de riego intermitente por aspersión entre encendido y apagado, logrando el mismo rendimiento.
Un equipo de investigadores del INTA y del Conicet determinó que la revegetación con Brachiaria brizantha mejoró significativamente las propiedades de suelos degradados.