Como factores climáticos y estrés en los cultivos destacan los causados por bajas temperaturas (estrés por frío, estrés por helada) o por elevadas temperaturas (estrés por golpe de calor).
Por debajo o por encima de una determinada temperatura, dependiendo del vegetal, las plantas sufren daños severos que limitan su óptimo funcionamiento.
Una exposición al frío paraliza actividades enzimáticas e induce un descenso en la fluidez de las membranas celulares, con lo que el transporte de agua y nutrientes a través de las mismas puede verse afectado y la planta deja de producir. Si la bajada de temperatura es intensa y repentina la planta corre el riesgo de congelación, con la consiguiente formación de cristales de hielo dentro de la célula, que provocarán una fuerte deshidratación celular.
Una exposición prolongada a temperaturas extremadamente elevadas daña a la célula por inactivación de enzimas y desnaturalización de proteínas, lo que induce un aumento en la fluidez de las membranas celulares, es decir, la permeabilidad de los solutos a través de ellas queda alterada. El calor intensifica también la respiración de las plantas con relación con la fotosíntesis, lo que puede provocar una paralización del crecimiento.
El reciente avance agro tecnológico Nitrolyzer promete revolucionar este sector mediante la producción local de amoníaco sin emisiones.
Grapholita molesta, conocida como la polilla oriental del duraznero o palomilla oriental de la fruta, pertenece a la familia Tortricidae.
Cualquier agricultor dedicado a la producción de vid y vino ha tenido en su mente alguna vez en la vida la plaga filoxera de la vid.