Este mes falleció Pablo Passalacqua Quiroz. Desde la industria chilena, recuerdan a “Pablo como un fiel representante de los ingenieros agrónomos y empresarios que ayudaron a sentar las bases de la gran industria exportadora de frutas de Chile, que hoy es ciertamente uno de los orgullos de este país”.

Desde la docencia, fue profesor de la cátedra de “Fertilidad y Fertilizantes” en la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica, donde se desempeñó en la formación de toda una generación de profesionales.

Como profesor destacó por su permanente preocupación por el aprendizaje de los estudiantes y, además, por una especial cercanía y calidez con sus alumnos, aspecto que le significó seguir en contacto, tanto profesional como socialmente, con un buen número de ellos. Esta labor docente la complementó entusiastamente en Colina organizando grupos de instrucción de trabajadores, y posteriormente los exitosos Grupos de Transferencia Tecnológica con sus vecinos agricultores.

“Como empresario y administrador, Pablo trabajó con distintas frutas y hortalizas, pero sin duda su pasión era la uva de mesa, en la que llegó a ganarse un bien merecido renombre como productor de alta calidad de fruta, aspecto por el cual el mercado supo premiarlo".

"Destacó también por su gran capacidad organizativa, que desplegó con generosidad en la implementación de las numerosas faenas agrícolas de los diferentes campos que lideró, en la zona de Colina y Chacabuco, todos ellos caracterizados por el sello de pulcritud que Pablo imponía”, destacaron.

Así, bodegas, campos, caminos, estaban siempre impecables.Asimismo, sobresalieron en él su trato amistoso, su cercanía y su permanente preocupación por el bienestar de sus empleados, resaltando con ello, su perfil humano, como administrador y jefe.

Esa misma preocupación por el bienestar de su gente y el entorno en donde se desempeñaba, llevó a Pablo junto a otros empresarios, a fundar en 1991, la “Corporación para el Progreso de Colina”, orientada ayudar y apoyar a los vecinos de la comuna y luego, para los muchos que fueron quedando sin trabajo por la urbanización de predios agrícolas, la Corporación desplegó una gran labor capacitando en oficios como Jardinería, Peluquería, Pastelería y otros, formando una red de microempresarios para atender a los nuevos vecinos de la comuna.

Pablo fue protagonista en la incorporación de empresarios colaboradores de la Corporación, y posteriormente de la integración con la Municipalidad.

Es muy posible, que si cada comuna de Chile, tuviera un Pablo Passalacqua, nuestro país sería mucho más grato de habitar.

En el campo deportivo, Pablo fue un entusiasta golfista, área en donde ciertamente destacó mucho más por sus virtudes humanas que por las deportivas, pero no por que fuera un mal golfista, sino por que era un tremendo ser humano.

Finalmente, desde la óptica de lo privado, Pablo fue un gran esposo y padre de familia, y supo compartir e integrar las actividades propias de la vida y la cultura rural, con todo su entorno familiar y sus colaboradores.