El Kumquat también es conocido como el naranjo enano o Quinoto. Su nombre científico es Fortunella spp. y pertenece la familia de las rutáceas.
Originalmente proviene de China, en donde es mejor conocido como Kinkan o Chuikan y fue introducido en el territorio europeo hacia el siglo XIX. Se cultiva también en Argentina, México, Brasil y Estados Unidos.
Es capaz de alcanzar los 5 metros de altura. Sus ramas son angulosas, lisas y en ocasiones espinosas. Las hojas son lanceoladas y cuentan con un color verde oscuro en la zona del haz, mientras que en el envés tienen un color mucho más claro.
En el caso de sus flores, pueden aparecer solitarias o en racimos de 1 a 4, son axilares, hermafroditas y presentan un color blanco.
Se trata de un hesperidio ovoide que puede alcanzar hasta los 5 centímetros de largo, siendo comestible para el ser humano. Su pulpa tiene un sabor ácido y es de color naranja.
El fruto comienza a nacer durante el principio del otoño y alcanza su madurez para el final de esta temporada. En ocasiones este tiempo puede extenderse hasta comienzos del invierno.
Su piel resulta bastante frágil y fina. Por esta razón se recomienda conservarse en el refrigerador máximo por tres semanas y por siete días fuera de él.
Principalmente:
Es un árbol que en general no requiere tantos cuidados y que es perfecto para ser plantado en jardines. Si quieres cultivarlo, debes tener en cuenta lo siguiente:
Como la mayoría de los árboles, los kumquat están expuestos a diversas plagas y estas son las más comunes:
Un insecto de tamaño pequeño y lepidóptero. Sus larvas se alimentan de las hojas y son capaces de crear galerías, lo que produce una reducción del crecimiento.
Una de las plagas más frecuente de los árboles frutales y ocasionan el daño directamente en los frutos ya que allí depositan sus larvas.
Son un tipo de insecto que se alimenta de la savia del árbol lo que les produce debilitamiento.
Se alimenta principalmente de la savia de las hojas y segregan melaza. Esto produce que el árbol no sea capaz de llevar a cabo la fotosíntesis.
Un gel agrícola ecológico lleno de nematodos que protege los cultivos sin necesidad de pesticidas nocivos para el entorno.
Estos beneficios hacen de las cáscaras de limón un recurso valioso y multifuncional para el cuidado de rosales en un huerto urbano o jardín.
El cultivo de betarragas, también conocidas como remolachas, es una práctica hortícola valiosa por sus múltiples beneficios nutricionales.