La biofumigación es la técnica de desinfección de suelos. Consiste en usar los gases que desprende la descomposición de residuos vegetales agregados al suelo, para disminuir la incidencia de plagas y enfermedades.
En particular las plagas de la familia Brassicaceae (repollo, brócoli, coliflor y rabanito) emiten gases que son tóxicos para gusanos del suelo hongos y malezas. Esta técnica se ha utilizado en el cultivo de tomate, berenjena, haba, etcétera.
Para aumentar la calidad de la biofumigación se puede agregar plástico arriba del terreno una vez triturado y agregado el repollo o coliflor dándole un extra con la solarización.
Esto se realiza de la siguiente manera: Después de haber incorporado el material picado de repollo a el cultivo de terreno se colocan mangueras de riego colocadas en su surco, después se coloca el plástico transparente en toda la superficie de siembra Incluyendo los callejones.
Se debe de regar 5 horas continuas por 2 días dejando los plásticos de 30 a 45 días tomando en cuenta que debemos de tener disponible la luz del sol al menos 6 horas del día esto para que nuestra solarización y biofumigación sean más eficaces.
Una nueva investigación de la Universidad de Florida muestra que los productores pueden ahorrar hasta un 67%, o hasta medio millón de galones por acre por temporada, al alternar los ciclos de riego intermitente por aspersión entre encendido y apagado, logrando el mismo rendimiento.
Un equipo de investigadores del INTA y del Conicet determinó que la revegetación con Brachiaria brizantha mejoró significativamente las propiedades de suelos degradados.