Agricultura Convencional

Hormonas de enraizamiento: ¿cómo utilizarlas?

30 Diciembre 2021

Las hormonas, como ocurre también en los animales, realizan un papel fundamental en la fisiología de las plantas, y su correcta utilización puede suponer un auténtico éxito o un verdadero fracaso en el mantenimiento y cuidado de cualquier cultivo. En este caso, las hormonas de enraizamiento es un producto bastante utilizado en jardinería por su capacidad para facilitar la reproducción de esquejes y tallos, así como en la germinación de semillas.

Nada más lejos de la realidad. Las hormonas pueden tener una procedencia totalmente natural, como ocurre con muchos extractos de algas que se comercializan y utilizan desde hace bastantes años en cualquier segmento de la agricultura.

Hormonas de enraizamiento De otra forma, también podemos encontrar hormonas en agricultura para determinados fines que tienen su origen en laboratorio, es decir; son sintetizadas y no se obtienen de la naturaleza, pero bien gestionadas, proporcionan muy buenos resultados.

En este artículo queremos destapar el concepto de hormona de enraizamiento, así como enseñar cuál es el mejor uso que se puede dar a este producto de fácil obtención en muchas tiendas online y viveros. Dosis, forma de uso, precio y un largo etcétera.

Qué son las hormonas de enraizamiento

Las fitohormonas de enraizamiento, como también son conocidas, son compuestos de obtención natural o sintética que, en muy bajas dosis, provocan un estímulo positivo o negativo en la planta. En general, provocan cambios en los patrones de crecimiento de los vegetales a nivel celular.

Cuando hablamos de hormonas enraizantes, se limita el grupo a un determinado grupo de componentes que tienen acción directa sobre la producción de nuevas raíces, conocidas como pelos absorbentes sobre la parte basal de cualquier esqueje, tallo o planta.

Principales hormonas para enraizar

Las que mejor efecto se han visto en la producción de nuevas raíces, especialmente sobre estacas leñosas y esquejes herbáceos, son las fitohormonas auxínicas conocidas como ANA (Ácido 1 – Naftilacético) AIB (Ácido 3 – Indolbutírico).

Sin embargo, también podemos tener un efecto positivo sobre la producción de raíces con otras hormonas de enraizamiento de origen natural, como es el caso de algunas de origen auxínico como el ácido indolacético (AIA), de ocurrencia natural en diferentes grupos de algas y microorganismos, así como su combinación con citoquininas.

Lo cierto es que el mundo de las fitohormonas está aun en desarrollo, ya que la combinación entre ellas; su dosis y el cultivo al que van dirigidas cambian drásticamente los resultados de su aplicación.

Ácido indolbutírico (IBA): conocido científicamente como ácido indol-3- butírico, esta fitohormona realiza su actividad principalmente en la raíz y en la formación de callos, aumentando el desarrollo y la emisión de pelos absorbentes. Su aplicación en concentraciones de 0,05% (500 ppm o mg/L) provoca un estímulo directo en el enraizamiento de estacas leñosas.

Ácido naftalacético (ANA): pertenece igualmente a la familia de las auxinas y es usada específicamente para el enraizamiento de estacas, cuando son aplicadas directamente sobre la parte basal de un tallo, o para el aclareo de frutos, cuando son aplicadas de manera foliar.

Composición comercial

La combinación de ambas fitohormonas auxínicas de origen sintético han demostrado tener el mayor poder de efectividad en la emisión de raíces en todo tipo de plantas (herbáceas, estacas leñosas, árboles, etc.), por lo que la mayoría de productos comerciales se basan en una mezcla de ambos compuestos.

Están compuestas por 0,1-0,2% ANA (ácido naftalacético) + 0,05% AIB (ácido indolbutírico). Esta fórmula puede venir presentada en gel (cómodo de aplicar)>; en polvo (para impregnar la estaca o raíz) o bien en líquido (para aplicar en inmersión diluido con agua).

Hormonas de enraizamiento

Hormonas de enraizamiento naturales

Ahora bien, si queremos trabajar en agricultura ecológica, la mayoría de productos de este tipo de origen sintético no están permitidos. Sin embargo, la naturaleza nos puede proporcionar alternativas más que funcionales para lograr una mayor producción de raíces frente a los tratamientos convencionales.

El resultado no es tan eficaz como con las fitohormonas sintéticas, pero son una excelente alternativa cuando buscamos soluciones naturales.

Ácido indolacético (AIA): Es una de las hormonas auxínicas naturales más comunes, y son producidas en muy bajos niveles por las propias plantas. También podemos encontrar algunos organismos (como las algas marinas, microalgas o bacterias) que pueden producir cantidades decentes de esta hormona.

Su actividad abarca mucho más que el desarrollo de raíces laterales y adventicias; también es eficaz en el desarrollo de frutos (división y engorde celular) cuando es combinado con otras hormonas (citoquininas y giberelinas).

Las algas oceánicas albergan una gran cantidad de compuestos orgánicos bioestimulantes para las plantas. Las principales utilizadas y autorizadas (en España) en agricultura son Ascophyllum nodosum (composición hormonal equilibrada) y Ecklonia Maxima (mayor actividad auxínica).

Ácido salicílico: Además de las hormonas de enraizamiento, también existen compuestos que tienen actividad directa sobre el enraizamiento, como el ácido salicílico (no confundir con ácido acetilsalicílico, la aspirina), presente en la corteza de sauce o en algas pacíficas como Gelidium robustum.

Rizocalina: Es un compuesto que emiten diferentes tipos de planta que también es utilizado por su potencial enraizante, por lo que el secreto estará en la combinación ideal de todos estos compuestos.

Hormonas de enraizamiento

Compuestos naturales

En internet también podemos encontrar algunas recetas naturales donde se usan legumbres y plantas por su poder enraizante. Un caso es es el de las lentejas recién germinadas o corteza de sauce, donde se concentran en agua para intentar sacar un jugo que contiene una minúscula (pero activa) fracción de auxinas naturales que pueden tener acción sobre las raíces de las plantas.

Piensa que la actividad del AIA (ácido indolacético) para tener un efecto positivo sobre la raíz se reduce a una concentración molar de 1^-10 M (molar), y un exceso puede crear un efecto totalmente contrario, la inhibición de emisión de raíces.

¿Cómo se utilizan las hormonas de enraizamiento?

Un punto muy importante de este artículo es saber cómo utilizar las hormonas de enraizamiento.

La mayoría de productos comerciales que contienen hormonas de enraizamiento que vamos a comprar vienen con instrucciones muy claras sobre su uso. Sin embargo, dependerá de la composición y el formato de presentación (polvo, gel o líquido) la mezcla y la dilución que tendrás que hacer.

  • 1. Hormonas en gel: simplemente introduciremos el esqueje en el gel impregnando todo el tallo muy bien, y posteriormente plantaremos en una maceta con sustrato previamente humedecido.
  • 2. Hormonas líquidas: necesitan diluirse en la proporción que el fabricante establece, dejando entre 10 y 20 minutos sumergida la parte basal del esqueje.
  • 3. Hormonas en polvo: suelen presentarse en un sobre protegido (el ácido indolbutírico es sensible a la luz) y se diluye en una cantidad específica, según fabricante, creando un líquido hormonal. Dejaremos el esqueje sumergido durante unos minutos antes de su plantación.

Usos de algas y extractos naturales: algunas algas, especialmente Ecklonia Maxima, se pueden utilizar para producir raíces bajo este mismo procedimiento, pero de forma natural. Bastará con crear un líquido con una concentración del 1-2% de esta alga y sumergir el esqueje o la semilla durante 10 minutos.

¿Cómo hacer hormonas de enraizamiento caseras?

Aunque su funcionalidad se aleja de los resultados obtenidos con los productos anteriormente comentados; puede ser interesante realizar una prueba si buscamos una opción totalmente natural y casera.

Enraizante natural de lentejas

  1. Mezcla en un recipiente 1 parte de lentejas por 4 de agua. Tápalo para que no penetre la luz y déjalo 24 horas en remojo.
  2. Al día siguiente, quitar el agua sobrante (pero no la tires) y continua guardando las lentejas en oscuridad.
  3. Continua humedeciendo cada pocos días las lentejas para que no se sequen por completo, aprovechando el agua anterior.
  4. En 3 o 4 días las lentejas habrán germinado, por lo que es momento de volver a hidratar de nuevo con agua.
  5. Tritura con una batidora toda la mezcla y vuelve a añadir algo de agua hasta formar una especie de pasta acuosa. Esta pasta puede ser aplicada directamente sobre los esquejes para estimular la producción de nuevas raíces.

El contenido de este artículo de nuestra sección de Agrotecnia fue elaborado por www.agromatica.es, el cual fue revisado y reeditado por Portalfrutícola.com

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