En este artículo veremos cómo cultivar sandías y melones en tu huerto de manera sencilla y daremos algunos datos técnicos sobre cómo cultivarlos mediante hidroponía.
La sandía también conocida como patilla, aguamelón o melón de agua pertenece a la familia de las cucurbitáceas al igual que la calabaza, el calabacín y el pepino. Este fruto proviene de un planta rastrera anual, la cual puede llegar a medir hasta cuatro metros de largo dependiendo de la variedad y la técnica de cultivo.
Su nombre científico es Citrullus lanutus y se caracteriza por presentar hojas grandes en forma de aproximadamente de 20 centímetros de ancho y 15 centímetros de largo, las cuales tienen una coloración verde intensa; además cuenta con pequeñas flores amarillas de apenas cuatro centímetros de diámetro de donde brotan los frutos que, dependiendo de la variedad pueden alcanzar un tamaño de 80 centímetros y desarrollar una forma ovoide o redonda; además estos pueden tener una coloración verde uniforme o exponer algunas franjas en la cáscara.
Este fruto se originó en el desierto del Kalahari en África, lugar donde era muy apreciada por su alto valor nutritivo y de donde se expandió a distintas regiones como Europa, Asia y América. En la actualidad, la sandía se cultiva prácticamente en todo el mundo principalmente en lugares donde las condiciones climáticas son cálidas y poco lluviosas.
Otra de las cualidades que tiene la sandía es que se puede adaptar fácilmente, siempre y cuando se le aporten las condiciones adecuadas para su crecimiento, esto implica poca humedad, suelos con buen drenaje y buena iluminación. Una opción ideal para cultivar este fruto en casa es la hidroponía, ya que gracias a esta técnica es posible cubrir lo requerimientos de la planta y optimizar todos los recursos.
Para llevar a cabo su cultivo sólo se necesitan los siguientes materiales: semillas de sandía (la variedad va a depender de la región y de las necesidades del productor); una cama de cultivo o un contenedor similar; una mezcla de sustrato franco arenoso de 70 por ciento peat moss y 30 por ciento agrolita; agua y solución nutritiva para flores.
El primer paso es ubicar un sitio en el hogar para colocar la cama de cultivo, es importante que éste reciba por lo menos 12 horas de luz solar al día, ya que la sandía necesita de climas cálidos para su correcto crecimiento. Una vez situado el lugar hay que preparar el sustrato, para esto hay que humedecerlo un poco con agua y colocarlo dentro del contenedor.
Cuando el sustrato esté listo es momento de introducir las semillas, se recomienda poner una planta por contenedor, esto significa que dentro de la cama de cultivo sólo se debe poner de una a cuatro semillas para asegurar el éxito en la producción. Durante su periodo de germinación y hasta la floración es importante regar a la planta de forma constante para beneficiar el desarrollo radicular.
Las semillas comenzarán a brotar en los primeros siete o 10 días, cuando éstas hayan alcanzado una altura de 10 centímetros o tengan dos pares de hojas verdaderas es momento de incluir la solución nutritiva en los riegos para estimular el crecimiento de los frutos. La cosecha se puede llevar acabo después de los 40 o 45 días después de la floración, cabe destacar que el punto de madurez se presenta cuando el peciolo del fruto está seco.
De acuerdo con estudios realizados existen dos probables centros de origen del melón(Cucumis melo), la cual es una planta trepadora de la familia de los Cucurbitácea, sus frutos son comestibles, dulces y perfumados; se cree que este fruto puede proceder de África, aunque algunos tienen la teoría de que proviene de Asia, más precisamente de la antigua Persia.
Puedes consumirlo crudo o cocido, en ensaladas, agua fresca, nieves, helados, mermeladas, entre muchas otras formas; se considera un fruto veraniego que puede asumir formas distintas según la variedad cultivada, es rico en agua (80% de agua), azúcares y fibra.
Además es ligeramente diurético y resulta indicado para quienes sufren de anemia, gracias a su rico contenido de hierro. También es rico en vitamina A, que dona el característico color anaranjado a la pulpa (color atado a la presencia de pigmentos carotenoides) y vitamina C.
El melón es una planta anual herbácea, frotadora o trepadora, que alcanza entre 1.5 a 3.5 m, sus raíces son fibrosas y pueden extenderse en la tierra más allá de los 150 cm. El fuste de la planta de melón está lleno de pelusa y ramificado. Las hojas de la planta del melón son alternas, largas (miden más de diez centímetros), los cuales también son el largo del pecíolo.
Las flores de la planta del melón son amarillas a cinco lóbulos, generalmente monoicos; la planta posee flores femeninas y masculinas en los mismos tallos pero separadas, presentándose las masculinas sobre las yemas de la tercera generación y las femeninas sobre yemas de la cuarta generación.
La fecundación cruzada de la planta de melón ocurre por insectos en los cultivos de melones a campo; es en cambio mejor recurrir a la fecundación artificial por aquellas plantas de melón labradas en invernadero. La planta de este fruto fresco efectúa una copiosa floración, que dura todo el verano, (de mayo a septiembre), en donde sólo el diez por ciento de estas flores se convierten en fruto.
El fruto del melón es un pepónide, generalmente de grandes dimensiones, que puede asumir forma ovalada o redonda, la mayoría de las veces tiene una cáscara sobre la que son visibles de las divisiones que se pueden llamar "a rebanadas". A menudo la cáscara del melón resulta lisa o en un poco arrugada y su color puede variar de un amarillo pálido a varios tonos del verde.
En cambio la pulpa del melón presenta colores que varían de blanco a naranja, es muy jugosa y perfumada apenas junta a maduración. Al interior del fruto hay una cavidad central que resulta fibrosa y contiene muchas semillas.
La siembra de la planta de los melones se realiza entre marzo y mayo en filas lejanas a un metro la una de la otra, sus raíces son fibrosas y largas. Se sugiere mantener las semillas alejadas por lo menos unos 50 cm una de la otra.
Este cultivo se desarrolla mejor en clima cálido, a pesar de que existen ciertos híbridos adaptados a climas templados. La temperatura ambiental adecuada está entre los 18 °C y los 25 °C, el melón se puede cultivar además en invernadero calentado.
El melón requiere de un suelo mullido, franco y franco arenoso, con una profundidad efectiva de 60 cm, ricos en materia orgánica con un pH de 6.0 a 7.5; se adapta a otras condiciones de suelo mientras siempre y cuando éstos sean sueltos y bien drenados.
El melón se cultiva prácticamente en todos los lugares del mundo que posean un clima cálido y poco lluvioso. Los principales productores mundiales son China, Irán y España, entre los numerosos países que cultivan la especie. El melón constituye una de las frutas más consumidas ya que ocupa el cuarto lugar a nivel mundial, después de las naranjas, los plátanos y las uvas.
La siembra indirecta se realiza en charolas germinadoras, de preferencia que presenten una profundidad de entre 4 a 10cm, con cavidades que van de las 21 a las 72; dentro de estas charolas se colocará como sustrato polvillo de peat moss o de coco previamente humedecido. Colocando de una o dos semillas por cada orificio de la charola a una profundidad de 1 a 2 cm.
Procura mantener tu sustrato siempre húmedo y recuerda que los riegos son sólo con agua en esta etapa.
Una vez que elegiste la variedad a cultivar podremos sembrar las semillas; procura que tus semillas estén limpias y esterilizadas así como también el sustrato y materiales a ocupar. La siembra se puede realizar de manera directa o indirecta, cuando sembramos de manera directa sobre un terreno hidropónico o cama de cultivo dejamos una distancia de 1.8 a 2 m.
Entre surcos y sobre el surco se siembran a mano 4 semillas a cada 60 o 90 cm. A una profundidad de 2.5 a 3 cm, para que al nacer se haga un raleo dejando la planta mejor desarrollada y eliminando el resto, siendo el momento para efectuarlo cuando las plantas han formado 2 hojas verdaderas.
La semilla germina por lo general en poco tiempo dependiendo de la variedad, temperatura, humedad, entre otros factores y puedes ver emerger tu planta entre los 7 y 10 días.
Lo primero que verás serán los dos cotiledones, los cuales alimentarán a la plántula unos días; después saldrá tu primer par de hojas verdaderas, en esta etapa podrás empezar a colocarles solución nutritiva a tus plántulas. Agregarás primero un tercio de la cantidad recomendada y poco a poco aumentarás la dosis.
Cuando tus plántulas tengan 2 pares de hojas o midan entre 5 y 10cm de alto, podrás trasplantarlas, para realizar este procedimiento nos ayudaremos de un abatelenguas para sacar las plántulas del semillero, tratando de no lastimar la raíz.
Con ayuda de una pala de jardín desinfectada y limpia o con tu mano (que debe estar limpia para evitar infecciones en la planta), haremos un hoyo en el sustrato previamente humedecido y colocaremos nuestra plantulita para terminar regándola con un poco con la solución nutritiva o con agua.
El corte de estas hojas se realizará sólo con ayuda de unas tijeras para podar limpias y desinfectadas, cortando la hoja desde la parte más cercana al tallo principal ligeramente inclinado hacia él.
El tutorado es opcional y se coloca para evitar la incidencia de plagas y enfermedades, como apoyo de la planta, para facilitar su recolección, favorecer su crecimiento, mejorar la calidad y/o el manejo.
El tutorado se puede realizar de distintas formas con rafias tutoras verticalmente o con malla espaldera colocada horizontalmente. El tutor se colocará cuando la planta mida entre 15 y 20cm.
Es importante que vallas guiando tu planta para que se “agarre” al tutor de manera manual y por medio de podas de formación.
Esta actividad se realiza con la finalidad de favorecer la precocidad y el cuajado de las flores, controlar el número y tamaño de los frutos, acelerar la madurez y facilitar la ventilación y la aplicación de tratamientos fitosanitarios.
Existen dos tipos de poda: para cultivo con tutor y para cultivo rastrero. En ambos casos se tiene en cuenta que son los tallos de tercer y cuarto orden los que producen mayor número de flores femeninas, mientras que en el tallo principal sólo aparecen floras masculinas.
En cultivo rastrero, cuando las plantas tienen de 4 a 5 hojas verdaderas, se despunta el talloprincipal por encima de la segunda o tercera hoja. De cada una de las axilas de las hojas restantes surgen los tallos laterales que son podados cuando tienen 5 a 6 hojas, el corte es por encima de la tercera.
De las axilas de las hojas restantes nacen nuevas ramas que son fructíferas, siendo opcional la poda de éstas por encima de la segunda hoja más arriba del fruto, cuando haya comenzado a desarrollarse. Normalmente no se cortan los tallos terciarios, aunque es una práctica aconsejable para frenar su vigor y favorecer la formación de los frutos.
Se realiza cuando la planta tiene de 2 a 3 hojas verdaderas para favorecer la brotación de los tallos secundarios. También se realiza una poda ligera eliminando los brotes de desarrollo vertical y despuntando los brazos horizontales que alcancen gran longitud.
Sólo se recomienda cuando las hojas de la parte baja de la planta están muy envejecidas o cuando su excesivo desarrollo dificulte la luminosidad o la aireación, ya que de lo contrario traería consigo una reducción de la producción.
La poda se realiza cada que revises tu cultivo (por lo menos cada semana), ya que hayas realizado el trasplante deberás comenzar con tu poda de hojas, eliminando solamente las hojas enfermas y en senescencia (hojas viejas).
Se deben de eliminar hojas cloróticas o amarillentas, que presenten daños en tonalidades pardas, necrosis o coloración negra provocada por muerte celular o algún hongo. Al eliminar este tipo de hojas, estimulamos a las plantas para que tengan un mayor desarrollo vegetativo, una buena ventilación y desechamos cualquier posible infección por esporas, bacterias y virus que pudieran contaminarlas.
El corte de estas hojas se realizará sólo con ayuda de unas tijeras para podar limpias y desinfectadas, cortando la hoja desde la parte más cercana al tallo principal ligeramente inclinado hacia él.
Las flores del melón se desprenden una vez completada su función, cayendo sobre el suelo o sobre otros órganos de la planta, pudriéndose con facilidad. Esto puede suponer una fuente de inóculo de enfermedades, por lo que deberán eliminarse cuanto antes. Se cortarán únicamente las flores viejas y las flores dañadas.
El corte de la flor se realizará sólo con ayuda de unas tijeras para podar limpias y desinfectadas, cortando desde la parte más cercana al tallo principal ligeramente inclinado hacia él.
En lo que concierne a los frutos, deben suprimirse los que presenten daños de enfermedades, malformaciones o crecimiento excesivo, para eliminar posibles fuentes de inóculo y evitar el agotamiento de la planta.
En el cultivo del melón para la obtención de frutos de calidad es importante dejar desarrollar únicamente uno o dos frutos por cada guía que emite la planta, eliminando el resto, especialmente en frutos de exportación.
Se cosecha a los 5 o 6 meses después de la siembra, los agricultores mencionan que para saber el momento ideal de la cosecha observan si la tierra se ha rajado y si hay un amarillamiento de la planta. La cosecha se realizará de forma manual utilizando "la macana", que es una herramienta que se entierra en el terreno haciendo presión para sacar el tubérculo de la jícama. Normalmente la cosecha se hace en forma escalonada ya que sin facilidades de almacenamiento la jícama puede permanecer fresca sólo por ocho días, en cambio en el campo puede permanecer por varias semanas más (3 a 4 meses), conservando su sabor característico y sin sufrir daño.
Las cucurbitáceas presentan dos tipos de flor en la misma planta, masculina y femenina, de las cuales primero surgen las flores masculinas y luego cambian a femeninas. Las flores masculinas son fáciles de identificar de las femeninas ya que las últimas asemejan en su parte más cercana al tallo un pequeño melón y las masculinas no.
La polinización se lleva a cabo por los insectos o el viento si tienes tu cultivo al aire libre o en un invernadero, pero si notas que tus plantas no producen frutos, debes polinizarlas manualmente, al cortar con mucho cuidado las flores masculinas y sacudirlas ligeramente o pegarlas a las femeninas sin lastimar a la planta o a la flor.
Los melones pueden cosecharse por madurez y no por tamaño. Idealmente, la madurez comercial corresponde al estado firme-maduro o "3/4 desprendido", que se identifica cuando al cortar la fruta suavemente, ésta se desprende de la planta. La recolección del melón se inicia aproximadamente a los 90 días tras la siembra, dependiendo de la temperatura y de la variedad.
La madurez es difícil de juzgar debido a que en esta fruta no se presenta un proceso deabscisión clara (desprendimiento o separación de la fruta de la planta).
Los grados de madurez se agrupan principalmente, en base a cambios en el color de "fondo" (el color general de la piel o cáscara, no sus tintes verdosos o amarillentos) en estado "3/4 desprendido" pero puede variar entre cultivares, pudiendo caracterizarse por la presencia de tintes verdosos ya que el color de la piel es típicamente gris a verde opaco cuando el fruto no tiene madurez comercial, verde oscuro uniforme en madurez comercial y amarillo claro en plena madurez de consumo. Otro indicador de la madurez comercial apropiada, es la presencia de una red bien formada y realzada en la superficie de la fruta.
Color de fondo blanco con tintes verdosos, sin aroma característico, piel vellosa y todavía no cerosa.
Color de fondo blanco con trazas de tintes verdes, piel ligeramente cerosa, punta floral firme que no cede bajo presión manual, ligero aroma o sin aroma. Comercialmente, es el estado de madurez preferido.
Maduro
Color de fondo blanco cremoso con tintes amarillos, piel claramente cerosa, aroma característico notable, la punta floral cede ligeramente a la presión manual.
Los melones maduran después de la cosecha, pero su contenido de azúcar no aumenta; un melón es considerado dulce cuando su contenido de azúcares va de alrededor del 13 por ciento; en cambio cuando el azúcar resulta inferior al 11 por ciento podemos catalogar el fruto de escasa calidad.
Podemos encontrar ejemplares de melones que llegan a un contenido de azúcares hasta el 18 por ciento; aunque en este caso, un porcentaje así de alto podría disimular aquella complejidad de sabores que hacen del melón uno de los frutos más estimados en todo el mundo.
Para permitir al fruto alcanzar la cantidad de azúcares ideales, hace falta recogerlo en el momento oportuno: un fruto recogido tempranamente o demasiado precoz, no se enriquecerá más de azúcar y no llegará a tener el sabor ideal, o en caso contrario asimilará demasiado de ello.
La cosecha se realiza manualmente con ayuda de unas tijeras para podar limpias y desinfectadas; cortando el pedúnculo e intentando dejar parte de éste adherido al fruto; para evitar que sea una vía de entrada de organismos patógenos.
Es aconsejable evitar conservar el melón en la nevera, ya que podría asumir los aromas o perfumes de otros alimentos, es mejor conservarlo en un lugar fresco y seco; sin embargo si no es posible evitar conservarlo en la nevera, puedes envolverlo dentro de una bolsa de papel para alimentos y luego cerrarlo en una bolsa de plástico; teniendo cuidado de que la temperatura de la nevera no baje más de los 5°C. Es aconsejable sacar el melón de la nevera al menos una hora antes de consumirlo.
Fuente: hidroponia.mx y hydroenv.com.mx
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