Qué son y cómo se utilizan los sacos de cultivo con recirculación - PortalFruticola.com

Qué son y cómo se utilizan los sacos de cultivo con recirculación

Agrotecnia
Qué son y cómo se utilizan los sacos de cultivo con recirculación

El contenido de este artículo de nuestra sección de Agrotecnia fue elaborado a partir de información proveniente de los sitios www.metrohuerto.es, www.burespro.com, www.infoagro.com y fue revisada y reeditada por Portalfruticola.com

En los últimos años está cambiando el sistema de cultivo de la mayoría de las plantaciones industriales, ya sea por la adopción de un sistema de cultivo en saco o hidropónico. El sector de la floricultura destinada a la flor para corte, la horticultura intensiva y la fruticultura son los principales mercados que están transformando el cultivo tradicional para obtener el máximo rendimiento. Los productores esperan obtener la máxima producción con los mínimos recursos económicos y la máxima optimización de las salas de cultivo.

Sacos de Cultivo para Huertos Industriales

Como mejorar la productividad y la seguridad en el cultivo

Entre los sistemas de cultivo de alto rendimiento, el cultivo directo en el saco es lo más parecido a su medio natural. El saco actúa como contenedor cubierto, que evita el contacto del sustrato con el suelo y las partículas del aire. También como causa principal de la utilización del saco de cultivo es el agotamiento del suelo y la aparición de enfermedades (principalmente virus) que hacen inviable o altamente arriesgado el cultivo al suelo. En este sentido, evita que las impurezas del aire, esporas u otros elementos suspendidos caigan sobre el sustrato y germinen durante el cultivo, y que los microorganismos malignos proliferen y ataquen la planta. El de fertilización habitual en el cultivo fuera-suelo es la fertirrigación por goteo debido a la facilidad de localización e implementación. El sustrato, actúa a la vez de soporte de la planta y de almacén de nutrientes, que libera en los periodos de riego limpio y lo recupera en el fertilizado. Además, este proceso hace de sistema amortiguador de excesos y carencias, regulando los niveles de fertilización a través del intercambio iónico.

El sistema hidropónico, se fundamenta en una idea de cultivo similar, en la que la planta se cultiva en un medio libre al suelo. La principal diferencia es la falta de medio de cultivo orgánico, que es sustituido por otros materiales. Los riesgos que incurre este sistema es la propia red de canalización del riego, en el que la enfermedad en un punto del sistema es arrastrada por la corriente del agua. Si bien el cultivo hidropónico puede tener un rendimiento ligeramente superior a otros sistemas, los riesgos que conlleva también son mucho más elevados. Entre estos riesgos se encuentran la salinización, la putrefacción de raíces y la proliferación de hongos, y el elevado riesgo de error de exceso de nutrición.

Cultivo en sacos rellenos de sustrato

Debido a los inconvenientes que presentan los sistemas de cultivo en bancadas, en las últimas décadas la tendencia más generalizada ha sido el empleo de sustratos embolsados en sacos de plástico con un volumen y dimensiones variables en función del tipo de material empleado para el desarrollo del cultivo. A veces dichos sacos se cuelgan verticalmente, disponiéndose las plantas en agujeros laterales realizados en los mismos, pero lo normal es que se coloquen horizontalmente sobre el suelo, especialmente en cultivos hortícolas de porte alto. Dado que cada una de estas unidades se utiliza para unas pocas plantas, resulta más sencillo controlar los ataques de enfermedades de raíz, y asimismo es más fácil manejar y reponer el sustrato. Otra ventaja es que el contenedor, al ser de material plástico, resulta barato y ligero, ofreciendo al mismo tiempo unas buenas condiciones de opacidad. Por contra, la principal desventaja es que se requiere una mayor uniformidad de riego al estar la raíz confinada en una unidad de cultivo de pequeño volumen.

Los sustratos empleados en los cultivos en sacos los podemos dividir en tres grupos según sean orgánicos, minerales o sintéticos. Dentro de los primeros tenemos materiales tales como la turba, la fibra de coco, las cortezas de árboles, el serrín, etc, mientras que dentro de los segundos hay que distinguir entre los de origen natural, como la arena o las rocas volcánicas, y los de transformación industrial, como la lana de roca, la perlita, etc. Finalmente en el tercer grupo existe algún ejemplo como el foam. En Almería los más empleados actualmente son la perlita y la lana de roca, mientras que los orgánicos, encabezados por la fibra de coco, se encuentran muy por detrás de los primeros. En Murcia es la arena el que predomina, aunque se emplea en forma de largos sacos denominados comúnmente “salchichas”. Tienen unos 25 m de longitud, 0,4 m de anchura y 0,25 m de altura y se colocan sobre el suelo, por lo que se trata de un sistema intermedio entre las bancadas y el cultivo en sacos. La granulometría que se suele emplear es la misma que en los sistemas en bancadas.

Previo a la plantación, el sustrato contenido en los sacos de cultivo debe ser hidratado adecuadamente con el fin de partir con un medio húmedo que no ofrezca problemas al desarrollo inicial del cultivo, ya que posteriormente no podrá ser saturado. Esto resulta especialmente importante en ciertos sustratos, como la lana de roca, en la que una mala humectación inicial impide que el medio pueda alcanzar su máxima capacidad de retención de agua debido a su escasa capilaridad, lo que puede originar problemas de estrés hídrico durante el cultivo y un inadecuado desarrollo radicular. La saturación del sustrato debe llevarse a cabo antes de abrir en los sacos los orificios de salida del lixiviado. Previamente se habrán realizado en la parte superior los agujeros en los que se situarán las plantas, los cuales también sirven para anclar los emisores de riego. Una vez colocados éstos, se puede empezar a humectar el medio.

El riego se mantiene hasta llenar completamente los sacos con solución nutritiva y posteriormente se deja el sustrato en saturación durante un par de días para que alcance un buen nivel de humedad. Transcurrido ese tiempo se está en disposición de abrir el agujero de salida del lixiviado. Puede ser conveniente no realizarlo inicialmente en la parte más baja, con el fin de dejar una reserva de agua en el fondo que favorezca el enraizamiento del cultivo. No obstante, una vez conseguido dicho enraizamiento es aconsejable eliminar la reserva haciendo otro agujero más bajo para evitar problemas de encharcamiento. A veces, cuando el tipo de sustrato lo permite, se puede llevar a cabo la plantación antes incluso de realizar el orificio, con el propósito de ganar tiempo, si las plantas del semillero se encuentran en un estado adecuado para el trasplante.

Aunque, como se comentó anteriormente, una de las ventajas que presentan los sacos de cultivo es su facilidad de renovación, el agricultor suele conservarlos durante varios años con el fin de reducir costes. En este caso resulta conveniente mantener el nivel de humedad del sustrato durante la época en la que no hay cultivo, para evitar una excesiva acumulación de sales y no tener que volverlo a saturar antes de la siguiente plantación. Para ello es suficiente dar un par de riegos a la semana de unos 1,5 litros por saco de cultivo durante la época de verano. Por otro lado, previo a la plantación se debe realizar una desinfección del sustrato con el fin de evitar, o al menos reducir, los problemas de patógenos radiculares durante el siguiente cultivo. Para ello se está utilizando, en muchos casos, metam sodio a una dosis de 100 litros por hectárea, repartida en tres riegos de unos 20-25 minutos que se dan en el mismo día. El tratamiento se debe realizar 25 días antes de la plantación y tras él se debe dar un riego diario (de unos 1,5 litros por saco) con el fin de evitar posibles fitotoxicidades.

Sacos de Cultivo para Huertos Urbanos

Sacos de cultivo con materiales reciclados

  • La tela de nuestros sacos de cultivo es un geotextil de poliéster fabricado a partir de plástico reciclado. No se deteriora al estar expuesto al sol y a las inclemencias del tiempo.
  • Al ser poroso transpira, lo que se traduce en un óptimo desarrollo de las raíces de las plantas y en una mejor absorción de nutrientes en tu huerto urbano.
  • La porosidad garantiza que se libere el exceso de agua de modo que en caso de lluvia o riego excesivo, evita que el sustrato se encharque y las raíces se pudran.

Lo sencillo funciona

  • Los sacos de cultivo disponen de asas para transportarlos y cambiarlos de lugar si fuese necesario.
  • Disponen de pasadores interiores verticales para la colocación de tutores para trepadoras o túneles de protección en invierno o de sombreo en verano.
  • La forma cuadrangular del saco de cultivo potencia la creación de un huerto urbano modular, adaptado a tu espacio y que puede ir creciendo.

Fuente: www.metrohuerto.es, www.burespro.com, www.infoagro.com

www.portalfruticola.com

Suscríbete a nuestro Newsletter