Aspectos vitales en la protección contra heladas en cultivos y frutales

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Aspectos vitales en la protección contra heladas en cultivos y frutales

El contenido de este artículo fue preparado por www.agroptima.com, floradeiberia.com y fue revisado y reeditado por Portalfruticola.com

Ya llegaron las bajas temperaturas al Hemisferio Sur y uno de los principales factores climáticos que afectan a los cultivos son las heladas. Dependiendo del momento en el que éstas se produzcan, pueden tener mayor o menor importancia. Aunque existen vegetales que sufren las consecuencias de las bajas temperaturas sin que ésta llegue a 0ºC, cuando hablamos de heladas lo hacemos normalmente de temperaturas por debajo dicha cifra.

Las heladas son frecuentes en el invierno, pero ocurren también en otoño y primavera, conociéndose a las otoñales como heladas tempranas y a las primaverales como heladas tardías. En estas dos estaciones las plantas tienen una gran sensibilidad a los descensos bruscos de temperatura.

En el argot agrícola vamos a oír hablar de dos tipos de heladas: heladas blancas y heladas negras.

Las heladas blancas ocurren cuando existe una elevada humedad relativa del aire y la bajada de la temperatura hace que se congele la misma sobre la superficie de las plantas y el terreno (la escarcha). Si la temperatura no fuese suficientemente baja como para congelarse hablaríamos de rocío (gotas de agua).

Por su parte las heladas negras ocurren cuando la temperatura baja a niveles de congelación atmosférica pero no existe suficiente humedad para la formación de hielo sobre las plantas y el suelo. Cuando se forma escarcha sobre las plantas, ésta, por las propiedades del agua, protege las estructuras vegetales de la congelación. Sin embargo, cuando la helada es negra y no se forma escarcha, el cultivo no tiene esa capa protectora lo que hace que sufra directamente las consecuencias de la congelación. Se congela el agua de los órganos de la planta, formándose cristales de hielo en su interior matando a la planta que al poco tiempo se pone negra.

Los métodos de control anti-heladas: activos y pasivos

En general los métodos de control de heladas se pueden clasificar en dos grupos:

Sistemas de control de heladas por control pasivo

Consiste en adaptar las plantaciones al clima. De este modo se consigue que el clima tenga la menor influencia posible sobre el cultivo. Hay diferentes factores relacionados con la plantación que se usan en el control pasivo.

  • Elegir las mejores variedades: las variedades precoces son más sensibles a las heladas primaverales que las tardías. Por eso en zonas con elevado riesgo de heladas primaverales las variedades tardías son más adecuadas. Las casas comerciales proporcionan información sobre la resistencia a las heladas de las distintas variedades. Esta nos va a ser muy útil para elegir la variedad adecuada.
  • Lugar de plantación adecuado: el aire frío se acumula en las zonas bajas de los valles. Por eso estas zonas son más susceptibles a las heladas. En estas zonas no es conveniente plantar frutales a no ser que sean resistentes a las heladas.
  • Un buen manejo del cultivo: el riesgo de heladas se incrementa en suelos labrados, secos y/o con cubierta vegetal densa. Por eso regar de noche y madrugada cuando hay más riesgo de helada disminuye el riesgo. Igualmente, mantener el suelo limpio de vegetación pero sin labrarlo también disminuye el riesgo de heladas. Una cubierta de paja o hierbas secas ayudan a evitar la pérdida de calor de los suelos y las heladas. Finalmente, un buen abonado equilibrado ayuda a que el árbol esté sano y sea más resistente a los factores externos.

Sistemas de control de heladas: por control activo

El objetivo del control activo es crear un microclima alrededor de la plantación que evite las heladas. Este microclima se puede crear con diferentes métodos. Todos ellos están orientados a revertir aquellos factores que producen las heladas. Por ejemplo, evitan la pérdida de calor de los cultivos o la acumulación de aire frío. Los principales métodos de control activo son:

  • Aspersores: se basa en la aportación de grandes cantidades de agua que recubren la planta. El agua al enfriarse desprende calor que calienta el ambiente y además se mantiene a 0ºC hasta que se congela toda. De esa forma se mantiene el cultivo a baja temperatura pero sin llegar a la congelación.
    Este es el método más usado para el control de las heladas, además de ser también el más económico.
  • Inundación: se basa en el mismo principio que la protección por aspersión. El objetivo es inundar el terreno para evitar que este se enfríe. Solo se puede realizar en cultivos tolerantes a la asfixia radicular. Es muy eficaz en cultivos bajos.
  • Combustión: el aire frío se coloca en las capas más bajas, cerca del suelo. En cambio, el aire caliente se coloca encima de este haciendo una barrera que impide la mezcla de aire a distinta temperatura. El objetivo de este método de control de heladas es calentar el aire frío próximo al suelo quemando diferentes combustibles. Hay distintos quemadores tanto de gasóleo como de gas propano u otros combustibles. Para conseguir un buen resultado es importante distribuirlos homogéneamente en la parcela teniendo en cuenta el alcance de cada uno de ellos.
  • Humo y niebla: hay máquinas expresas que permiten crear niebla artificial. Con ella se consigue un ligero aumento de la temperatura de la zona (1-2ºC) reduciendo el riesgo de heladas. Este método sólo es eficaz en caso de heladas poco importantes. En grandes heladas el aumento de temperatura que provoca no es suficiente.
  • Ventiladores: este método se basa en la estratificación del aire según la temperatura. El objetivo es mezclar el aire caliente de las capas superiores con el aire frío de las inferiores. En general se usan ventiladores para conseguir este movimiento de aire. Este método es eficaz sobre todo en zonas llanas. Es importante calcular bien la potencia de los ventiladores, la cantidad necesaria y la distribución de estos para conseguir un buen resultado.
  • Succión de aire: se basa en lo mismo que el método de control con ventiladores. En este caso se succiona el aire de las capas más frías y se impulsa hacia capas superiores.

Es importante tener en cuenta que para que estos sistemas funcionen correctamente hay que llevar un buen control. La presencia de termómetros a distintos niveles dentro de la plantación ayudará a llevar este control

El termómetro indica cuando es el momento de encender los sistemas de control de heladas. Estas se pueden encender de forma automática con sensores o manualmente.

¿Cuándo es necesario que tenga un sistema anti-heladas?

Estos métodos de control son caros. Así pues, hay que tener claro cuándo se deben usar realmente.

El primer punto a tener en cuenta antes de adquirir un método de control es la frecuencia de heladas dañinas. Hay zonas en que las heladas primaverales son anecdóticas. En estas no es necesario disponer de sistemas de control de heladas. Contrariamente, hay zonas en las que año tras año las plantaciones de frutales se ven afectadas por heladas. En este caso nos podemos plantear comprar un método de protección.

Dependiendo de nuestro cultivo y variedad, las heladas primaverales nos afectan con menor o mayor intensidad. En algunos casos nos pueden dejar sin cosecha mientras que en otros casi no afectan la producción. Tener claro esto es básico para decidir si es necesario incorporar sistemas de control de heladas. Como en todo, hay que hacer balance entre los riesgos de tener el sistema o no tenerlo, así como analizar si estamos incrementando demasiado los costes de producción.

Fuente: www.agroptima.com, floradeiberia.com

www.portalfruticola.com

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