Ya con decir “fin del mundo” no cuesta imaginarse un lugar lejano, quizás aislado y un clima adverso. Así es la región de Magallanes, la zona austral de Chile.

Clima frío, ventoso y en el extremo sur del país, para la región la agricultura no es tarea fácil, no que lo sea en algún lugar, sin embargo, para Magallanes las complicaciones a la hora de producir son varias.

Nueva infraestructura de INIA Kampenaike

La agricultura es el sector económico en el que la escasez de agua tiene más relevancia.

En la actualidad, la agricultura es responsable del 70% de las extracciones de agua dulce y de más del 90% de su uso consuntivo. La única forma de reponer el agua faltante en los cultivos agrícolas para asegurar rendimientos competitivos es a través de la suplementación mediante el riego, indicaron expertas de INIA.

En la mayoría de los casos, el agua en los predios de los pequeños productores de frutilla de la región de Magallanes proviene de norias, pozos e incluso se implementan sistemas de colecta de aguas lluvias.

En Portalfruticola.com, hablamos con Zlowenka Basic, encargada de proyectos regionales en INIA Kampenaike, y Claudia Mcleod, coordinadora de proyectos en la misma institución.

“En los últimos años los agricultores han manifestado sentirse agobiados por la escasez del recurso, lo que limita su actividad productiva. Este escenario hace imprescindible la generación de información local que permita implementar un nuevo sistema de manejo, con énfasis en el buen uso del recurso hídrico”, explicó Mcleod.

La frutilla es un cultivo que requiere gran disponibilidad de humedad en primavera y verano, en época de producción resultan indispensables los riegos diarios que pueden variar según clima y suelo.

“En 1 hora de riego se utilizan 40 m3. A nivel local, no existe información respecto al umbral mínimo de riego requerido por el cultivo de frutilla, asociado a las condiciones de temperatura de la región de Magallanes, ni tampoco se ha desarrollado información respecto a la disponibilidad real de nutrientes en las condiciones de temperatura y propiedades físicas de suelos en la zona.

En este contexto, se está desarrollando el proyecto “Optimización del Manejo Agronómico del Cultivo de Frutilla, con Énfasis en Escasez Hídrica y Fertilización, para Pequeños Agricultores de la Región de Magallanes”.

Éste tiene como objetivo mejorar el manejo agronómico del cultivo de frutilla (Fragaria ananassa), frente a un nuevo escenario ambiental de la región de Magallanes, en aspectos fundamentales como optimización del recurso hídrico, uso eficiente de los nutrientes y el establecimiento de nuevas variedades.

Además, tiene como objetivos específicos:

1. Evaluar y determinar las necesidades hídricas mínimas para el cultivo de frutilla en al menos dos condiciones diferentes de suelo en la región de Magallanes.           

2.  Elaborar un plan de manejo nutricional de frutilla en sus distintos estados de desarrollo durante la temporada productiva, para un tipo de suelo representativo del sector hortofrutícola regional.

3. Comparar productivamente nuevas variedades de frutillas disponibles en el mercado.

4.  Difundir los avances y resultados del proyecto entre los productores de frutillas de la región.

Claudia Mcleod comentó que el proyecto se está llevando a cabo en el campo experimental de INIA en Kampenaike, que queda a 60 kilómetros de Punta Arenas.

“Se establecieron dos unidades de 300 m², más ensayos de variedades en predios de productores asociados al Grupo de Transferencia Tecnológica de frutillas, que ejecuta INIA. La superficie en estos predios depende de la disponibilidad del agricultor, variando desde un camellón a un invernadero de 200 m²“, especificó.

Los ensayos de riego y fertilidad se realizan sobre la variedad Albion. Se estudia la incorporación de nuevas variedades para desplazar la ventana de oferta. Cabe destacar que, el cultivo de frutilla es muy popular entre los pequeños agricultores de Magallanes, principalmente por el tipo de comercialización (directa) y precios de compra (5 mil a 7 mil pesos chilenos el kilo).

La comercialización de las frutillas en Magallanes se proyecta para el mercado local enfocado al sector gastronómico turístico y población regional.

Zlowenka Basic indicó que el proyecto fue adjudicado durante el año 2017 por un Fondo de Innovación para la competitividad (FIC) con recursos del Gobierno Regional de Magallanes, tiene una duración de dos años y en la actualidad, la iniciativa se encuentra en la fase inicial de establecimiento de ensayos en INIA Kampenaike y en unidades de asociados correspondiente al GTT de productores de frutillas de Punta Arenas.

“En la región existe una carencia de productos locales y una dependencia con el norte del país en términos de productos hortofrutícolas, lo que nos obliga como INIA a aceptar el desafío de lograr la soberanía alimentaria de la región. Inia Kampenaike está desarrollando proyectos relacionados con la recuperación del calafate, super berry chileno, además de aumentar la productividad en cultivos tradicionales como son la papa. Finalmente existe una vinculación del Centro, con FIA, Seremi y otros entes públicos y privados para el levantamiento de una Mesa Agroecológica”, destacó Basic.

Además, INIA Kampenaike está trabajando para actualizar su infraestructura, así el pasado lunes 19 de febrero, se aprobaron 6 mil millones de pesos para la construcción del nuevo centro regional INIA Kampenaike, el cual contará con laboratorios, oficinas y módulos demostrativos.

“Tenemos ensayos de nuestros proyectos en unidades en campos de los agricultores y en nuestro campo experimental, pero la realidad local nos obliga a que existan unidades demostrativas de nuestras iniciativas en la misma comuna. Reconocemos la incorporación de la sociedad civil como un punto fundamental en el desarrollo y transferencia de nuestros paquetes tecnológicos”, concluyó Zlowenka Basic.

Finalmente, Claudia Mcleod, por su parte señaló que el impacto de este proyecto sería el “uso eficiente del recurso hídrico; Fertilización adecuada, con un menor costo de producción y menor contaminación de suelos con sales de fertilizantes; Aumento de los volúmenes transados y una temporada productiva más amplia”.

Fotografías: Gentileza de INIA Kampenaike

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