Cabo Occidental, Sudáfrica es declarado oficialmente como una zona de desastre en respuesta a la actual crisis de sequía, descrita como la peor en más de un siglo.

"La declaración del desastre acelerará el proyecto del Centro de Gestión de Desastres de Cabo Occidental ‘Avoiding Day Zero, la estrategia de la provincia para asegurar que los grifos no se sequen", dijo en un comunicado Jefe de Gobierno de la Provincia Occidental del Cabo, Helen Zille.

La catástrofe se clasificará por un período de tres meses, que podrá ampliarse en caso de necesidad.

Según la oficina de Zille, durante la clasificación de desastres, la Ley de Gestión de Desastres faculta al gobierno provincial para proteger los puntos clave de entrega de servicios al priorizar la financiación.

Dijo que el proyecto "Avoiding Day Zero", dirigido por el Centro Provincial de Manejo de Desastres (PDMC) del Cabo Occidental, tenía tres áreas de enfoque: gestión de la demanda, conservación del agua invernal y manejo de aguas subterráneas.

Hortgro dijo que la sequía a largo plazo tiene "implicaciones serias" para el cultivo de frutales de hoja caduca, pero el director ejecutivo Anton Rabe resaltó que el problema actual "no puede ser resuelto solo por recortes en las cuotas de agua agrícola".

"Toda la comunidad tendrá que volver a pensar en su uso del agua y los recursos hídricos alternativos deben ser desbloqueados, y el reciclaje de agua debe ser gradual", dijo.

"Las políticas del agua tendrán que cambiar y las presas deben ser aumentadas para ahorrar más lluvia del invierno. El almacenaje del agua se debe adaptar para que el agua se almacene por períodos más largos que apenas una estación - dado que habrá sequías más largas en el futuro, posiblemente seguido por inundaciones”.

Rabe dijo además que "no podemos permitir que el agua de las inundaciones desaparezca - debe ser almacenada y puesta a disposición en el próximo período de sequía".

Estimó que las cosechas a corto plazo serían muy caras, especialmente en el Cabo Occidental.

"El agua para uso agrícola será priorizada para los cultivos a largo plazo, pero los cultivos a corto plazo como las verduras pueden ser importados de otras partes del país", dijo.

El gerente de producción agrícola de Hortgro, Wiehann Steyn, explicó las implicaciones de la sequía en la producción.

"La producción de biomasa (tanto el crecimiento como el rendimiento de frutos) de los árboles frutales se relaciona directamente con la disponibilidad de agua durante la temporada de crecimiento ya que los árboles no pueden fotosintetizar y producir carbohidratos en ausencia de agua", explicó.

"La calidad de la fruta también se reduce bajo estrés hídrico moderado debido al aumento de los niveles de quemaduras solares y defectos internos que resultan en frutas que no son adecuadas para el consumo fresco y almacenamiento a largo plazo".

Él continuó diciendo que "el estrés hídrico severo" puede ser experimentado durante la temporada 2017-18 si las lluvias invernales no permiten a los cultivadores de frutas reponer su almacenamiento de agua, o si se imponen fuertes restricciones al uso del agua de riego agrícola en los esquemas de agua que compite con las necesidades de agua de Ciudad del Cabo".

Cuando el agua de riego está restringida por debajo del 50% de las necesidades de los árboles, la fructificación se vuelve "imposible debido a los impactos progresivos sobre los árboles", dijo.

Si el agua de riego llega a ser muy limitada, explicó que los cultivadores pueden necesitar retirar toda la fruta de los árboles, arrancar huertos menos productivos para ahorrar agua para los huertos restantes o incluso remover las partes superiores de los árboles para tratar de mantener al menos el sistema radicular vivo.

"Evidentemente, teniendo en cuenta lo anterior y porque los árboles frutales caducifolios son cultivos perennes, el estrés severo de sequía no sólo afecta a la estación durante la cual ocurre, sino que tendrá un efecto de golpe en las estaciones posteriores", dijo.

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