La industria hortícola mexicana debe diversificarse, informó AMHPAC
La industria hortícola mexicana es demasiado dependiente de tres cultivos y queda vulnerable por su dependencia a las exportaciones del mercado de Estados Unidos.
Este es el mensaje de Alfredo Díaz, CEO de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (AMHPAC), poco más de una semana después de que se propusiera un impuesto de importación del 20% sobre los productos mexicanos en Estados Unidos.
"Estamos ocupados con la aceleración de algunas actividades debido al nuevo escenario internacional, pero creo que esto terminará fortaleciéndonos - cuando el tiempo llega con posibles tormentas, si nos ponemos al trabajo, hay grandes oportunidades", comentó a Portalfruticola.com.
Esas actividades se tratan de desarrollar mercados en el extranjero.
Durante tres años, AMHPAC ha estado trabajando mano a mano con agencias del gobierno mexicano, como ProMexico, para estudiar diferentes mercados como Europa, Asia y Rusia, pero el proteccionismo estadounidense bajo el presidente Donald Trump ha dado a esa iniciativa un impulso necesario.
Sólo hay que mirar los números para entender por qué la organización está tratando el asunto con tanta urgencia.
De los 1,2 millones de toneladas métricas de productos frescos que producen los miembros de AMHPAC cada año, Díaz dice que el 81% es exportado, y de ese porcentaje el 96% va hacia Estados Unidos y el 4% va a Canadá.
"Cuando hablo de acelerar esto, sabemos que tenemos una amenaza frente a nosotros y tenemos que acelerar cómo llegar realmente a esos mercados (no estadounidenses)”, indicó.
"Ahora lo que viene, es trabajar precisamente en estudios de factibilidad en logística y transporte. Ya hemos empezado esto”.
"Este mes tendremos reuniones de grupo de trabajo intensivas para acelerar estos estudios", señala, agregando que el mayor desafío será la perecederidad de los vegetales cuando se envían por vía marítima frente al mayor costo del flete aéreo.
La expansión de los cultivos en toda la organización también es reducida, según Díaz, siendo tomates los que ocupan alrededor del 60% del volumen, 19% en pimientos y 17% en pepinos.
"Pero los mercados también están exigiendo otros productos como la calabaza, las cebolletas, el brócoli y otros. Hay una serie de cultivos que hemos identificado y la propuesta sería hablar con los miembros de AMHPAC para decir que "los mercados están buscando estos cultivos - vamos a cultivarlos para ser menos vulnerables", informó.
Sin embargo, la decisión de producir otros cultivos y llegar a nuevos mercados tardará un tiempo y, mientras tanto, los productores tendrán que conformarse con las oportunidades de Estados Unidos, independientemente del entorno arancelario. Díaz dice que hay aproximadamente tres escenarios sobre cómo la situación podría desarrollarse.
"Las implicaciones económicas tienen muchas aristas. Por ejemplo, si se aplica el 20%, se reflejaría inmediatamente en nuestros costos”.
"¿Qué haría el productor? Aumentar el precio de venta por esa misma proporción. Finalmente, sería el consumidor estadounidense el que pague".
Él dice que el segundo escenario implicaría la aplicación del mismo arancel, pero el mercado de Estados Unidos no estaría dispuesto a absorber el aumento en precio.
"¿Qué pasaría? En Estados Unidos provocaría una brecha de oferta porque los vegetales mexicanos constituyen la mitad de los vegetales que se consumen en el mercado estadounidense.
"En el corto plazo habría una escasez y como la oferta disminuye, el precio sube. Y al final, el consumidor estadounidense también pierde”.
"Y las exportaciones mexicanas de vegetales, no sólo afectan a los productores mexicanos. En Estados Unidos genera mucho empleo y actividad económica - hay distribuidores, camioneros, mucha mano de obra y mucha generación de ganancias".
Dice que el tercer escenario, el más pesimista y muy remoto, sería una prohibición total de las importaciones mexicanas.
"En ese caso todo el mundo pierde. Pierden en Estados Unidos y perdemos en México".
Díaz concluye la conversación destacando cómo la situación sería mucho peor si México tuviera estándares insuficientes, pero el hecho es que la calidad de las frutas y hortalizas frescas es muy buena y cumple con los más altos estándares de seguridad alimenticia.
Díaz cree que, dondequiera que la industria sea capaz de enviar hortalizas frescas, serán bienvenidas.
Fotografía principal: Shutterstock.com