Escasez hídrica impacta a la fruticultura de la Región de Coquimbo

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Escasez hídrica impacta a la fruticultura de la Región de Coquimbo

La Sociedad Agrícola del Norte (SAN) entregó un duro informe sobre la situación hídrica que se registra en la Región de Coquimbo, una que presenta el punto más críticos de escasez hídrica de las últimas cinco décadas.

Paltos cortados a tocón en Fundo Santa Teresa de Ovalle / Fotografía gentileza SAN

Paltos en Fundo Santa Teresa de Ovalle / Fotografía gentileza SAN

Las cifras no mienten y estas revelan la compleja situación que se vive en esta zona del norte de Chile. Según el informe, elaborado por las Juntas de Vigilancia de la Región de Coquimbo, la cantidad de agua embalsada alcanzó niveles mínimos históricos, tanto que en diciembre de 2014 sólo había 88,67 millones de m3, lo que equivale a un 6,7% de la capacidad total.

A su vez, de las 120.786 hectáreas bajo riego en la región, 73 mil (60%) han dejado de ser regadas a causa de la severa sequía que ya se extiende por noveno año consecutivo, la cual ha afectado dramáticamente a pequeños, medianos y grandes agricultores, así como a las familias ligadas al mundo rural.

Del total de hectáreas bajo riego en la región, 26.518 se encuentran en la Provincia de Elqui, zona donde en la última temporada se dejaron de regar 10.870 hectáreas equivalentes al 40,99%.

En la Provincia de Limarí la situación es más compleja. Esta concentra sobre el 50% del total de la superficie bajo riego de la región (71.462 hectáreas) y ya se ha dejado de regar el 72,64% (51.913 hectáreas), quedando en la actualidad sólo 19.549 hectáreas disponibles para cultivo.

“Las zonas que han dejado de regar y secar sus cultivos son los sectores de Cogotí, Huatulame,  Punitaqui y Pama, ya que la dotación hídrica de esta temporada es cero”, detalla el documento.

Por su parte, en el Valle del Choapa, al sur de la región, existían 22.806 hectáreas bajo riego. De ellas, se ha dejado de regar el 44,94%, quedando sólo 12.556 hectáreas bajo riego en la actualidad.

Con lo anterior, se concluye que en esta temporada la productividad en el Valle de Elqui alcanzaría en promedio un 55%, mientras que en el Limarí  sólo llegaría al 20% y en el Choapa, tendría una productividad agrícola del 45%.

“La superficie de riego se ha reducido en un 60,46% lo que equivale a 73.033 hectáreas menos a nivel regional, representando una disminución significativa en la productividad agrícola local. Esta situación contempla una cifra mínima histórica desde el auge de la agricultura en la región de Coquimbo, alcanzado al día de hoy sólo 47.753 hectáreas bajo riego, cifra incluso menor a la temporada 2007, año en el cual existió la última crisis hídrica regional en donde se catastraron alrededor de 70.000 hectáreas productivas bajo riego”, indica el documento.

Paltos cortados a tocón en Fundo Santa Teresa de Ovalle/ Fotografía gentileza SAN

Paltos cortados a tocón en Fundo Santa Teresa de Ovalle/ Fotografía gentileza SAN

El informe, presentado por la presidenta de la SAN y directora de Fedefruta, María Inés Figari, durante una actividad que contó con la presencia de autoridades regionales, municipales, parlamentarios y un centenar de agricultores afectados por la falta de agua, producción y sustento, señala que el rubro más perjudicado por la sequía ha sido la fruticultura.

“Se han realizando manejos de podas severas (dejar ‘a tocón’) en paltos, mientras que otros frutales han recibido riegos de supervivencia, y en casos más extremos, se han dejado secar cuarteles completos”, dice el informe, mientras que en sectores con algún tipo de seguridad hídrica se prefirieron cultivos de ciclos cortos.

Entre 2009 y 2013, la región contaba con 120.000 hectáreas cultivadas, con unas 53.188  plantadas con frutales, principalmente destinados a exportación. Esta cifra corresponde a una sexta parte de la superficie frutícola de Chile.

Del total, un poco más de 10 mil eran destinadas a la producción de uva pisquera, industria que genera alrededor de US$250 millones. Además, contaba con 2.414 hectáreas de superficie plantada con uva vinífera.

Actualmente hay más de 2 mil agricultores asociados en cooperativas pisqueras, uno de los sectores emblemáticos de la región y que ha sufrido una notable disminución de la producción, cercana al 50%.

“Esta temporada sólo se llegaron a 160 millones de kilos, considerando que normalmente se producen casi 300 millones de kilos, afectando a más de 2.400 pequeños de productores de no más de 5 hectáreas”, resalta el documento.

Mirada desde el campo

Reinaldo Mora es un pequeño productor de uva de mesa en Monte Patria, Provincia del Limarí. Comenzó a trabajar en parcelas del sector en 1984 y a sus 70 años nunca había sido testigo de una situación tan extrema.

Él no contará con producción este año y está endeudado, situación que se repite con varios productores de la zona.

Reinaldo Mora/Fotografía gentileza SAN

Reinaldo Mora/Fotografía gentileza SAN

“La situación es que estoy perdiendo el parrón completo por la sequía. Desde el año pasado que no tengo agua para regar, la pura garúa. Aquí no tiene ningún riego este parrón. Tengo goteo pero está perdido porque no hay agua”, detalló el agricultor desde la parcela El Piñón, en declaraciones recogidas por la SAN.

“Todo esto fue inversión mía, yo lo planté con mi dinero. El goteo me apoyó el INDAP”, dijo.

“Espero que el banco nos pueda condonar la deuda y el INDAP también…tampoco hay compradores, porque una parcela sin agua nadie la compra. No teniendo agua el tranque nadie quiere comprar. Nosotros estamos con las manos atadas”, destacó.

Si las lluvias aparecieran en 2015 sería difícil para Mora recuperar la producción de sus huertos.

“Tendría que tratar de recuperarlo [el parrón] de a poco, lo más que se pueda. Sacar brotes nuevos para recuperarlo pero producción no, porque tendría que empezar todo de nuevo y sacar para unos años más, porque recuperar la planta cuesta mucho así como está”, concluyó.

Por su parte, José Corral, productor a cargo de una exportadora de fruta en la zona del Elqui y Limarí, y socio de una propiedad que se dedica a la uva de mesa, dio un PortalFruticola.com un panorama más amplio de lo que se registra en la región.

“Principalmente todas las zonas que están en Monte Patria, de Tulahuen, de Cañaral Alto, parte de Combarbalá, San Marcos, diría todo lo que es el río Huatulame y Cogotí está muy complicado y [los productores] tuvieron que abandonar los cultivos y muchos de ellos también los predios”, dijo.

En el caso del Valle de Elqui, Corral detalló que el río que cruza este valle también “ha sido bastante expresivo”.

“Sobre todo el último mes [diciembre] el río bajó sus niveles también a un nivel histórico. En muchas secciones [del río] definitivamente no pasaba agua”, detalló.

“Las juntas de vigilancia lo que han indicado es que posiblemente hoy día solamente están funcionando por el tranque que tienen de cuenca arriba -La Laguna-, y es la única provisión que puede tener ese valle [ELqui]”, dijo, agregando que “creemos que a finales de abril ese valle va a estar en las mismas condiciones que Limarí, con dotaciones mínimas de agua y posiblemente más drástica”.

Corral sostuvo que hoy la situación hídrica está llegando a su máxima expresión.

Mandarinos cortados / Fotografía gentileza SAN

Mandarinos cortados / Fotografía gentileza SAN

“Es una situación de sequía que se viene arrastrando en forma grave los últimos cinco años. De alguna forma estábamos acostumbrados en el tiempo a tener ciclos de sequía pero lamentablemente este último ciclo ha sido bastante largo, por lo tanto hoy día ha costado poder previsionarlo y eso es lo más delicado”.

Consultado respecto a los cultivos más complicados, Corral dijo que esto depende de su ubicación dentro del valle.

“Con estos valles transversales nosotros tenemos de este a oeste. Normalmente los cultivos que se han ido eliminado de nuestro sistema son principalmente aquellos cultivos de mucha demanda hídrica, por ejemplo, los paltos”.

“No solo han desaparecido por la sequía sino también por un tema de posicionamiento del cultivo a suelo, clima y también por rendimientos básicos”.

“Diría que el más afectado son los paltos pero sin duda más del 70% de nuestra producción es uva de mesa y uva pisquera, y aquellos cultivos bastante envejecidos también se han dejado de cultivar”.

Corral, quien también es vicepresidente de la SAN, puso de relieve que lo más grave es que el agua pasó a ser un factor limitante en la región.

“Hoy es de suma urgencia poder re-organizar todos nuestros pasivos y también una mirada a futuro. Vamos a necesitar recursos para poder reconvertir y en muchos casos volver a incorporar especies”.

“Hoy el tema financiero va a ser un tema muy relevante para poder continuar el desarrollo de la fruticultura y agricultura en nuestra región, en una actividad donde se pone en riesgo la productividad final y las fuentes de trabajo”, sostuvo.

Medidas a tomar por el sector

Está previsto que el recurso hídrico mantenga su escasa disponibilidad durante los próximos meses. Por ello es clave para el sector que se tomen desde ya medidas paliativas de mediano y largo plazo.

De acuerdo al informe, algunas de las medidas a corto plazo son la reprogramación de deudas, creación de un fondo especial de CORFO ante catástrofe, condonación de contribuciones e impuestos para los agricultores, concurso de la Ley de Riego con fondos destinados para la región, disminuir los costos de energía para impulsión de agua, entre otras.

A mediano plazo, se propone la creación de una carretera hídrica para trasladar el recurso hídrico desde el sur del país, analizar los sectores potenciales de construcción de plantas de tratamientos de aguas residuales con el objetivo de recuperarlas e insertarlas al sistema e instalación de plantas desalinizadoras en las tres provincias para provisión de agua potable para la población.

“Como gremio necesitamos apoyo financiero que paga la mano de obra, por lo que el Estado debe tender la mano a la agricultura como lo hizo alguna vez con la banca”, comentó Figari.

En tanto, Daniela Norambuena, Secretaria Ejecutiva de SAN, destacó que como entidad han levantado un catastro “y con ello transparentamos las cifras que son lamentables”.

“Hace 4 años había 120 mil hectáreas cultivadas en la región y hoy sólo hay 53 mil hectáreas cultivadas. Hace 7 años había 59 mil personas empleadas en el sector agrícola y actualmente existe 13 mil puestos de trabajo menos que ha generado pobreza y migración del campo a la ciudad”, detalló.

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