Chile: El rol de las cooperativas agrícolas para potenciar a la agricultura familiar
El desafío en la región es generar una agricultura familiar competitiva y sustentable.
Representantes de Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile expusieron ante 150 asistentes, entre los que se encontraban autoridades nacionales, internacionales y pequeños agricultores de todo el país, sobre su experiencia de desarrollo agrícola a través del modelo cooperativo.
En el marco del Año Internacional del Cooperativismo y ad portas de la XVIII Reunión Especializada de Agricultura Familiar (REAF) que se llevará a cabo el 11 de noviembre en Porto Alegre, Brasil, la Unión Nacional de Agricultura Familiar en conjunto con la Confederación Nacional de Federaciones Cooperativas y Asociaciones Silvoagropecuarias, CAMPOCOOP y el programa FIDA Mercosur, organizaron este evento como plataforma de exposición y debate de políticas públicas que se debieran afrontar en Chile para dar un mayor impulso al sector cooperativo.
La FAO ha dicho que las cooperativas alimentan al mundo, y no está nada de lejos de la verdad. En Uruguay las cooperativas agrícolas representan un 20% del PIB nacional y rubros como la leche y los cereales son importantes tanto para abastecer el mercado interno como el externo.
En la exposición de Mario Mondelli, representante de la Federación de Cooperativas Agrarias de Uruguay (CAF), se mostraron cifras que hablan de la potencia del modelo y como les da la oportunidad a pequeños agricultores de competir en igualdad de condiciones ante grandes empresas nacionales e internacionales.
Un ejemplo de ello es la leche, donde más del 60% de la producción cooperada es exportada. La cooperativa CALCAR, que está enfocada al mercado interno, tiene una facturación anual de US$ 80 millones, y reúne a 160 productores que a su vez dan empleo a más de 250 personas.
La importancia del sistema cooperativo como herramienta de inserción de la agricultura familiar a los mercados no es sólo para que ellos logren conseguir mejores precios de venta al generar volúmenes competitivos. Si bien esta es una de las ventajas, lo que busca realmente esta herramienta es generar empresas sustentables, que les den una mejor calidad de vida a los productores y sus familias, y que a la vez, re-encanten a los agricultores a quedarse en el campo desarrollando la agricultura y no migren a las ciudades en busca de oportunidades.
¿Cómo aportan las cooperativas a lograr estos dos cometidos? Según las políticas públicas de cada país, las cooperativas muchas veces tienen beneficios tributarios que las ayudan a ser más competitivas, al igual que programas de subsidios y desarrollo que les permiten no sólo ser proveedores de grandes agroindustrias, sino que buscan que las cooperativas puedan innovar, desarrollar y comercializar sus propios productos, dándoles un valor agregado.
En Brasil por ejemplo, la UNICAFES es un instrumento que reúne a cooperativas de menor tamaño que abastecen al mercado interno. Es tanta su relevancia que las cooperativas socias de UNICAFES son proveedores del propio estado, brindándoles productos para abastecer a las escuelas, centros de salud y otras instituciones con alimentación. Esta organización tiene 1.100 cooperativas y más de un millón de afiliados.
Brasil tiene más de 5 millones de predios en manos cooperativas que equivalen a 329 millones de hectáreas y que se concentran en su mayoría en las regiones costeras del país.
En Chile el desafío es grande, ya que el modelo perdió fuerza en los últimos años y casi no existen políticas públicas que fomenten el sistema asociativo. Según cifras del Departamento de Cooperativas DECOOP, al 2012 sólo existen 51 cooperativas agrícolas y 70 campesinas activas.
El re-encantar a los agricultores a seguir haciendo agricultura es una meta a nivel país, y para los pequeños agricultores y sus familias, este sistema asociativo es una herramienta eficiente no sólo para sobrevivir, sino que para emprender, abrir mercados, crear y participar en una economía liberal y competitiva de igual a igual.
Fuente: Campocoop