Chile: Valles de Limarí, Elqui y Biobío se potencian como polos vitivinícolas
En la IV y la VIII Región está puesta gran parte de los ojos de la industria vitivinícola nacional. A los tradicionales valles de la zona central se suman nuevos emprendimientos en áreas más alejadas, como Elqui, Limarí y Biobío, que están atrayendo a varias de las compañías.
"La madurez del negocio vitivinícola en Chile ha traído consigo aires de innovación, lo que se ha traducido en una búsqueda de nuevos nichos geográficos", señala el enólogo de Viña Montes, Gustavo Hörmann. "Los valles que hoy día están emergiendo se encuentran en los extremos de la zona vitivinícola chilena. Estos son el valle de Limarí y el Valle del Elqui, por el norte, y en la zona sur destaca el área de Biobío y Traiguén", explica el gerente general de Tabalí, Felipe Müller.
La atracción que genera el norte está principalmente vinculada al clima. "El Elqui tiene un clima privilegiado, con claras diferencias de temperaturas entre el día y la noche", dice el gerente general de Casa Lapostolle, Patricio Eguiguren. Este valle, concuerdan en el sector, tiene aún pocas hectáreas plantadas, pero ya comienzan a mostrar su potencial. La principal cepa que se está desarrollando en ese lugar, dice Eguiguren, es syrah.
Müller subraya, en tanto, que "el Limarí es sin duda la zona con más potencial, por su excelente clima y su particular tipo de suelo que permite producir vinos de una calidad extraordinaria". Agrega que ese valle "produce hoy los mejores sauvignon blanc, chardonnay, pinot noir y syrah de Chile".
En esa zona ya hay proyectos grandes de Concha y Toro, Tabalí, Viña Sutil y Tamaya, entre otros.
El sur también ha capturado el interés de los empresarios vitivinícolas. "Lo único emergente es lo que está empezando a ocurrir en el Biobío", dice el presidente de Empresas Sutil -que controla Viña Sutil- Juan Sutil. Agrega que "este valle es apto para vinos reserva de bastante buena calidad".
Hoy hay un proyecto de Córpora en la zona y Sutil también tiene un terreno. "En el sur, la zona que mayores inversiones ha concentrado es la Región del Biobío, con algunos excelentes exponentes de pinot noir, riesling y chardonnay", comentan en Tabalí.
Con todo, el enólogo jefe de Viña Ventisquero, Felipe Tosso, dice que lo más relevante en este proceso es que si antes la industria se desarrollaba en 600 kilómetros, aproximadamente -desde el valle de Aconcagua en el norte, hasta un poco más allá del Maule en el sur-, "hoy oficialmente se cultiva la vid vinífera desde Elqui hasta la Novena Región, o sea, unos 1.200 kilómetros".
Ventisquero, incluso, está apostando por un proyecto más al norte: en Huasco, III Región, con una plantación experimental.
El recambio del Maule
Aunque en la industria coinciden que ningún valle se ha desvalorizado, sí aseguran que los más consolidados como el valle de Colchagua y del Maipo han perdido protagonismo frente a las zonas más emergentes. Destacan, no obstante, que hay un área que, pese a su tradición, se está reinventando fuertemente: el Maule.
"El valle del Maule está reinventándose para recuperar el sitial que se merece y lo está haciendo muy bien", dicen en Montes. "El único valle que se está potenciando es Cauquenes -una subdenominación del Maule-, que está dando una uva de una muy buena calidad", destaca Sutil.
Esta reinvención ha consistido, principalmente, en recuperar una "cepa olvidada", dicen en el rubro, denominada Carignan. Se trata de una cepa tinta justamente de los secanos del Maule.
Además, están desarrollando un espumoso de cepa país, a cargo de Viña Miguel Torres.
Sube precio de los terrenos de las viñas
"Los precios de los terrenos agrícolas en general han ido subiendo, en los últimos 10 años", dicen en Montes.
Según el gerente general de Bethwine -que maneja Indómita y Santa Alicia-, Wilfred Leigh, los incrementos de los valores han estado determinados por la disponibilidad de agua y el costo oportunidad inmobiliaria. "En el caso de Casablanca o Leyda, la poca disponibilidad de agua ha influido notoriamente en los precios. En Pirque o Puente Alto, donde existe la posibilidad de 'reconversión' inmobiliaria, también se ve un alza", comenta. Puntualiza que la hectárea en esas zonas varía entre $ 20 millones y $ 30 millones.
En la misma línea, en Tabalí destacan que los valles que tienen el precio más elevado son: Maipo -por estar en la Región Metropolitana-, Colchagua -por tener sectores como Apalta- y Casablanca, por ser una zona de fácil acceso y cercanía entre Valparaíso y Santiago.
Según Juan Sutil, una hectárea plantada en un valle de calidad como Apalta puede bordear los US$ 30.000 y US$ 35.000, mientras que una hectárea en zonas como Maule llega a los US$ 25.000.
En el Limarí, en tanto, afirman en la industria, el precio de la hectárea con agua se ha triplicado o cuadruplicado en los últimos 10 a 15 años.
Fuente: La Tercera