El minifundismo en la estructura agraria hace inviable la recolección a cuenta del agricultor.

La estructura agraria de la Comunitat Valenciana relativa al cultivo de cítricos vuelve a reflejar la inmensa proliferación de los minifundios que, con el paso de los años, impide poder corregir uno de los males endémicos que condenan a la citricultura valenciana: su falta de rentabilidad. El 40,7% de las explotaciones naranjeras de la autonomía tiene una extensión inferior a una hectárea (unas doce hanegadas, es decir algo menos que la superficie de un campo de fútbol), el 22,9% sitúa su tamaño entre una y dos hectáreas y el 23,5%, entre dos y cinco hectáreas, según constata el último censo oficial elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La encuesta sobre la estructura de las explotaciones agrícolas de Valencia, Alicante y Castelló -a diferencia de Andalucía, donde abundan los latifundios- viene a constatar la serias dificultades que tendrán a partir de ahora los agricultores valencianos para aplicar la norma que el Comité de Gestión de Cítricos (empresarios del sector) pretende imponer: la recolección de la fruta "a cuenta del productor". Sin apenas medios materiales y recursos humanos, la Comunitat Valenciana cuenta con 35.127 titulares de explotaciones de naranjas, mandarinas, limones o pomelos cuyos campos ofrecen una extensión inferior a una hectárea. Sumados éstos a las propiedades inferiores a cinco hectáreas el mapa define un 87% de campos de cultivo que son minifundios en manos de muchos agricultores, la mayoría de éstos a tiempo parcial y con notables problemas para poder mantener la rentabilidad dada la continua subida de costes y la caída de precios en las últimas campañas.

A la vista de esta situación los máximos responsables de las organizaciones agrarias AVA-Asaja y la Unió, Cristóbal Aguado y Josep Botella, rechazan de plano que el comercio compre, a partir de ahora, sólo fruta recolectada y sobre camión, tal como practica en Cataluña y Andalucía.

Situaciones diferentes

La coyuntura en Andalucía -cuyo sector citrícola produce sobre todo para la industria de zumos- es diferente porque los campos de cultivo están en manos de pocos propietarios. Sólo un 5% de los campos valencianos de cítricos tiene una extensión superior a las diez hectáreas.

Florida también abandona cultivos

El abandono de cultivos por falta de rentabilidad en la Comunitat Valenciana, que las organizaciones citrícolas valencianas denuncian permanentemente durante los últimos años, también afecta de lleno a Florida (EE UU), una de las principales zonas productoras del mundo. La proliferación de plagas y los problemas financieros de citricultores norteamericanos ha provocado que la superficie naranjera de esta región se reduzca en un 40% entre 1972 y 2010, según los últimos datos facilitados por el departamento de Agricultura de EE UU. Entre 2009 y 2008 la superficie disminuyó un 6%.

Fuente: Levante-emv.com