Chile: Las lecciones por aprender de las heladas

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Chile: Las lecciones por aprender de las heladas

La ola polar de 2007 causó estragos y dejó enseñanzas. Los que las incorporaron, este año consiguieron minimizar los daños. Sin embargo, aún hay estrategias por aplicar que podrían ayudar a evitar el impacto tan profundo de las bajas temperaturas.

"Hace unos días productores de paltas me contaban que es cuarto año consecutivo que se hielan sus producciones. Así, ningún negocio resiste. La moraleja de esto es que debemos sí o sí planificar un ajuste", sostiene Santiago Matta, presidente de los productores de Quillota.

Las bajas temperaturas han hecho de las suyas, especialmente en paltos y  cítricos. Y si bien este año las bajas temperaturas, que recién la semana pasada comenzaron a dar tregua, no llegaron a mínimos tan bajos como en 2007 -cuando las heladas quemaron incluso los árboles-, sí han estado presentes por más días.

En 2007 el daño implicó, sólo en paltos, pérdidas cercanas al 35% de la producción. Para el actual fenómeno aún no hay catastros oficiales y, según la Seremi de Agricultura de la V Región, podrían pasar hasta dos semanas antes de que se tenga una medición del impacto. Estimaciones indican que hay pequeños productores que podrían tener pérdidas de hasta 45% en paltos. Quienes están evaluando en terreno coinciden en que el impacto no es generalizado como en 2007.

"Cuando partieron las heladas, el daño estimado era de 10% a 15%, pero hoy para algunos pequeños agricultores usuarios de Indap las bajas podrían llegar hasta 45%", revela Francisco Vial, seremi de Agricultura de la Región de Valparaíso.

Los grandes afectados, además de las hortalizas, fueron las producciones de cítricos y paltos. La razón: gran parte de las plantaciones se concentra en la V, Metropolitana y VI Región, justamente algunas de las más azotadas por la ola polar. Según el Catastro Frutícola de Odepa y Ciren, esas tres regiones concentran 7.400 de las 8.200 hectáreas de naranjos del país, y 22.500 de las casi 27 mil ha con paltos que hay en el país.

De todas formas, la experiencia vivida en 2007 de algo sirvió, aunque no se aprovechó del todo. Muchos productores, en especial los más grandes, invirtieron en sistemas de calor o de riego que permiten subir uno o medio grado las temperaturas.

"Lo que pasó en 2007 fue un llamado de alerta que algunos utilizaron como incentivo para tomar precauciones. Pero me he dado cuenta de que muchos otros no pensaron que  podría venir otra helada fuerte", sostiene Vial.

Pero está claro que las heladas han pasado de ser una posibilidad lejana a una realidad casi de cada año. Y nada dice que este año no podrían repetirse situaciones similares.

Frente a eso sólo cabe precaverse y tomar las medidas.

Reconversión sí o sí

En una mirada de largo plazo, resulta clave analizar si los cultivos están en las zonas más adecuadas. En ese escenario, la reconversión sería una de las mejores opciones.

"La clave está en plantar en zonas sin heladas, evaluando el comportamiento del clima a largo plazo y  factores como el agua y el suelo. Reconvertir en las zonas dañadas podría ser una alternativa viable", sostiene Juan Carlos Sepúlveda, gerente de Fedefruta.

El cambio hacia especies más resistentes, como el nogal, altamente apetecidas por mercados extranjeros y menos demandantes de agua, podría amoldarse efectivamente a los suelos, por ejemplo, de Petorca en la V Región, donde la escasez hídrica es frecuente.

"Lo más importante es proyectar una mirada de largo plazo, pensando en una alternativa de producción que no se afecte por heladas y sea sostenible en el tiempo", explica Jaime Salvo, investigador Inia La Cruz.

Otra medida es la construcción de un embalse definitivo en el río Aconcagua. Eso sería de gran ayuda para los productores de la zona que año a año deben hacer malabares para regar, dada la estrechez hídrica.

Según cifras de la Asociación de Productores de Quillota, cada año se pierden alrededor de mil millones de metros cúbicos de agua del río Aconcagua. Con un embalse, el recurso no se perdería y permitiría fortalecer la red de riego en la localidad.

Los suelos más húmedos son una de las formas efectivas de combatir las heladas, ya que permiten aumentar hasta en un grado las temperaturas en los cultivos.

"El bajo nivel hídrico en zonas como Petorca hace que los árboles estén más débiles y por tanto soporten menos condiciones extremas. La V Región es la única sin embalse en el país, pese a tener el mayor potencial de encadenamiento productivo", sostiene Matta.

Otra clave es fortalecer la capacitación de los productores para que utilicen y hagan seguimientos en redes de monitoreo permanente. Hoy, además de los proyectos de Indap de instalación de sistemas de monitoreos en predios agrícolas en algunas zonas, cualquier productor puede acceder a información agroclimática, para hacer un seguimiento diario de las condiciones climáticas de su localidad.

Los expertos recomiendan también acciones concretas, como la generación de calor a través de distintos soportes, la utilización de coberturas plásticas en cultivos bajos y la implementación de barreras térmicas a través de sistemas de aspersión y congelamiento.

Aunque el impacto real aún está en proceso de evaluación, las autoridades ya adelantan algunas medidas para ayudar a los afectados.

La evaluación en terreno, la asesoría a los pequeños productores a través de Indap, la formulación de estrategias para recuperar los árboles dañados y la evaluación de las deudas de este año, son parte de las acciones proyectadas.

 ¿Qué pasa con las hortalizas?

"Las heladas han generado daños en hortalizas, sobre todo en la Región Metropolitana. Pese a ello, como el polo productivo de invierno es la IV Región, no se han disparado los precios. Los productos más afectados en la Región Metropolitana son la lechuga, la espinaca y la acelga. También el perejil y cilantro", explica Manuel Tarraza, gerente general de Hortach.

La opinión de los expertos

Adolfo Ochagavía, presidente del Comité de Palta

"En laderas se presentan temperaturas unos grados más altas, al contrario de lo que pasa en zonas planas. Como las  laderas representan un volumen importante de lo que va a exportación, se puede decir que hay zonas poco, medianamente o muy afectadas, pero nunca comparable a 2007, hasta el momento. En todo caso, hay que ser cautelosos porque aún no termina el invierno".

Patricio Carvajal, presidente de la Asociación de Citricultores

"Habrá que seguir evaluando el impacto real cuando terminen las temperaturas bajo cero, porque hay muchas variables que están en juego. En el caso de los cítricos, hay bastante ansiedad e incertidumbre porque el mercado castiga la calidad y no sabemos bien qué cantidades tendremos para ofrecer".

Fuente: Revista del Campo

Portal Fruticola

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