Las claves del por qué América Latina enfrentó con mayor resistencia la recesión económica mundial

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Las claves del por qué América Latina enfrentó con mayor resistencia la recesión económica mundial

De acuerdo a un análisis de Standard&Poor´s la contracción que experimentó la región en 2009 fue más benigna y corta que en Estados Unidos y los países de la Eurozona. La demanda generada por los mercados asiáticos jugó un rol fundamental junto a un proceso de liberalización comercial.

Fue más que buena suerte el que América Latina enfrentara con mayor resistencia los efectos de la recesión económica mundial. De acuerdo a un reporte de la agencia de calificación de riesgo Standard&Poor´s (S&P), ese proceso se debió primordialmente a que la mayor parte de las naciones de la región cuentan con pilares más sólidos, resultado de la aplicación de reformas que han sentado bases macroeconómicas más fuertes y sistemas financieros más sanos.

De acuerdo a los analistas internacionales de S&P, Joydeep Mukherji y Sebastián Briozzo, la contracción que experimentó América Latina en 2009 resultó más benigna y corta que en Estados Unidos y los países de la Eurozona. “Este desempeño reciente contrasta con la experiencia en recesiones mundiales anteriores, cuando las economías latinoamericanas generalmente se contraían más que las economías de Estados Unidos y Europa”, escribieron en el informe.

Factor 1: La buena suerte

Diversas tendencias mundiales ayudaron a que muchos países latinoamericanos afrontaran “el severo estrés de los últimos dos años”, y que en S&P catalogaron como de “buena suerte”. Sin embargo, en la medida “en que dicha suerte desaparezca pronto, la resistencia reciente de muchas economías latinoamericanas podrían no augurar optimismo sobre el futuro”, aseguran Mukherji y Briozzo.

Para ambos analistas muchas naciones de la región “tuvieron suerte” al beneficiarse de los altos precios de la materia prima durante la recesión mundial, lo cual fue fuertemente apoyado por la demanda asiática de muchos productos exportados desde América Latina.

De acuerdo a S&P, el continente asiático ­–especialmente China– “demostró ser un motor resistente para el crecimiento mundial debido a su fuerte demanda interna que logró compensar la pérdida de mercados de exportación en las economías occidentales. La economía china creció poco menos de 9 por ciento en 2009, cerca de su tasa promedio de crecimiento del PIB de 10 por ciento durante la década pasada”.

De acuerdo a cifras entregadas en el informe, las exportaciones latinoamericanas a China y a otras naciones del Asia Pacífico aumentaron casi a un 15 por ciento de los envíos totales en 2009, en comparación a un 5 por ciento en 2000.

Específicamente en Sudamérica, estos aumentos fueron liderados por Brasil, Perú y Chile, seguidos de Costa Rica y Panamá en América Central. Otras naciones como México y algunos países de Centroamérica mantuvieron a Estados Unidos como su principal mercado de destino.

Factor 2: La lección aprendida

“La buena fortuna” - dicen Mukherji y Briozzo– “claramente jugó un papel en la explicación de la reciente resistencia económica de América Latina, pero no fue el único factor. Además, no todos los países de América latina, tuvieron tan buena suerte. La mayoría de los gobiernos aprendió valiosas lecciones de crisis económicas anteriores durante las décadas de 1980 y 1990 y, por lo tanto se encontraban en mejor forma para absorber el impacto de la crisis reciente”.

Al respecto, en el informe de S&P se especifica que uno de los factores que han colaborado en esta resistencia es que los países en general, “han fortalecido sus sistemas financieros”. Esto sumado a que “la política monetaria se ha vuelto más flexible, permitiendo que muchos bancos centrales recorten las tasas de interés para sostener la demanda interna durante una recesión sin temor a la inflación”.

Dicha situación ha derivado en pilares macroeconómicos más fuertes –como un menor nivel de deuda y una mayor flexibilidad monetaria– entregando a algunos gobiernos latinoamericanos la posibilidad de implementar políticas anticíclicas con el objetivo de reducir el impacto de una crisis financiera mundial.

Paralelamente se dio que, tras años de crecimiento sumado a la contención de los déficits fiscales, se produjo un impacto positivo sobre la deuda de diversas naciones: “Muchos países entraron en la recesión mundial de 2009 con una reducida carga de la deuda. La deuda neta del gobierno general (ponderada por el PIB) para la región en su conjunto bajó a 35% del PIB al cierre de 2008 frente al nivel de 52% que tenía en 2002”.

Otro factor que ayudó en gran medida fue la liberalización comercial, proceso que ha tenido un gran auge desde la década de los 90, que ha conducido a la firma de una serie de tratados de libre comercio, tanto bilaterales como regionales. Al respecto, el informe detalla que “tales políticas han ayudado a países como Chile, Colombia, Perú, México y Panamá, así como a Centroamérica, a promover y a diversificar sus exportaciones”.

También, en S&P destacan que muchos gobiernos de América Latina incrementaron el gasto en inversión, lo cual refleja un cambio si se compara con lo ocurrido en crisis anteriores, cuando los gobiernos normalmente recortaban el gasto para evitar un aumento del déficit fiscal. Según la agencia de análisis de riesgos, esto refleja un buen augurio para las perspectivas de crecimiento de largo plazo del PIB.

“Países como México, Colombia y Brasil impulsaron la inversión en infraestructura, incluyendo asociaciones público-privadas. Quizá el incremento más impresionante correspondió a Perú, donde la inversión del sector público se incrementó a 5.3% del PIB en 2009 tras oscilar en menos de 3% del PIB durante la mayor parte de la década actual”.

Fuente: Portal Frutícola

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