Banco Vivo de calafate: resguardo y conservación del Patrimonio Genético de Magallanes

La producción de calafate (Berberis microphylla) representa uno de los tesoros botánicos más emblemáticos de la Patagonia chilena, especialmente en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. Este arbusto nativo, conocido por sus característicos frutos de color azul violáceo intenso, no solo forma parte del paisaje austral, sino que también constituye un elemento fundamental de la identidad cultural y el patrimonio natural de esta región del extremo sur de Chile.

En un contexto global donde la conservación de la biodiversidad enfrenta desafíos crecientes debido al cambio climático y la presión sobre los ecosistemas nativos, la preservación de especies como el calafate adquiere una importancia estratégica. Los frutos del calafate destacan por su elevado contenido de antocianinas y polifenoles, compuestos bioactivos con reconocida capacidad antioxidante que han despertado un creciente interés en las industrias alimentaria, cosmética y farmacéutica a nivel internacional.

Ante esta realidad, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), a través de su Centro Regional INIA Kampenaike, ha desarrollado una iniciativa científica de gran relevancia: el establecimiento de un Banco Vivo de Calafate. Esta plataforma de conservación ex situ tiene como propósito fundamental preservar la diversidad genética de Berberis microphylla, apoyar su proceso de domesticación y sentar las bases para el desarrollo de una cadena de valor sustentable basada en este fruto nativo patagónico.

El presente artículo explora en profundidad las características del Banco Vivo de Calafate, los estudios previos que fundamentan su creación, los desafíos asociados a la propagación de esta especie nativa, y las proyecciones futuras que posicionan a esta iniciativa como un referente nacional en la valorización de especies nativas del extremo sur de Chile.

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1. El calafate: características y valor del fruto patagónico

El calafate (Berberis microphylla) es un arbusto espinoso perteneciente a la familia Berberidaceae que crece de forma silvestre en diversos ambientes de la Patagonia, desde el nivel del mar hasta zonas de alta montaña. Su distribución natural abarca territorios de Chile y Argentina, encontrándose especialmente representado en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, donde se ha convertido en un símbolo natural y cultural de profundo arraigo en la identidad regional.

Las características morfológicas del calafate incluyen hojas pequeñas y coriáceas, flores amarillas que aparecen en primavera y, especialmente, frutos esféricos de color azul violáceo intenso que maduran durante el verano austral. Estos frutos, además de su atractivo visual, poseen propiedades nutricionales y funcionales excepcionales que han captado la atención de investigadores y empresas del sector alimentario y farmacéutico.

El valor agregado del fruto de calafate reside principalmente en su composición química. Estudios científicos han demostrado que los frutos del calafate presentan concentraciones elevadas de antocianinas, pigmentos naturales responsables de su color característico y que poseen potentes propiedades antioxidantes. Adicionalmente, estos frutos son ricos en polifenoles, compuestos que han sido asociados con múltiples beneficios para la salud humana, incluyendo efectos antiinflamatorios, antimicrobianos y cardioprotectores.

La creciente demanda global de alimentos funcionales y productos nutracéuticos ha posicionado al calafate como una especie con alto potencial comercial. Las aplicaciones del fruto de calafate abarcan desde la elaboración de jugos, mermeladas y productos de repostería, hasta la extracción de compuestos bioactivos para la industria cosmética y farmacéutica. Esta versatilidad convierte al calafate en una oportunidad única para el desarrollo de cadenas de valor basadas en recursos nativos de la Patagonia chilena.

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2. El Banco Vivo de calafate: estrategia de conservación genética

El Banco Vivo de Calafate establecido por INIA Kampenaike representa una estrategia integral de conservación ex situ diseñada para preservar, multiplicar y evaluar la diversidad genética de Berberis microphylla. A diferencia de los bancos de germoplasma tradicionales que conservan semillas en condiciones controladas, un banco vivo mantiene plantas completas en condiciones de campo o invernadero, permitiendo la observación continua de características morfológicas, fenológicas y agronómicas.

La conformación del Banco Vivo de Calafate se ha realizado mediante la selección cuidadosa de material genético de alta calidad, recolectado en diferentes localidades de la Región de Magallanes. Este proceso de colecta ha considerado la representatividad geográfica y ecológica, asegurando que el banco contenga accesiones que reflejen la variabilidad natural de la especie en sus distintos ambientes de distribución.

La implementación del Banco Vivo de Calafate ha requerido el desarrollo y ajuste de protocolos específicos de propagación y viverización adaptados a las condiciones particulares de la región austral. Estos protocolos abarcan desde la selección de plantas madre con características deseables hasta técnicas especializadas de multiplicación que permiten obtener material vegetal uniforme y de calidad certificada.

Una de las funciones fundamentales del Banco Vivo de Calafate es servir como plataforma experimental para estudios de fisiología vegetal, evaluación de sanidad, desarrollo de prácticas de manejo agronómico y análisis de compuestos bioactivos. Esta infraestructura científica permite a los investigadores de INIA Kampenaike generar conocimiento aplicado que contribuye directamente a la domesticación del calafate y al desarrollo de sistemas productivos sustentables.

3. Importancia estratégica del Banco Vivo para la Región de Magallanes

El Banco Vivo de Calafate trasciende su función como repositorio de recursos genéticos para constituirse en un aporte estratégico de múltiples dimensiones para la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. Su importancia puede analizarse desde tres perspectivas complementarias: conservación ambiental, desarrollo económico e identidad cultural regional.

Desde el punto de vista de la conservación ambiental, el Banco Vivo de Calafate asegura la preservación de un recurso genético único y vulnerable. Los ecosistemas patagónicos enfrentan presiones crecientes derivadas del cambio climático, la expansión de actividades productivas y los cambios en el uso del suelo. En este contexto, la conservación ex situ del calafate representa una estrategia de resguardo fundamental que garantiza la disponibilidad de material genético diverso para el futuro, incluso en escenarios donde las poblaciones silvestres pudieran verse afectadas.

En términos de desarrollo económico, el Banco Vivo de Calafate constituye la base para el fomento de una cadena de valor innovadora basada en un fruto nativo con alto potencial nutracéutico. La disponibilidad de material vegetal de calidad, genéticamente caracterizado y producido bajo estándares técnicos rigurosos, permite avanzar hacia el establecimiento de huertos comerciales de calafate que podrían generar nuevas oportunidades productivas para agricultores y empresarios regionales.

El calafate ha sido tradicionalmente un elemento emblemático de la cultura magallánica, presente en la literatura, las leyendas locales y el imaginario colectivo de los habitantes de la región. La leyenda popular afirma que quien prueba el fruto de calafate siempre regresará a la Patagonia, reflejando el profundo vínculo emocional entre la población y esta especie nativa. El Banco Vivo de Calafate refuerza esta identidad regional vinculando la ciencia moderna con el patrimonio cultural patagónico, demostrando que es posible valorizar los recursos nativos desde una perspectiva científica sin perder de vista su significado cultural y simbólico.

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4. Estudios previos: fundamentos científicos del Banco Vivo

La creación del Banco Vivo de Calafate no es una iniciativa aislada, sino que se fundamenta en una sólida base de investigaciones previas desarrolladas por INIA Kampenaike y otras instituciones científicas nacionales e internacionales. Estos estudios han permitido comprender mejor las características biológicas, la diversidad genética y los requerimientos ecofisiológicos del calafate, generando el conocimiento necesario para diseñar estrategias efectivas de conservación y domesticación.

4.1. Diversidad genética del calafate en Magallanes

Los estudios de diversidad genética realizados por INIA Kampenaike han revelado la existencia de una amplia variabilidad entre las poblaciones de calafate distribuidas en diferentes ambientes de la Región de Magallanes. Esta variabilidad genética es fundamental para la adaptabilidad de la especie y constituye un recurso valioso para programas de mejoramiento genético y selección de genotipos superiores.

La caracterización molecular de las accesiones de calafate ha permitido identificar genotipos con características morfológicas diferenciadas, incluyendo variaciones en el tamaño y forma de los frutos, contenido de compuestos bioactivos, productividad, resistencia a factores de estrés abiótico y biótico, y adaptación a condiciones ambientales específicas. Esta información genética es esencial para orientar las estrategias de conservación y asegurar que el Banco Vivo de Calafate capture la mayor representatividad posible de la variabilidad natural de la especie.

La preservación de esta diversidad genética del calafate tiene implicaciones que trascienden el interés científico inmediato. En un contexto de cambio climático acelerado, mantener una amplia base genética permite que la especie conserve su capacidad de adaptación a condiciones ambientales futuras, garantizando su supervivencia a largo plazo tanto en sistemas naturales como en sistemas productivos.

4.2. Investigaciones sobre manejo agronómico

El proceso de domesticación del calafate requiere comprender sus requerimientos agronómicos específicos y desarrollar tecnologías de manejo adaptadas a las condiciones de cultivo. INIA Kampenaike ha desarrollado investigaciones orientadas a determinar los requerimientos hídricos y nutricionales del calafate, aspectos fundamentales para establecer sistemas productivos eficientes y sustentables.

Los estudios de manejo agronómico del calafate han abordado aspectos como la densidad de plantación óptima, sistemas de riego adecuados para las condiciones climáticas de Magallanes, programas de fertilización ajustados a las necesidades nutricionales de la especie, técnicas de poda y conducción de plantas, y estrategias de manejo integrado de plagas y enfermedades. Esta información técnica es esencial para que futuros productores puedan establecer plantaciones comerciales de calafate con expectativas realistas de productividad y rentabilidad.

Un aspecto particularmente relevante de estas investigaciones es la adaptación del calafate al cultivo bajo condiciones controladas o semicontroladas. A diferencia de la recolección silvestre, que presenta limitaciones en términos de volumen, regularidad de suministro y calidad homogénea del producto, el cultivo comercial de calafate permitiría generar fruta de calidad certificada durante periodos más extendidos, facilitando el desarrollo de industrias procesadoras y la comercialización en mercados nacionales e internacionales.

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4.3. Rol ecológico del calafate en los ecosistemas patagónicos

Más allá de su valor productivo, el calafate cumple funciones ecológicas fundamentales en los ecosistemas patagónicos que justifican plenamente los esfuerzos de conservación. Esta perspectiva integral reconoce que el calafate no es simplemente un recurso económico potencial, sino un componente clave de la biodiversidad regional que contribuye al funcionamiento y estabilidad de los ecosistemas naturales.

El calafate constituye una importante fuente de alimento para numerosas especies de aves y mamíferos nativos de la Patagonia. Durante el periodo de fructificación, los frutos del calafate atraen a especies como el zorzal patagónico, el churrete, diversas especies de rayaditos y otros pájaros que contribuyen a la dispersión de semillas, favoreciendo la regeneración natural de la especie y la conectividad entre poblaciones.

La estructura arbustiva del calafate, con sus ramas espinosas y su sistema radicular desarrollado, proporciona protección física al suelo contra los procesos de erosión eólica e hídrica, particularmente relevantes en ambientes patagónicos caracterizados por vientos intensos y precipitaciones irregulares. Esta función de protección del suelo contribuye a la conservación de la fertilidad y estructura edáfica, beneficiando a otras especies vegetales del ecosistema.

Las flores del calafate, que aparecen en primavera, son visitadas por diversos insectos polinizadores nativos, incluyendo abejas, abejorros y sírfidos. La conservación del calafate contribuye así a mantener poblaciones saludables de polinizadores, cuyos servicios ecosistémicos son esenciales no solo para especies silvestres sino también para cultivos agrícolas de la región. Esta dimensión ecológica del Banco Vivo de Calafate demuestra que la conservación de especies nativas permite equilibrar objetivos de desarrollo productivo con la preservación de la funcionalidad ecosistémica.

5. Propagación del calafate: desafíos y soluciones

Uno de los principales obstáculos para la domesticación y establecimiento comercial del calafate ha sido históricamente la dificultad asociada a su propagación. Esta limitación técnica ha restringido la disponibilidad de plantas de calidad para establecer huertos productivos, constituyendo un cuello de botella que el Banco Vivo de Calafate de INIA Kampenaike busca superar mediante investigación aplicada y desarrollo de protocolos optimizados.

5.1. Propagación sexual: limitaciones de la germinación de semillas

La propagación sexual del calafate mediante semillas presenta desafíos significativos relacionados con fenómenos de dormancia que afectan la germinación. Las semillas de calafate exhiben tanto dormancia fisiológica, asociada a la inmadurez del embrión o a inhibidores químicos presentes en el endospermo, como dormancia mecánica, causada por la dureza del tegumento que impide la imbibición de agua y el intercambio gaseoso necesario para la germinación.

Estos mecanismos de dormancia, si bien representan estrategias adaptativas que permiten al calafate sincronizar la germinación con condiciones ambientales favorables en su hábitat natural, resultan problemáticos cuando se busca producir plantas de manera masiva y predecible para fines productivos. Las tasas de germinación naturales del calafate son típicamente bajas e irregulares, con periodos de emergencia que pueden extenderse por meses o incluso años.

Para superar estas limitaciones, diversos tratamientos pregerminativos han sido evaluados en el marco de las investigaciones del Banco Vivo de Calafate. Estos tratamientos incluyen estratificación fría para romper la dormancia fisiológica, escarificación mecánica o química del tegumento para facilitar la imbibición, aplicación de reguladores de crecimiento como giberelinas, y combinaciones de estos métodos. Los resultados de estas investigaciones han permitido desarrollar protocolos ajustados que mejoran significativamente las tasas y uniformidad de germinación del calafate, aunque aún persisten desafíos relacionados con la variabilidad genética entre accesiones.

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5.2. Propagación vegetativa: dificultades del enraizamiento

La propagación vegetativa del calafate mediante estacas representa una alternativa potencialmente ventajosa para la multiplicación de genotipos superiores, ya que permite mantener las características genéticas exactas de la planta madre y acelerar el proceso de producción de plantas comparado con la propagación sexual. Sin embargo, esta técnica también enfrenta limitaciones importantes en el caso del calafate.

Las estacas de calafate han mostrado históricamente bajas tasas de enraizamiento, con resultados variables influenciados por múltiples factores ambientales y fisiológicos. La época del año en que se colectan las estacas resulta crítica, siendo generalmente más exitosa la propagación con material recolectado durante periodos específicos del ciclo vegetativo de la planta madre. La temperatura ambiental y del sustrato, la humedad relativa, la intensidad lumínica y la calidad del material vegetal son otros factores determinantes del éxito del enraizamiento.

El tipo de estaca utilizada, ya sean estacas herbáceas provenientes de crecimiento nuevo, estacas semileñosas o estacas leñosas de madera madura, también influye significativamente en los resultados. Adicionalmente, la aplicación de hormonas enraizantes como el ácido indolbutírico (AIB) o el ácido naftalenacético (ANA) en concentraciones apropiadas puede mejorar sustancialmente las tasas de enraizamiento del calafate, aunque las concentraciones óptimas varían entre genotipos y condiciones experimentales.

5.3. Optimización de métodos de propagación en INIA Kampenaike

Los esfuerzos de investigación de INIA Kampenaike en el contexto del Banco Vivo de Calafate se han centrado en desarrollar y optimizar métodos de propagación que permitan superar las limitaciones identificadas y generar material vegetal de calidad en cantidades suficientes para satisfacer las demandas futuras de productores regionales.

El manejo especializado de plantas madre dentro del Banco Vivo de Calafate constituye un componente fundamental de esta estrategia. Las plantas madre son seleccionadas en función de características deseables como productividad, calidad de fruto, vigor, resistencia a enfermedades y adaptación a condiciones de cultivo. Estas plantas reciben un manejo agronómico específico orientado a promover la producción de material vegetativo de alta calidad fisiológica, apropiado para su uso en propagación.

La infraestructura de viverización del Banco Vivo de Calafate ha sido diseñada para proporcionar condiciones ambientales controladas que favorecen el enraizamiento y desarrollo de plantas jóvenes de calafate. Esto incluye sistemas de nebulización para mantener humedad relativa elevada, calefacción para proporcionar temperaturas adecuadas durante el periodo crítico de enraizamiento, y condiciones de iluminación apropiadas.

Los protocolos desarrollados por INIA Kampenaike abarcan tanto la propagación sexual como vegetativa del calafate, proporcionando alternativas técnicas que pueden ser seleccionadas en función de los objetivos específicos. Cuando se busca generar variabilidad para programas de mejoramiento genético, la propagación sexual es preferible; cuando se requiere multiplicar fielmente genotipos superiores identificados, la propagación vegetativa resulta más apropiada. Esta flexibilidad metodológica fortalece el rol del Banco Vivo de Calafate como fuente confiable de material genético y conocimiento aplicado.

6. Proyecciones y desarrollo futuro del Banco Vivo

El Banco Vivo de Calafate representa hoy un esfuerzo científico y estratégico que posiciona a INIA Kampenaike como referente nacional en el estudio y valorización de especies nativas del extremo sur de Chile. Sin embargo, las proyecciones futuras de esta iniciativa apuntan hacia una consolidación y expansión de sus funciones que permitirán maximizar su impacto regional y nacional.

En términos de conservación ex situ, el Banco Vivo de Calafate continuará ampliando su colección de accesiones mediante expediciones de colecta que incorporen material genético de áreas aún no representadas. Esta expansión geográfica de la colección asegurará una mayor captura de la diversidad genética de la especie, incluyendo poblaciones de ambientes extremos o de distribución marginal que podrían albergar genes de particular interés adaptativo.

La caracterización exhaustiva de las accesiones mantenidas en el Banco Vivo de Calafate constituye una línea de trabajo prioritaria. Esto incluye evaluaciones morfológicas detalladas, análisis bioquímicos del contenido de compuestos bioactivos en los frutos, estudios de resistencia a factores de estrés biótico y abiótico, y caracterización molecular mediante marcadores genéticos avanzados. Esta información permitirá identificar genotipos superiores con características de interés comercial o ecológico específico.

El desarrollo de un programa de mejoramiento genético del calafate representa una proyección estratégica de largo plazo. A partir de la variabilidad genética conservada en el banco vivo, será posible realizar cruzamientos dirigidos para combinar características deseables de diferentes genotipos, generando nuevas variedades de calafate específicamente adaptadas al cultivo comercial. Estas variedades mejoradas podrían presentar mayor productividad, frutos de mayor tamaño o contenido de antocianinas superior, adaptación a diferentes condiciones de cultivo, o resistencia mejorada a plagas y enfermedades.

La transición desde la conservación hacia la producción sustentable de plantas de calafate constituye otro objetivo fundamental del banco vivo. A medida que los protocolos de propagación se consoliden y escalen, INIA Kampenaike podrá facilitar la transferencia tecnológica hacia viveristas comerciales y productores interesados en establecer huertos de calafate. Esta función de provisión de material genético certificado y conocimiento técnico posicionará al Banco Vivo de Calafate como motor del desarrollo de una nueva industria regional basada en un fruto nativo de alto valor agregado.

La vinculación del Banco Vivo de Calafate con otros actores del ecosistema de innovación regional es también una proyección relevante. Esto incluye colaboraciones con universidades para la formación de capital humano especializado, alianzas con empresas procesadoras interesadas en el desarrollo de productos derivados del calafate, y articulación con programas de fomento productivo que apoyen a pequeños y medianos productores en el establecimiento de plantaciones comerciales.

7. Impacto regional y valorización de recursos nativos

El Banco Vivo de Calafate representa una iniciativa emblemática que demuestra el potencial de las especies nativas patagónicas como fundamento para el desarrollo regional sustentable. Su impacto trasciende los aspectos estrictamente científicos o agronómicos para constituirse en un modelo de valorización de recursos propios que puede inspirar iniciativas similares con otras especies nativas de interés.

La Región de Magallanes y la Antártica Chilena posee condiciones geográficas y climáticas únicas que, si bien presentan desafíos para la agricultura tradicional, ofrecen oportunidades extraordinarias para la producción de alimentos diferenciados y de alta calidad. El desarrollo de cadenas de valor basadas en especies nativas como el calafate permite aprovechar estas condiciones particulares, generando productos con identidad territorial definida y atributos funcionales que pueden competir exitosamente en mercados especializados.

El fortalecimiento de la identidad territorial a través de la valorización científica y productiva del calafate contribuye a consolidar una narrativa de desarrollo regional basada en la biodiversidad nativa. Esta narrativa es particularmente relevante en un contexto global donde los consumidores valoran crecientemente la autenticidad, el origen geográfico de los alimentos y las prácticas productivas sustentables.

La experiencia acumulada en el desarrollo del Banco Vivo de Calafate genera aprendizajes metodológicos transferibles a otras especies nativas de interés. La Patagonia alberga numerosas especies vegetales con potencial productivo, medicinal o ecológico que podrían beneficiarse de estrategias similares de conservación ex situ, investigación aplicada y domesticación gradual.

En definitiva, el calafate no solo es parte del paisaje y la cultura magallánica, es también una oportunidad concreta para generar innovación, valor agregado y sustentabilidad desde el sur del mundo. El Banco Vivo de Calafate de INIA Kampenaike demuestra que es posible combinar conservación de biodiversidad, investigación científica de excelencia y desarrollo productivo inclusivo, generando beneficios ambientales, económicos y sociales para la Región de Magallanes y para Chile en su conjunto.

Conclusión

El Banco Vivo de Calafate establecido por INIA Kampenaike representa un hito significativo en los esfuerzos de conservación y valorización de la biodiversidad nativa de la Patagonia chilena. Esta iniciativa científica y estratégica ha logrado consolidarse como una plataforma integral que aborda simultáneamente objetivos de conservación del patrimonio genético regional, generación de conocimiento aplicado sobre una especie nativa emblemática y desarrollo de capacidades técnicas para la futura producción sustentable de calafate.

Los fundamentos científicos del Banco Vivo de Calafate se apoyan en investigaciones previas que han revelado la notable diversidad genética de Berberis microphylla en la Región de Magallanes, las complejidades asociadas a su propagación y sus múltiples roles ecológicos en los ecosistemas patagónicos. Esta sólida base de conocimiento ha permitido diseñar estrategias de conservación ex situ eficientes y desarrollar protocolos técnicos ajustados a las particularidades de la especie y las condiciones ambientales del extremo sur de Chile.

Los desafíos asociados a la propagación del calafate, tanto sexual como vegetativa, han sido abordados mediante investigación aplicada que ha resultado en avances significativos en tasas de germinación y enraizamiento. Estos logros técnicos son esenciales para superar el principal cuello de botella que históricamente ha limitado la domesticación de la especie: la escasa disponibilidad de material vegetal de calidad para establecer plantaciones comerciales.

Las proyecciones futuras del Banco Vivo de Calafate apuntan hacia una consolidación de su rol como referente nacional en investigación y conservación de especies nativas australes, con expansión de la colección de germoplasma, desarrollo de programas de mejoramiento genético y facilitación de la transferencia tecnológica hacia productores y empresas regionales. Esta evolución desde la conservación hacia la producción sustentable posiciona al banco vivo como motor de una potencial nueva industria regional basada en un fruto nativo de alto valor nutracéutico.

El impacto del Banco Vivo de Calafate trasciende los aspectos científicos y productivos para constituirse en un modelo de desarrollo regional sustentable que vincula ciencia, biodiversidad e identidad territorial. Esta iniciativa demuestra que es posible valorizar los recursos nativos de la Patagonia desde una perspectiva científica rigurosa, generando simultáneamente beneficios ambientales, mediante la conservación de diversidad genética; beneficios económicos, a través del desarrollo de nuevas oportunidades productivas; y beneficios socioculturales, fortaleciendo la identidad regional y el vínculo entre las comunidades locales y su patrimonio natural.

En un contexto global marcado por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la búsqueda de sistemas productivos más sustentables, el Banco Vivo de Calafate representa una respuesta concreta y localmente apropiada que equilibra conservación y desarrollo. El calafate, símbolo natural y cultural de Magallanes, se consolida así como una oportunidad tangible para generar innovación y valor agregado desde el extremo sur del mundo, demostrando que el futuro del desarrollo regional puede construirse sobre la base del conocimiento científico aplicado a los recursos propios de la Patagonia chilena.

Preguntas frecuentes sobre el Banco Vivo de calafate

¿Qué es el Banco Vivo de Calafate y cuál es su objetivo principal?
El Banco Vivo de Calafate es una colección de plantas vivas de Berberis microphylla establecida por INIA Kampenaike para conservar la diversidad genética de esta especie nativa de la Patagonia, apoyar su domesticación y generar conocimiento aplicado para el desarrollo de sistemas productivos sustentables basados en este fruto de alto valor nutracéutico.
¿Por qué es importante conservar la diversidad genética del calafate?
La conservación de la diversidad genética del calafate es fundamental porque asegura la preservación de un recurso único ante el cambio climático y la presión sobre ecosistemas nativos, mantiene la capacidad adaptativa de la especie y proporciona material genético valioso para programas de mejoramiento y selección de variedades superiores para cultivo comercial.
¿Cuáles son los principales desafíos en la propagación del calafate?
Los principales desafíos incluyen la baja tasa de germinación de semillas debido a dormancia fisiológica y mecánica, y las dificultades en el enraizamiento de estacas vegetativas influenciadas por factores como temperatura, época del año y calidad del material. INIA Kampenaike ha desarrollado protocolos especializados para superar estas limitaciones.
¿Qué beneficios aporta el calafate desde el punto de vista nutricional?
Los frutos del calafate destacan por su elevado contenido de antocianinas y polifenoles, compuestos con reconocida capacidad antioxidante. Estas propiedades bioactivas tienen aplicaciones en las industrias alimentaria, cosmética y farmacéutica, posicionando al calafate como un fruto con alto potencial nutracéutico.
¿Cómo contribuye el Banco Vivo de Calafate al desarrollo regional de Magallanes?
El Banco Vivo contribuye al desarrollo regional mediante la preservación de recursos genéticos únicos, el fomento de cadenas de valor basadas en frutos nativos de alto valor, la generación de nuevas oportunidades productivas para agricultores locales y el fortalecimiento de la identidad cultural magallánica vinculada al patrimonio natural patagónico.

Referencias

  1. Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA). (2025). Banco vivo de calafate: resguardo y conservación del patrimonio genético de Magallanes. Informativo INIA Kampenaike N°149. www.inia.cl
  2. Mc Leod B., C., Aguila M., K., & Cárcamo G., J. (2025). Banco Vivo de Calafate: Estrategias de conservación y propagación. INIA Kampenaike, Región de Magallanes y la Antártica Chilena.
  3. Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile. Proyecto 50-503862-71: Conservación y valorización de recursos genéticos nativos de la Patagonia.
  4. INIA Kampenaike. Centro Regional de Investigación Agropecuaria. Avda. España 01720, Punta Arenas, Región de Magallanes y la Antártica Chilena. Contacto: cmcleod@inia.cl

El contenido de este artículo fue elaborado por Claudia Mc Leod B., Karina Aguila M., Javiera Cárcamo G. INIA Kampenaike, para www.inia.cl, el cual fue revisado y reeditado por Portalfruticola.com