Nuevo estudio internacional descubre que el biochar reduce hasta 51% las emisiones de metano en compostaje y acelera su maduración

Investigadores chinos demuestran que añadir biochar al compost lo hace 25% más seguro y reduce gases de efecto invernadero.

  • Compost más rápido y limpio.
  • Menos gases contaminantes.
  • Biochar: clave en la descomposición.
  • Mejora calidad del suelo.
  • Tecnología sencilla, impacto fuerte.

Biochar supercarga el compostaje y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero

Compostar parece la solución ideal para los residuos orgánicos. Convierte sobras en suelo fértil. Pero hay trampa: también libera gases contaminantes. Metano, amoníaco y óxidos de nitrógeno escapan al aire y agravan el calentamiento global.

Un nuevo estudio de la Universidad Agrícola de Sichuan, junto con investigadores internacionales, propone un cambio simple. Sin maquinaria ni químicos. La solución es biochar.

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Biochar: el acelerador que faltaba

El biochar se parece a un polvo negro. Se obtiene al calentar residuos vegetales —como paja o cáscaras— en ausencia de oxígeno. Este proceso, llamado pirolización, transforma restos agrícolas en un material poroso, rico en carbono, con propiedades sorprendentes.

No es nuevo. Agricultores indígenas del Amazonas lo usaban hace siglos para mejorar suelos pobres. Lo que sí es nuevo es la evidencia científica que lo respalda como mejorador del compost y reductor de emisiones contaminantes.

Compostaje más rápido, más limpio

El estudio analizó 125 proyectos de compostaje en distintos países. En todos, añadir biochar aceleró la maduración y redujo la liberación de gases nocivos.

Los datos hablan por sí solos:

  • Índice de germinación subió un 25 %.
  • Nitrato de nitrógeno aumentó 32 %.
  • Amonio bajó 35 %.
  • Relación carbono-nitrógeno disminuyó 5 %.

¿La traducción? Compost más estable, más nutritivo y menos tóxico. Y lo más importante: se forma más rápido, sin perder nutrientes esenciales.

Menos emisiones, más eficiencia

El compostaje tradicional emite metano y óxido nitroso —dos gases mucho más potentes que el CO₂. Al integrar biochar, los investigadores observaron caídas notables:

  • Metano: -51 %.
  • Óxidos de nitrógeno: -43 %.
  • Amoniaco: -48 %.

El biochar actúa como esponja y respiradero. Su estructura porosa permite que entre aire, dificultando que bacterias anaerobias —las que generan metano— prosperen. Al mismo tiempo, retiene nitrógeno, evitando su pérdida en forma de gases tóxicos.

El resultado no es solo una reducción de emisiones. Es un sistema más eficiente, más limpio y más fácil de manejar, incluso en espacios urbanos o instalaciones medianas.

La mezcla ideal: no todo vale

No cualquier biochar funciona igual. La clave está en los detalles:

  • Materia prima: paja, no madera.
  • Temperatura de pirolización: >400 °C.
  • Poros pequeños, superficie moderada.
  • Relación C/N del biochar: entre 100 y 200.

En cuanto al compost:

  • Mezcla óptima: 12 % de biochar55–60 % de humedad.
  • Relación C/N inicial del compost: entre 24 y 28.

Estas condiciones favorecen una fermentación controlada. Sin olores fuertes, sin fugas de nutrientes. Y con una textura final más homogénea y madura.

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Microorganismos: los aliados invisibles

El biochar no solo cambia el ambiente físico del compost, también transforma su ecosistema microbiano. Sus microcavidades sirven como refugio para bacterias beneficiosas, que descomponen los residuos de forma más rápida y completa.

Biochar con poros pequeños permitió el desarrollo de comunidades microbianas más eficientes. En cambio, biochar con poros grandes (especialmente el derivado de madera) ralentizó el proceso y bloqueó el flujo de oxígeno.

Lo que parecía solo un aditivo estructural, en realidad reorganiza el equilibrio biológico del compost, favoreciendo procesos aeróbicos y evitando acumulaciones de gases peligrosos.

Compost que funciona de verdad

Los investigadores priorizaron qué factores afectan más el éxito del compostaje con biochar. El orden fue claro:

  1. Volumen de poros.
  2. Tipo de biochar.
  3. Proporción usada.
  4. Contenido de humedad.

Con esta jerarquía, diseñar un sistema de compostaje más predecible y escalable deja de ser cosa de ensayo y error.

Más de un 12 % de biochar de paja, bien distribuido, marca la diferencia. Y si se combina con lodos orgánicos tratados (como los de depuradoras urbanas), se logra un compost rico y seguro, que cierra ciclos de residuos en entornos rurales y urbanos por igual.

De desecho agrícola a recurso estratégico

El biochar convierte un problema (residuos agrícolas) en una solución (mejorador de suelos). Es un doble golpe contra el desperdicio y el cambio climático. Y es aplicable desde pequeñas granjas hasta sistemas municipales.

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Ya hay ejemplos concretos:

  • En India, cooperativas rurales lo usan para compostar residuos de caña.
  • En España, algunos ayuntamientos están empezando a integrar biochar en sus programas de compostaje comunitario.
  • En Chile, se estudia su uso para tratar residuos orgánicos urbanos y agrícolas a la vez, cerrando ciclos locales.

Además, se está evaluando cómo el biochar afecta a parámetros más profundos del suelo, como la formación de ácidos húmicos o la capacidad de retención de carbono a largo plazo.

El contenido de este artículo de nuestra seción de Agronotips fue elaborado por www.ecoinventos.com, el cual fue revisado y reeditado po Portalfruticola.com