Sector frutícola chileno y mano de obra en campos: apuesta por migrantes y mejores condiciones laborales

El sector frutícola chileno viene enfrentando desde hace varios años un desafío estructural: la escasez de mano de obra, especialmente durante la temporada de cosecha.
Con el paso del tiempo, la situación se ha agudizado. Según datos del INE y la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), el empleo en el sector agrícola —que incluye agricultura, ganadería, silvicultura y pesca— disminuyó un 1,9% en los últimos 12 meses.
En ese contexto, a nivel país, la tasa de desocupación nacional aumentó levemente (0,3 puntos porcentuales), siendo más alta entre mujeres (9,3%) que entre hombres (8,0%). En el caso de la población extranjera, el desempleo subió 1,5 puntos porcentuales, reflejando una realidad más compleja en términos de inserción laboral.
Frente a este escenario, Iván Marambio, presidente de Frutas de Chile, enfatizó el rol fundamental del trabajador migrante y señaló: “La fruticultura de todo el mundo se basa en el trabajo de migrantes y Chile no es la excepción. Por eso creemos que el mecanismo de Visa Mercosur es clave y debe ser fortalecido, tanto desde el ámbito público como privado”.
Añadió que solo entre enero y agosto de este año, más de 60.000 trabajadores bolivianos ingresaron legalmente a Chile usando este visado, una cifra que el sector valora como señal de regularidad y estabilidad.
Por su parte, Óscar Melo, académico de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), advierte que la escasez de trabajadores no se debe solo a una baja en la oferta, sino también a la competencia con otros sectores productivos como la construcción.
“Una recuperación en otras áreas económicas podría agudizar aún más esta escasez”, señaló.
Consultado sobre los cultivos más demandantes de mano de obra, Melo explicó que son los arándanos y las cerezas, siendo estas últimas particularmente sensibles por tener un período de cosecha breve pero intenso, lo que genera una fuerte presión sobre el mercado laboral de temporada.

Fotografía archivo.
Estrategias y recomendaciones
Frente al escenario, Melo propone varias acciones:
- Ampliar los límites de contratación de trabajadores extranjeros en condiciones reguladas.
- Fortalecer las condiciones de empleo estacional con foco en formalidad y capacitación.
- Mejorar el trato de los supervisores hacia los trabajadores, aspecto altamente valorado en estudios realizados con temporeros.
- Fidelizar al trabajador de temporada, mejorando la continuidad, productividad y retorno de la inversión en formación.
Diversificar cultivos
Otras de las recomendaciones entregadas por el académico van en línea con la necesidad de alargar los periodos de contratación a lo largo del año, con la diversificación de los cultivos.
“En muchos casos se subestima el impacto de una buena gestión del recurso humano. No solo es clave para atraer más trabajadores, sino también para mejorar la productividad en tareas como la cosecha, donde el pago a trato no siempre garantiza eficiencia”, destacó Melo.
Finalmente expuso que “el camino para enfrentar la escasez de mano de obra no es único, pero sí claro: más migración regulada, mejor gestión laboral y una estrategia de largo plazo para hacer del empleo agrícola una opción atractiva y sostenible”.
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