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Columna técnica: Demanda de agua del palto en relación a su ciclo de crecimiento. Por Raúl Ferreyra

13 Octubre 2018

Por Raúl Ferreyra Espada, investigador de INIA La Cruz.

El riego es una de las prácticas agrícolas que permite la producción en zonas donde las lluvias son escasas o insuficientes.

Para usar en forma eficiente el agua de riego, es necesario preocuparse de disminuir las pérdidas por conducción, aumentar la eficiencia a nivel predial y aplicar agua de acuerdo con los períodos fenológicos de los cultivos.

Para regar un cultivo con eficiencia, se debe seleccionar él o los métodos más adecuados y decidir el tiempo (profundidad a mojar) y la frecuencia adecuada, que optimicen el uso del agua y aseguren un buen rendimiento de los cultivos.

La demanda de agua en palto debería monitorearse con tensiómetros u otros equipos sensibles a la humedad del suelo, ya que la frecuencia de riego depende del tipo de suelo y de las condiciones climáticas prevalecientes.

Durante el invierno, época en que el crecimiento es mínimo, los paltos requieren menos agua, con la excepción de los cultivares de maduración tardía, por ejemplo, la Hass, que siguen creciendo, por lo que no se debe descuidar la humedad del suelo.

Las necesidades de agua aumentan sustancialmente durante la floración.

El manejo del agua en el huerto durante la floración es crucial para la formación de frutos, en especial si los árboles están plantados en suelos limo arenosos, que retienen poca humedad. Cuando el agua es limitada, las flores son las primeras en percibir el estrés, pudiendo sufrir un daño permanente y los frutos en su primera etapa de crecimiento, en la que todavía está débilmente sostenidos al árbol, ante lo cual, puede producirse una caída prematura.

Hacia fines de la primavera, el manejo del agua es menos esencial. Sin embargo, no se debe permitir que los árboles lleguen a una situación de estrés excesivo, para no afectar la calidad final del fruto. Un efecto de este tipo a esas alturas es irreversible.

La segunda etapa de la caída de la fruta en el ciclo de crecimiento es el período más crítico para la administración de agua. Esta es una etapa de ajuste de la carga que se produce durante el verano, época en que lo más probable es la ocurrencia de días muy calurosos. Un buen riego durante este período no evita la caída de la fruta, pero aminorar el impacto del ajuste de carga en el rendimiento final.

Durante el último período, de crecimiento y maduración rápidos, un riego efectivo reduce la caída del fruto y aumenta su tamaño final. Este efecto es particularmente importante en los cultivares de plantaciones densas, por ejemplo Hass, en términos de obtener un alto porcentaje de fruta del tamaño que tiene una mejor acogida en el mercado.

Los cultivos, dependiendo de su estado de desarrollo y de las condiciones climáticas imperantes, demandan diferentes cantidades de agua.  La extracción que realizan las plantas es mayor durante la estación de crecimiento.

El suelo es un estanque de almacenaje o de reserva de agua para ser utilizada por los cultivos. La capacidad de almacenamiento es variable, y está sujeta, principalmente, a la textura.  Por ejemplo, un suelo arcilloso retiene más agua que uno arenoso.

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