La Unión Europea revisa plagas prioritarias mientras el sector citrícola alerta por escaso financiamiento para sanidad vegetal
La Comisión Europea se encuentra revisando el listado de plagas y enfermedades vegetales consideradas “prioritarias” en el marco del Reglamento 2019/1702, un proceso clave para la sanidad vegetal de la Unión Europea que podría modificar de forma significativa el actual ranking de riesgos fitosanitarios.
Sin embargo, desde el sector citrícola europeo advierten que la magnitud de la amenaza no se corresponde con los recursos económicos disponibles para su prevención y control.
En marzo finalizó la actualización de los estudios de impacto económico, social y ambiental de 46 patógenos regulados como de cuarentena, un trabajo desarrollado por el Centro Común de Investigación (JRC) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Con estos antecedentes, Bruselas deberá definir un nuevo ranking que sustituirá al actual “top 20” de plagas prioritarias.
La incorporación de más plagas forestales y agroforestales, junto con la revisión de los daños estimados en el análisis de 2019, abre la posibilidad de cambios relevantes en el listado. Esta clasificación es especialmente relevante para el sector productivo, ya que la condición de “plaga prioritaria” obliga a todos los Estados miembro a reforzar la vigilancia, establecer planes de contingencia, implementar medidas de erradicación o contención y realizar acciones de detección precoz.
Fondos insuficientes frente a riesgos millonarios
Pese a la importancia estratégica de estas obligaciones, los fondos europeos destinados a cofinanciar las actuaciones de prevención y control siguen siendo muy limitados. Según antecedentes recopilados por el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), en 2023 y 2024 el presupuesto anual apenas superó los 8 millones de euros para los 27 Estados miembro.
La presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu, calificó esta cifra como “una burla”, considerando que solo cuatro de las principales plagas que afectan a los cítricos —Xylella fastidiosa, Huanglongbing (HLB), falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta) y mancha negra (Phyllosticta citricarpa)— generarían pérdidas estimadas por la Comisión Europea de 7.057, 3.400, 2.717 y 2.490 millones de euros, respectivamente, a nivel comunitario.

En Florida muchas plantaciones se cubren para evitar se atacadas por el vector que transmite la enfermedad. Foto cedida por el IVIA.
Presencia creciente de plagas en la región mediterránea
El escenario fitosanitario resulta especialmente complejo para el sector citrícola. De las ocho plagas del actual “top 20” con impacto potencial en cítricos, seis ya se encuentran presentes en territorio de la Unión Europea o en países del entorno mediterráneo.
Entre ellas destaca Xylella fastidiosa, que encabeza el ranking y se encuentra desde hace años en proceso de erradicación en Italia, España, Portugal y Francia. A esto se suma la presencia de la falsa polilla en Israel, la expansión de la mancha negra desde su detección en Túnez en 2019, la mosca del melocotón (Bactrocera zonata) en Egipto, Grecia e Italia, la mosca oriental (Bactrocera dorsalis) en expansión en Italia y con detecciones en Francia, y el escarabajo asiático de los cítricos (Anoplophora chinensis), con focos recurrentes en regiones italianas.
A este panorama se añade la amenaza del Huanglongbing (HLB), la enfermedad más destructiva de los cítricos y sin cura conocida. Aunque aún no está presente en la cuenca mediterránea, sus dos principales vectores ya han sido detectados: Diaphorina citri en Chipre y Trioza erytreae en Portugal y España.
Impacto productivo y comercial
La eventual detección oficial de cualquiera de estas plagas en zonas productoras europeas obligaría a adoptar medidas inmediatas de cuarentena y erradicación, con consecuencias directas sobre la producción y el comercio. Entre ellas se incluyen el arranque de plantas, la aplicación de nuevos tratamientos fitosanitarios y posibles restricciones a la exportación.
En determinados casos, como B. zonata o B. dorsalis, podría exigirse la implementación de tratamientos de frío para los envíos dirigidos incluso al propio mercado comunitario, a lo que se sumarían eventuales exigencias adicionales de países terceros.
Un ejemplo del impacto económico de estas medidas se observa en las zonas afectadas por Xylella fastidiosa en Alicante y Mallorca, donde los viveros de planta ornamental han visto fuertemente limitadas sus exportaciones. Solo en las comarcas alicantinas afectadas, el plan de erradicación asumido por la Generalitat Valenciana alcanza los 7,5 millones de euros anuales.

Diaphorina citri, el vector más agresivo y eficaz de la enfermedad del HLB y que ya ha sido identificado en Chipre e Israel.
Sur de Europa, zona de mayor riesgo
Estudios científicos recientes confirman que los países del sur de Europa concentran el mayor riesgo de entrada y establecimiento de plagas vegetales. Un análisis italo-español, con participación del IVIA y la Universidad de Valencia, determinó que entre 1999 y 2019 Italia, España y Francia fueron los países con mayor número de incursiones de plagas foráneas.
Un estudio posterior, publicado en 2025, reforzó estas conclusiones al señalar que las regiones mediterráneas, particularmente de Italia y España, presentan las condiciones climáticas y productivas más favorables para el establecimiento de estas plagas.
Llamado del sector citrícola
Ante este escenario, el Comité de Gestión de Cítricos solicitó a la Comisión Europea ampliar el número de plagas con estatus de “prioritarias” de 20 a al menos 30, con el fin de cubrir adecuadamente los riesgos agrícolas y forestales de mayor impacto.
Asimismo, el CGC pidió incluir en el listado a Xanthomonas citri, bacteria causante del cancro de los cítricos, ausente en el ranking anterior, y reforzar de manera significativa el presupuesto destinado a los programas de detección precoz, con una partida específica para cofinanciar estas acciones en los países de mayor riesgo: Italia, España y Francia.
*Fotografías gentileza Comité de Gestión de Cítricos (CGC) | Imagen principal corresponde a una pupa de Tamarixia citricola, el nuevo parasitoide descubierto por el IVIA en Chipre que se alimenta del principal vector del HLB, que podría ser clave en la lucha biológica contra esta grave enfermedad.
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