Actualmente, damos una importancia vital al aporte de fertilizantes, la mayoría de ellos de procedencia inorgánica, para conseguir los resultados productivos deseados. Vamos a estudiar su relación con la relación C/N.
En la mayoría de ocasiones, dicho aporte sobrepasa con creces las necesidades de las plantas y, sin embargo, muchas veces parece que nos quedamos cortos.
Lo que está sucediendo es que no estamos aprovechando todas las posibilidades que un suelo adecuado y en buenas condiciones podría otorgarnos.
La respuesta o el rendimiento de los fertilizantes inorgánicos (nitrato amónico, nitrato cálcico, sulfato de potasio, etc.) está enormemente influenciado por las condiciones positivas o negativas que tengamos en el suelo.
Dicho suelo, como ente, es un conjunto de variables de las cuales tenemos una gran oportunidad para modificarlas y mejorarlas a nuestro antojo.
Por eso, hoy vamos a hablar de algo tan importante como la relación Carbono Nitrógeno o relación C/N del suelo. Algo que nos aporta mucha información y que podemos ver como dato en cualquier análisis de suelo.
Como su nombre indica, la relación C/N del suelo indica el ratio entre el contenido en carbono y el contenido en nitrógeno que pueda tener un suelo.
No es algo medible o un valor cuantitativo. Es un concepto adimensional como cualquier otro ratio, por ejemplo, económico o bursátil.
Sin embargo, en base a los contenidos medios que se consideran entre la media o aceptables podemos buscar una solución a nuestro posible problema. Tener mucho contenido en nitrógeno frente a carbono en el suelo o viceversa reduce el potencial que podemos obtener de nuestros cultivos y es algo fácilmente corregible.
Más tarde estudiaremos algunos casos concretos.
Al fin y al cabo, este valor, lo que nos ofrece es predecir el desarrollo que pueda tener en la planta según la disponibilidad de nitrógeno o carbono que pueda tener el suelo.
Si tenemos una relación C/N o relación carbono nitrógeno alta, estamos diciendo que hay una prevalencia del contenido de carbono (carbohidratos) sobre el contenido en nitrógeno.
Como todos sabemos, este elemento, el nitrógeno, es el que garantiza el crecimiento vegetativo de la planta, pues a partir de él la planta es capaz de transformarlo en aminoácidos y éstos en proteínas (estructuras más complejas formadas por una cadena o agrupación de aminoácidos).
Como decíamos, era fundamental saber a qué valores nos enfrentamos o cual es el objetivo que tenemos que conseguir para tener un suelo de buena calidad.
Aunque varíe dependiendo de la textura del suelo y el cultivo que lo alberga, son valores bastantes aproximados y generales.
En cuanto a la relación C/N, vemos que el valor medio se sitúa entre 8,5 y 11,5. Como dijimos, es un valor adimensional que evalúa la concentración del carbono frente al nitrógeno.
Ahora también vamos a ver un ejemplo de lo que sucede si los valores de la relación carbono nitrógeno o C/N se disparan o se quedan cortos.
Relación C/N < 8,5: falta de energía. Alta liberación de nitrógeno mineral.
Entre 8,5 y 11,5: suelo equilibrado. Control en la liberación de nitrógeno mineral y el contenido en carbono del suelo.
Relación C/N > 11,5: suelo con exceso de carbono y exceso de energía.
La microbiología útil del suelo vive a expensas de utilizar carbono y nitrógeno en la transformación de la materia orgánica o en el aporte de sustancias que sí son asimilables por las raíces, como ácidos orgánicos, enzimas, sustancias de interés hormonal, etc.
La relación C/N controla el desarrollo de dicha microbiología así como el proceso de mineralización de la materia orgánica.
No buscamos un producto orgánico que libere toda su «energía» o materia prima en corto periodo de tiempo (nitrificación del nitrógeno orgánico a NH4+ y éste a NO2- y NO3-).
Según la etapa fisiológica en la que nos encontremos (y esto a menudo suele ocurrir en las primeras fases de desarrollo), la liberación de nitrógeno puede ser muy alta y de poco rendimiento, ya que no llegan a entrar en contacto las sustancias nitrogenadas con las raíces.
Por consiguiente, tenemos un desaprovechamiento masivo del nitrógeno, una percolación o lixiviación alta y una gran contaminación del subsuelo o el manto acuífero.
Algo diferente ocurre en la relación C/N de la materia orgánica, que suele tener valores medios bastante más altos y sufre otro proceso distinto de descomposición durante su proceso.
Los ritmos de formación de los restos vegetales o animales en materia orgánica sufre un proceso mucho más rápido de descomposición que en un suelo natural, de ahí que los valores cambien.
Lo ideal es tener una relación C/N entre 25 y 40 en la materia orgánica. Un valor mucho más alto que el 8,5-11,5 de un suelo.
Ahora bien. La relación C/N, como hemos visto, se puede producir en la materia orgánica (con un valor único), en el suelo (con otro rango de valores) y en la planta.
Podemos evaluar multitud de datos y comprobantes para saber si la nutrición de nuestra planta es equilibrada con la relación C/N.
Sabemos que hay carbono (carbohidratos) formados durante el proceso de fotosíntesis, y también sabemos que hay nitrógeno que absorben a través de aplicaciones foliares, en fertirrigación o ayudado por organismos que fijan el nitrógeno atmosférico en cierto tipo de plantas (leguminosas y otras).
Por tanto, habiendo carbono y habiendo nitrógeno circulando en la savia, podemos desarrollar una tabla comparativa para ver qué valor C/N es el adecuado, aunque no se pueda medir.
En las primeras fases de desarrollo de una planta, hay una velocidad de crecimiento, formación de tallos y producción de hojas vertiginoso. Lo que ocurre es que la planta demanda mucho nitrógeno para transformarlo en proteínas. Es decir, hay una relación C/N (carbohidratos frente a proteínas) muy reducido.
En resumen, toda la energía se aprovecha en crecimiento de tallos. De flores y frutos aún no hay que hablar porque no existe en el cultivo.
Una vez la planta adquiere un tamaño considerable y su adaptación al medio es total, empieza a demandar otros nutrientes en lugar de nitrógeno. ¿Fisiológicamente qué es lo que ocurre?
No se forman tantas hojas ni tallos ni el crecimiento de la raíz es tan veloz. Recordar que una gran parte de esos carbohidratos (50% o más) se destina a las raíces, buscando su crecimiento. Por tanto, se acumula carbohidratos en reserva y la relación C/N aumenta. Es decir, hay más relación de carbohidratos que de nitrógeno.
Podríamos hablar de que hay un exceso de energía almacenada. En términos animales, la planta «engorda».
Cuando hay un exceso de energía o un balance positivo en energía, pensamos en opciones de reproducción, dado que estamos en una situación cómoda.
La planta, en este momento, empieza a utilizar esos carbohidratos en producir flores, cuajar frutos y, en un futuro, engordarlos y madurarlos. Se encuentra en una fase reproductiva.
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