Columna: En el Día Mundial del Agua, las respuestas que nos entregará la data

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Columna: En el Día Mundial del Agua, las respuestas que nos entregará la data

Por Gastón Dussaillant, Gerente Comercial y Co-fundador de Capta Hydro

Gastón Dussaillant,, Gerente Comercial y Co-fundador de Capta Hydro.

El estrés hídrico en Chile sigue empeorando. En este Día Mundial del Agua, es bueno recordarlo. La menor oferta del recurso por el ya indiscutible cambio climático y la mayor demanda debido al crecimiento de la población y de la economía, hará que en muchas regiones del planeta se genere o acentúe el estrés hídrico en los próximos años y décadas, con consecuencias negativas como la pérdida de actividades económicas y potencial falta de agua para la población. Los efectos son muy reales: problemas de agua potable en Petorca, pérdidas de US$1.000 millones en el valle del Limarí en 2015 y  US$600 millones que dejó de exportar la fruticultura en 2021.

¿Cuál será la próxima zona de escasez? ¿Qué tan grande será la pérdida económica en 2022? ¿o de esta década? Lamentablemente, las respuestas a estas preguntas no son si es que “pasarán” o no, sino que de cuándo, dónde y en qué magnitud.

Ahora, cualquier persona medianamente informada de esta crisis podría preguntarse, “¿cómo no podemos evitar estas pérdidas si existen muchas posibles soluciones, como plantas desaladoras, embalses, revestimiento de canales, infiltración de acuíferos, trasvases, agua subterránea?”. Cuestionamientos válidos, pues la solución no es una, sino que un “mix” único y adaptado a la realidad de cada cuenca. No existe la “bala de plata” y cada solución deberá evaluarse, por factibilidad técnica, económica y social.

Con tantas opciones, ¿cómo priorizar? ¿Generamos más oferta, o gestionamos la demanda? La buena noticia es que si queremos encontrar estas respuestas no es necesario reinventar la rueda, sino que debemos consolidar la aplicación de la metodología de “Gestión Integrada de Recursos Hídricos” en cada una de las cuencas del país, la cual ha sido extensamente validada en países desarrollados. En resumen, plantea que, con el objetivo de lograr seguridad hídrica para todos – personas, actividades económicas y ecosistema – se debe seguir un proceso que inicia con el diagnóstico de cada cuenca, luego una evaluación de la factibilidad de las estrategias o soluciones posibles, seguido por un análisis económico y planificación de las soluciones elegidas y, finalmente, la ejecución y seguimiento, esto último especialmente importante si se trata de inversiones públicas.

Los Planes de Gestión Hídrica de la DGA van en la dirección correcta, así como la reciente modificación al Código de Aguas que dispone la creación de reglamentos que establecerán el procedimiento y requisitos específicos para confeccionar y hacer realidad los planes en cada cuenca. Pero, si existen las soluciones y la metodología, ¿Por qué ha sido tan lenta su aplicación o pareciera haber poco consenso en su mérito entre todos los actores?

En nuestra opinión, una de las razones es que estamos fallando en el primer y último paso: el diagnóstico de la cuenca y sus brechas entre fuentes y usos de agua, y en el seguimiento y cuenta pública de las inversiones. Esto, porque nos falta un insumo fundamental: más y mejores datos sobre los recursos hídricos disponibles y usados en el país. Hemos observado que la brecha de cantidad de datos disponibles vs. los necesarios es de al menos 100 veces, y que la brecha de calidad de datos muchas veces los deja inutilizables, especialmente en la red hidrométrica de la DGA, con un porcentaje significativo de sus estaciones no operativas y en algunos casos con errores de medición superiores al 20%.

Esto nos lleva a cuestionar qué tan precisos son nuestros diagnósticos, ¿de cuántas cuencas podemos indicar con seguridad cuál es su real oferta de agua? ¿o de la que tendrá nuestra cordillera, acuíferos o glaciares al final de cada invierno? Por otro lado, ¿cuál es nuestra real demanda de agua? ¿cuál es el volumen de extracciones de aguas superficiales, y subterráneas?

Sin estas respuestas, es imposible saber si el uso de agua es sustentable o no en una cuenca, y menos informarnos de manera correcta sobre cuáles son las soluciones que deben implementarse para lograr dicha sustentabilidad y adaptarnos al cambio climático de manera exitosa. Afortunadamente, las tecnologías que nos entregarán estas respuestas existen y son cada vez más accesibles.

En el Día Mundial del Agua, reflexionemos sobre las brechas de datos y de información que tenemos en el agua y actuemos con decisión para acortarlas en el menor tiempo posible. Sólo así podremos decir con confianza que estamos preparados para enfrentar el futuro y adaptarnos a un cambio climático, donde, si nada hacemos, el agua se llevará la peor parte.


Agricultural Water Summit,organizado por Yentzen Group, será el punto de encuentro de la industria agrícola, y convocará a expertos de clase mundial, con el fin de analizar la situación hídrica nacional y proveer soluciones, innovación y tecnología para la gestión y preservación del agua en la agricultura. El encuentro se realizará el 16 de junio en San Francisco de Mostazal.

Durante la jornada se abordarán temas claves en cuanto al impacto de la escasez hídrica en las diferentes regiones de Chile, así como la importancia de aplicar nuevas tecnologías y optimizar los actuales sistemas de riego para el manejo y uso eficiente del agua.

Para más información, ingresa a nuestrá página web https://www.agwatersummit.com/ 

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