Los aguacates chilenos son eficientes en agua y sostenibles, según nuevo estudio de CAZALAC, entidad afiliada a la UNESCO. Este es el primer análisis con evidencia científica sobre este cultivo característico de la zona central del país latinoamericano.
El estudio determinó que los aguacates chilenos contribuyen al cumplimiento de 14 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU en el que se incluyen “Acción por el Clima”, “Ciudades y Comunidades Sostenibles”, “Producción y Consumo Responsable” y “Hambre Cero”, entre otros. Este es el primer análisis con evidencia científica sobre el cultivo del aguacate en este país.
Los aguacates chilenos se destacan por su sustentabilidad y uso de agua “eficiente y adecuado”. Esa fue la principal conclusión a la que llegó un estudio realizado por el Centro Regional del Agua para Zonas Áridas Semiáridas de América Latina y el Caribe (CAZALAC), organismo auspiciado por la UNESCO.
“La actividad agropecuaria y la producción de alimentos requieren del uso adecuado de los suelos así como de una gestión eficiente del agua; especialmente en medio de una megasequía que se ha extendido por más de 13 años en Chile. Este estudio inédito que verifica la situación geoambiental de la palta chilena indica que los estándares de producción de esta industria avanzan hacia una agricultura más sustentable y regenerativa”, afirma José Gabriel Correa, Jefe del Comité de Palta de Chile, que actuó como facilitador en este estudio.
Los investigadores concluyeron que la amplia cobertura del sistema de riego modernizado entre los productores de aguacate chilenos permite calificar el uso del recurso hídrico como “eficiente”; teniendo un consumo estimado de 8.980 m3 de agua por hectárea en las áreas de muestra; lo cual tiene una relevancia considerando el contexto de sequía.
Este cálculo se sumó al realizado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Chile (INIA) en 2013; entidad que utilizando la metodología Water Footprint Network estimó una huella hídrica de unos 427 l/kg de palta chilena. Así, los aguacateros se ubicaron dentro del rango promedio de agua versus otros cultivos frutales, incluso por debajo de algunas de las principales producciones. Cabe mencionar que las frutas son alimentos que consumen menos agua en comparación con los cereales, aceites, legumbres, frutos secos, leche, huevos, carnes y alimentos procesados, entre otros.
Uno de los hallazgos más originales del informe fueron los efectos positivos de los cultivos aledaños, considerando el mejoramiento del suelo así como la interacción con la flora y fauna nativa. Si bien cuando comienzan las plantaciones de aguacateros se produce un cambio de la vegetación, el estudio concluyó que a mediano plazo se genera un nuevo ecosistema con mayor cobertura vegetal en comparación con el original, que puede contener diversidad con alta presencia de microfauna, polinizadores insectos y fauna autóctona.
De esta forma, se comprobó que las plantaciones aledañas del matorral nativo presentan una alta biodiversidad con abundancia de especies, generando un sustento de humedad y alimento para los animales de la zona. Además, se confirmó que entre 9 y 10 años después de la plantación, los árboles de aguacate pueden reducir el riesgo de erosión del suelo a valores similares a los de la vegetación nativa circundante, que también aumenta con los años. Se destaca que los trabajos con cultivos de paltos duran hasta 50 años.
Asimismo, por lo anterior, CAZALAC constató una mayor capacidad de absorción de CO2 en la atmósfera y su posterior liberación de oxígeno por parte de los árboles adultos de aguacate en Chile, generando un impacto ecológico positivo que ayuda a contrarrestar el efecto invernadero en mayor tiempo y espacio a partir de la especies vegetales nativas - especialmente en las zonas áridas y semiáridas que presentan formaciones xerofíticas.
La investigación denominada “Estado del arte ambiental de las plantaciones Mill American Persea en Chile” fue dirigida por Elir Rojas, geógrafo e investigador asociado en Cambio Climático y Sequía de CAZALAC, junto con un equipo de investigadores integrado por Carla Salinas, bióloga y doctora en desertificación. y sequía; Gabriel Mancilla, ingeniero forestal, Doctor en Ciencias de la Ingeniería y Director Ejecutivo de CAZALAC; Sergio Scott, biólogo, PhD en biología molecular y ecología; Pablo Rojas, abogado; y Manuel Soto, ingeniero forestal y Director de Estudios de CAZALAC.
Debido a la distribución geográfica de las huertas de palto en Chile, ubicadas en la zona central del país, se definió una unidad de muestreo en Panquehue, V Región con el objetivo de recolectar aspectos biogeográficos, climáticos, ambientales y sociales representativos del 66%. de la producción nacional de esta fruta. Además, se eligieron aleatoriamente otras siete áreas (cuatro ubicadas en Cabildo y Petorca, una en Quillota y una en Santa Cruz), considerando su representatividad.
Un equipo de investigadores del INTA y del Conicet determinó que la revegetación con Brachiaria brizantha mejoró significativamente las propiedades de suelos degradados.
La pruina es una capa cerosa de aspecto blanquecino o grisáceo que se encuentra de manera natural en la superficie de muchas frutas, hojas y tallos.
Una nueva investigación de la Universidad de Florida muestra que los productores pueden ahorrar hasta un 67%, o hasta medio millón de galones por acre por temporada, al alternar los ciclos de riego intermitente por aspersión entre encendido y apagado, logrando el mismo rendimiento.