Por Tomás Pablo Roa, Presidente Ejecutivo, Wolf & Pablo Consultores S.L

Tomás Pablo Roa, Presidente Ejecutivo, Wolf & Pablo Consultores S.L

Nos unimos a los lamentos de aquellos que en este siglo XXI inicio de una nueva era global en el que las tecnologías han tomado el relevo del desarrollo acercándonos más que nunca unos a otros tenga lugar una invasión como la de Rusia a Ucrania empleando las armas para resolver sus diferencias.

Al momento de escribir esta columna el número de muertos comienza a crecer poniendo en peligro la vida de millones de personas dentro de Ucrania y países próximos, la estabilidad mundial que nos ha traído hasta aquí vuelve a estar en peligro, no existe justificación ninguna que sirva de atenuante de esta barbaridad.

Chile, a pesar de su distancia física con Ucrania -19 horas de vuelo-, la invasión rusa está siendo seguida en directo a pie de calle, y con corresponsales desplazados a Ucrania.

En Chile viven en torno a 500 ucranianos y unos 150 chilenos en la tierra eslava. Territorialmente hablando Ucrania tiene algo más de 600 mil kilómetros cuadrados, es la segunda nación más extensa de Europa en la que habitan cerca de 50 millones de habitantes. Chile de tamaño medio en América Latina dispone de 755 mil kilómetros cuadrados.

El 9 de enero de 1992 Chile reconoció a Ucrania como Estado independiente y las relaciones diplomáticas fueron iniciadas el día 28 del mismo mes. A contar de 1995 el Embajador de Ucrania en Argentina es concurrente ante Chile. En tanto el Embajador de Chile en Polonia es concurrente en Ucrania.

Las autoridades chilenas han enviado un aviso urgente a chilenos residente o de visita en Ucrania en la que les indican que si creen que su situación actual "no es segura" y después de evaluar "cuidadosamente" los peligros de moverse de donde se encuentran, informan que la frontera con Polonia lugar donde hay Embajada de Chile está abierta para todos los ciudadanos que provengan de Ucrania. También, pueden tomar contacto con las sedes diplomáticas de Chile en Hungría y Rumanía. En caso de una emergencia que requiere asistencia consular inmediata comunicarse al teléfono +48 538 386 641 (Polonia).

¿Afecta este conflicto a Chile situado en la periferia, para algunos en el fin del mundo? La respuesta es absolutamente afirmativa, no es solo europea abarca la estabilidad política y económica del globo. El pasado jueves el dólar dio un salto próximo al 4%, pasando de 790 pesos a los 820, vale decir 30 pesos más, dando cuenta del impacto que está teniendo la conflagración en un país localizado casi en las antípodas. La última vez que se percibió un avance cambiario de esta cuantía fue en 2008, época de la crisis financiera global.

Así, el avance experimentado en el precio del petróleo superando los 100 dólares afecta de lleno a las finanzas locales, Chile importa sobre el 90% de lo que consume llevando el precio de las gasolinas a valores por sobre los 1.000 pesos asunto que seguirá impulsando la inflación ya en valores desbocados -7,7%-, a consecuencias de la pandemia.

Estos incrementos son considerados como el canal de transferencia más veloz de los efectos de la irrupción de Rusia en suelo ucraniano, en lo inmediato lo veremos en el precio de los alimentos, la energía y en los combustibles que de escalar afectará a familias e industrias en el más amplio sentido.

La ocupación rusa pone en peligro los suministros de alimento no solo a sus vecinos europeos, sino, también, a Estados tan alejados como Chile que importa el 44% del trigo panadero y el 75% de los volúmenes de maíz. Su escasez haría que los importes se acrecienten, habrá más demanda que oferta. Un dato, España importa de Ucrania el 42,2% de los cereales, lo más probable es que hayan subidas de cuantías de estos productos básicos.

Chile siempre ha presumido de disponer de grandes superficies aptas para cultivos agrícolas, pero muy alejado de Ucrania que dispone del 56% para estos propósitos, la segunda extensión más grande del planeta. Es uno de los principales exportadores de infinidad de alimentos, sin duda es una gran alacena.

Con todo, al igual que en otros muchos lugares del orbe esta sinrazón llega en medio de un momento en el que las economías deben recuperarse de los déficits fiscales incurridos a resultas de la pandemia, en Chile un 7,6 % del producto interno bruto (PIB) en 2021, superando incluso la marca del 2020 cuando la pandemia provocó un descubierto del 7,1 %. Además, debe volver a encarrilar la inflación, probablemente este 2022 debería reducirse a un 5,5% acercándose a una meta ideal alrededor del 3% en 2023 o 2024. Ahora todo queda en el aire.

Por cierto, el déficit chileno no es muy distinto al de otros Estados similares, cuyas causas hay que buscarlas en el aumento del gasto público que en el enclave austral llegó a los 94.700 millones de dólares, un alza de un 33,2% obligado principalmente a las medidas tomadas para ayudar a los ingresos familiares afectados por las restricciones impuestas a causa de la covid-19.

A juicio de los expertos Chile no está libre de sufrir embates en la gestión de su hacienda como resultado de esta arremetida militar rusa que añade inseguridad, anormalidad financiera y complicaciones en las cadenas de suministros en el mundo, todo lo cual, de momento, no son perspectivas muy halagüeñas para la recuperación económica proyectada con antelación que iba hasta un 3,5%.

Asimismo, la condición de economía abierta de Chile basada en las exportaciones e importaciones de productos tales como diésel, gas y granos genera preocupaciones en una de las variables más importantes para su expansión como son los intercambios con el exterior. Una caída en las exportaciones debido a una menor actividad global afectaría de lleno a este sector y al crecimiento del país.

Finalmente, donde está las Naciones Unidas, como no han intervenido ya, su misión principal es evitar que las disputas concluyan en guerras, uno de sus miembros a invadido a otro.

¡Alto el Fuego!