Frutales en la Zona Sur: ¿Pensando en calibre?

Frutales en la Zona Sur: ¿Pensando en calibre?

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Frutales en la Zona Sur: ¿Pensando en calibre?

Por Stoller


La zona sur de Chile ya ha iniciado su temporada frutícola, las flores ya cuajadas y comienza ya a producirse el crecimiento de los frutos en nuestras plantas. Sin duda en el huerto nos encontramos aún definiendo las estrategias de bioestimulación que tenemos en programa, proceso que nunca está exento de dudas, opiniones diversas, comprensiones fisiológicas dispares y experiencias distintas con respecto al uso de uno u otro producto.

Uno de los aspectos fundamentales en la producción que determinará el rendimiento y los retornos de nuestro negocio será por supuesto el calibre del fruto, el cual comenzamos a empujar desde este mismo momento, e incluso desde más temprano.

Las estrategias pueden ser diversas, pero la fisiología en las plantas es una sola y aquí se encuentra la clave cuando de calibre se trata: el fruto crece mediante los procesos de división celular (evento en el que se generan más células) y expansión celular (instancia en la que estas células crecen y alcanzan un mayor tamaño). Así, mientras más células existan y superior sea su tamaño, mayor será el calibre del fruto final.

De acuerdo con la empresa Stolller, teniendo claro lo antes mencionado, nos preguntamos: ¿Cuáles son las hormonas que participan en estos procesos fisiológicos de división y expansión celular? Los avances en la ciencia nos han permitido aprender que las hormonas involucradas son principalmente tres: citoquininas, auxinas y giberelinas. Todas juegan un papel clave en estos procesos. Las citoquininas y auxinas favorecerán el tener más células dentro del fruto, mientras que las giberelinas darán lugar a los procesos de expansión celular. Por lo tanto, si buscamos un mayor calibre, deberíamos entonces poder asegurar una adecuada concentración de estas hormonas tanto en el fruto como en el resto de la planta.



Hay que considerar además sobre las hormonas que éstas actúan bajo algunas premisas importantes, las cuales no podemos pasar por alto:

  • Actúan a concentraciones determinadas. Por lo tanto, productos con concentraciones más altas no necesariamente van a favorecer un mejor resultado, puesto que cada fitohormona tiene su concentración óptima y fuera de este rango, el efecto puede ser negativo.
  • Actúan mejor al darse interacciones entre ellas. Es decir, al momento de suministrar debemos siempre considerar estar colocando en el estanque una combinación de estas tres hormonas; por ejemplo, al agregar sólo citoquininas tendremos un efecto menor en calibre si lo comparamos con el efecto obtenido por la combinación de estas citoquininas con auxinas.
  • Abuso de ácido giberélico (Giberelinas): si bien favorece al calibre, una excesiva aplicación de giberelinas tiene repercusiones negativas ya que estar “inflando el globo” (agrandar la célula) sin un adecuado equilibrio las membranas y paredes celulares se ven debilitadas, comprometiendo de esa manera la condición de la fruta.
  • las hormonas se inhiben o degradan fácilmente (por lluvia, viento, luz solar directa, sombra, estrés, etcétera), por lo que su suministro permanente es indispensable en huertos productivos.
  • La relación entre las hormonas citoquininas / auxinas que logremos en el interior de la planta tendrá implicancias no solo en el calibre de la fruta, sino también en la estructura de la planta (más o menos ramas laterales / basales) y en la inducción floral (más o menos flores). Siempre en ese sentido será más conveniente tener una relación más alta en citoquininas.


Programación de estrategia

Teniendo entonces en consideración estos cinco aspectos, es indispensable programar nuestra estrategia para calibre considerando suministros trihormonales, con mayor concentración citoquinínica, con una adecuada relación entre ellas y una adecuada concentración total, una baja carga giberélica en una etapa temprana del crecimiento del fruto, y que el suministro de estas hormonas sea permanente y desde temprano.

En esta misma línea, Stoller sugiere un producto que ha demostrado tener una excelente performance en campo: el Stimulate fruit Sizer, diseñado para promover el equilibrio natural de estas hormonas y lograr resultados óptimos en cuanto a calibre. Éste ha sido desarrollado bajo la experiencia y años de investigación de Stoller Group.  Una estrategia adecuada debería ser pensada con aplicaciones de 1L/há, en “pre-flor”, y luego desde caída de pétalos en adelante cada 7 días (tres a cuatro aplicaciones). Con esto se fomenta un desarrollo de calibre óptimo.

Hacemos hincapié que las aplicaciones tempranas de “pre-flor” son importantes, ya que el calibre se comienza a definir desde ese momento. Incluso hemos evidenciado en forma reiterada que aplicaciones aún más tempranas (yema hinchada) de productos trihormonales logran impactos consistentes en el aumento del calibre.



Para más información por favor contactarse con Antonio Villagra al email avillagra@stoller.cl  o al teléfono +56 9 9537 5239. Visita nuestra pagina web http://www.stoller.cl/ 

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