Investigación: Diversidad de carnívoros en la protección de cultivos frutales

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Investigación: Diversidad de carnívoros en la protección de cultivos frutales

Una investigación exploró el efecto que tiene la diversidad de carnívoros en los paisajes de viñedos en la zona central de Chile.

De acuerdo con el estudio, la presencia de remanentes de bosques nativos inmersos o aledaños a viñedos, permiten la conservación de carnívoros, especies clave en los ecosistemas y que aportan al control biológico de algunas plagas agrícolas como roedores y conejos.

El investigador principal, Juan Luis Celis, profesor de la Escuela de Agronomía de la P. Universidad Católica de Valparaíso e investigador asociado del Programa Vino, Cambio climático y Biodiversidad, se refirió a cómo el análisis se puede relacionar a los cultivos frutícolas.

De acuerdo con él, al estar en la parte superior de la cadena alimentaria los carnívoros tienen altos requerimientos de hábitat y por ello son los primeros afectados cuando hay perturbaciones o degradación de su hábitat.

“Estas especies son clave para controlar algunas plagas y lo hacen sin afectar los cultivos; por ejemplo, al alimentarse de conejos o roedores, indirectamente contribuyen a disminuir pérdidas agrícolas por estas especies y en particular para el caso de roedores, aportan al control del virus hanta”, afirmó a PortalFrutícola.com

“Dado sus altos requerimientos de hábitat, su conservación permite la conservación de otras especies con menos requerimientos, lo que se conoce como especies “paragua”.”

Celis señaló que en lo que concierne a la producción frutícola nacional, si se cambia el diseño predial orientado a incluir más corredores biológicos, tener paños más pequeños, usar más cultivos de cobertura, permitiría que carnívoros generalistas y especialistas dieran más vueltas entre parras y cultivos frutícolas y se favorecería el control biológico de esas plagas.

“Con ese diseño, el área de cultivo no sería una barrera o un ambiente inhóspito para generalistas y para las especialistas sería más fácil andar por los alrededores. Por ejemplo, en el caso de las viñas que anden zorros en los alrededores ayuda a bajar la incidencia de aves que pican las uvas y que también se puede dar en otros cultivos bajos como frambuesas y arándanos”.

Además, destacó que incorporar más corredores biológicos, poner arbustos y árboles nativos en bordes de canales, en bordes de caminos o como cercos vivos, genera otras externalidades positivas, como constituir hábitat para enemigos naturales de artrópodos, plagas agrícolas.

El Estudio

La investigación fue realizada por Camila García como parte de su tesis de Magíster en Ciencias Agronómicas y Ambientales de la Ponitificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y liderada por el doctor Juan Luis Celis a partir de la información obtenida en los inventarios realizados por el programa Vino, Cambio Climático y Biodiversidad (VCCB) del Instituto de Ecología y Biodiversidad.

El estudio aborda cómo los carnívoros -entre ellos los gatos güiña y colocolo, los zorros chilla y culpeo, el quique y el chingue (zorrillo)- se ven amenazados en paisajes intervenidos por humanos; no sólo por la degradación de sus hábitats naturales a raíz del cambio de uso del suelo para la producción agrícola, sino que también por la caza, presencia de perros y expansión urbana, factores que influyen en que hoy varias especies se encuentren amenazadas a su conservación.  

La investigación destacó que los carnívoros son superpredadores que permiten controlar la transmisión de parásitos entre animales y seres humanos además de limitar el contagio de enfermedades zoonóticas. Una merma en la población de carnívoros puede repercutir en cambios en otras especies y en problemas con los cultivos agrícolas.

El artículo científico “Remnants of native forests support carnivore diversity in the vineyard landscapes of central Chile” (Remanentes de bosques nativos apoyan la diversidad de carnívoros en los paisajes de viñedos de Chile central) analiza las diferencias entre carnívoros.

Los especialistas requieren hábitats específicos para su conservación como el gato güiña o el colocolo y los generalistas son especies menos restrictivas y que se adaptan a distintos ambientes en el paisaje como los zorros.

Una de las conclusiones principales de la investigación indicó los beneficios que tiene para la industria del vino el mantener hábitats naturales asociados a restos de bosques nativos ya que con ello se apoya la conservación de la biodiversidad en zonas productivas al beneficiar a la población de fauna silvestre y también al proporcionar otros servicios del ecosistema como polinización, control de plagas y regulación del agua en zonas agrícolas.

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