Frutilla o fresa blanca: diferencias de manejo para la producción de plantas y fruta

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Frutilla o fresa blanca: diferencias de manejo para la producción de plantas y fruta

El contenido de este artículo fue elaborado por Cecilia Céspedes L. Ingeniero Agrónomo, M.Cs. www.inia.cl y fue revisado y reeditado por Portalfruticola.com

Producción de plantas del género fragaria

El vivero de frutilla blanca (Fragaria chiloensis L. Duch.) debe ubicarse en superficies planas, con suelos profundos, de preferencia arenosos, con buen drenaje, pH entre 6 y 7, y con buen abastecimiento de agua. Debe estar alejado de la producción de fruta para evitar la trasmisión de plagas y enfermedades, y así favorecer las condiciones sanitarias. Las especies del género Fragaria tienen la capacidad de emitir estolones que crecen a partir de yemas axilares ubicadas en la corona de la planta madre. En la yema
apical de dichos estolones se produce una nueva corona de una planta hija, la cual recibe agua y nutrientes de la planta madre a través del estolón (Figura 1).

La producción de estolones se favorece en zonas con temperaturas entre 25° a 30°C en verano. Las temperaturas de otoño deben descender rápidamente de tal forma que las plantas reciban una acumulación de horas frío (inferior a 7°C), lo cual, en algunos casos, se logra en zonas de alturas (superiores a 1.000 msm) o bien en latitudes más extremas.

Al momento del establecimiento de un huerto de frutilla, las plantas deben tener alto contenido de carbohidratos de reserva, lo que se logra cuidando la sanidad del vivero y eliminando las flores, para concentrar toda la energía en la obtención de plantas vigorosas. Por ello es muy importante el manejo en la producción de plantas, ya que sin estas características es muy difícil el éxito del cultivo posterior.

Sistema de propagación

La producción de plantas de frutilla se basa en 4 etapas que tienen por objetivo asegurar al productor la calidad de las plantas. Primero se forma una colección de plantas madres libres de todo agente infeccioso, que se multiplican in vitro (micropropagación) o por estolones, obteniendo las plantas F0, que son traspasadas a un contenedor individual con sustrato estéril en invernaderos protegidos con mallas antiáfidos y así minimizar riesgos de infección con insectos vectores de enfermedades. En la segunda etapa, estas plantas se multiplican mediante estolones, cuidando rigurosamente las condiciones de sanidad para obtener las plantas F1, que se llevan al campo para su reproducción durante una nueva temporada, siempre cuidando rigurosamente las condiciones sanitarias para asegurar plantas sanas F2, lo que constituye la tercera etapa.

En la última etapa, las plantas F2 son usadas para establecer el vivero comercial en un terreno arenoso, el cual debe ser desinfectado previamente. Esta práctica puede realizarse mediante la solarización del terreno en el verano anterior a su plantación, así se eliminan patógenos y también semillas de malezas. Para lograr el buen desarrollo de las plantas madres y favorecer la producción de estolones, el suelo debe ser muy homogéneo y mullido, y la plantación se debe realizar en hileras distanciadas a 1,8 m y 0,6 m sobre la
hilera, directamente sobre la superficie del suelo, sin realizar camellones. Se puede usar un sistema de riego por aspersión o con goteros para facilitar el enraizamiento del estolón, cuidando de mojar toda la superficie y no compactar el suelo (Foto 1).

Foto 1. Vivero de frutilla con suelo mullido y riego por goteo.

Manejo del vivero

Una vez establecido el vivero se deben realizar las siguientes labores culturales:

  • Las herramientas usadas en el vivero de frutilla deben ser desinfectadas con hipoclorito de sodio al 3%, de esta forma se evita la contaminación con algún patógeno.
  • Controlar las malezas manualmente o con alguna herramienta.
  • No usar herbicidas.
  • Eliminar flores y hojas viejas, para favorecer el desarrollo vegetativo.
  • Rastrillar el suelo entre las hileras de plantación para favorecer el enraizamiento de estolones y la aireación radicular.
  • Conducir los estolones para que se distribuyan en forma homogénea en el terreno.
  • Enterrar los estolones a medida que se van formando para estimular su enraizamiento.
  • Mantener un estricto control de plagas, enfermedades y malezas.

En la última etapa, las plantas F2 son usadas para establecer el vivero comercial en un terreno arenoso, el cual debe ser desinfectado previamente. Esta práctica puede realizarse mediante la solarización del terreno en el verano anterior a su plantación, así se eliminan patógenos y también semillas de malezas. Para lograr el buen desarrollo de las plantas madres y favorecer la producción de estolones, el suelo debe ser muy homogéneo y mullido, y la plantación se debe realizar en hileras distanciadas a 1,8 m y 0,6 m sobre la hilera, directamente sobre la superficie del suelo, sin realizar camellones. Se puede usar un sistema de riego por aspersión o con goteros para facilitar el enraizamiento del estolón, cuidando de mojar toda la superficie y no compactar el suelo (Foto 1).

Monitoreo y control de larvas del suelo

Tanto en el establecimiento de un vivero como de un huerto para la producción de fruta es recomendable hacer un monitoreo de larvas del suelo, la que debe realizarse a inicios de otoño, considerando por cada hectárea al menos 10 muestras de suelo tomadas al azar. Cada muestra corresponde a una porción de suelo de 30 cm de ancho por 30 cm de largo y 40 cm de profundidad, en el cual se separan las larvas que aparecen y se identifican para determinar si es necesario controlar (Figura 2).

Figura 2. Tamaño de la muestra en el monitoreo de plagas.

En situaciones donde se obtengan más de 4 larvas por m2 se debe controlar con hongos entomopatógenos (HEP), asegurándose de usar la cepa correcta para controlar la especie identificada. Se recomienda aplicar los HEP en el momento de la plantación, diluyendo las esporas de la cepa correcta en agua, agregando un aceite miscible y regando las plantas con ella. Figura 2.

Producción de fruta del género fragaria

Para la producción de fruta, el establecimiento de las plantas debe realizarse sobre platabandas o camellones. Esta práctica permite mejorar la fertilidad y aireación del suelo, donde se desarrollan las raíces, evitando un ambiente propicio para el desarrollo de enfermedades radiculares y obteniendo un mejor vigor de las plantas.

Elaboración de camellones

En el caso de existir cobertura vegetal en el sitio donde se va a hacer la plantación, la preparación consiste en invertir el suelo con arado a unos 35-30 cm de profundidad, con el fin de enterrar las malezas y luego rastrear para destruir los terrones.

Para hacer los camellones, se marcan con estacas hileras distanciadas a 1,2 m que corresponden al centro del camellón. Se hacen los camellones de preferencia con orientación norte-sur, para aprovechar la luz solar, sacando tierra de los caminos entre camellones y ubicándola sobre ellos. El ancho de los camellones debe ser de 70 cm en su base y 60 en la parte superior. Su altura debe tener unos
35 cm, para permitir un óptimo crecimiento del sistema radicular de las plantas. Entre los camellones se dejan 50 cm de camino (Figura 3).

Figura 3. Dimensiones recomendadas para la elaboración de camellones.

Terminada la construcción de los camellones se recomienda incorporar 2 kg de compost por metro lineal. Con esto se mejorará la calidad del suelo, la infiltración y retención de agua, la actividad de microorganismos y la disponibilidad de nutrientes.

Sistema de riego

Se debe establecer un sistema de riego por goteo (Foto 2), para una mayor eficiencia de uso del agua y evitar estrés de las plantas en los períodos secos, época en que se acumulan las reservas para la producción del año siguiente. En camellones con mulch plástico o malla antimalezas, el sistema de riego debe ir bajo el mulch.

El primer riego debe ser prolongado, para mojar el camellón antes de la plantación, lo que además permitirá probar el correcto funcionamiento del sistema instalado. Inmediatamente después de la plantación se debe regar lo que sea necesario para mantener la humedad en todo el sector donde crecen las raíces, hasta que las plantas superen el estrés del trasplante. La frutilla no necesita gran volumen de agua, pero es importante mantener húmeda la zona de crecimiento de las raíces, es decir los primeros 30 a 40 cm de profundidad.

Foto 2. Sistema de riego por goteo.

Manejo de malezas

Para controlar las malezas sobre el camellón, se puede cubrir con mulch de corteza de pino, plástico, o malla antimalezas. La elección depende del costo y facilidad de adquisición para el agricultor. La malla antimalezas es más eficiente y tiene una vida útil mayor, pero es de mayor costo. El plástico tiene menos durabilidad y la corteza de pino, además de ser más económica y altamente disponible en el territorio de Nahuelbuta, a medida que se descompone aporta materia orgánica al suelo lo que es positivo. Sin embargo, cada año es necesario aplicar corteza para mantener el suelo bien cubierto (Foto 3).

Foto 3. Mulch para el control de malezas. Abajo: malla antimalezas. Centro: plástico. Más Abajo: corteza de pino

Si se opta por usar corteza de pino, se debe colocar después de la plantación, cuando la planta ya esté bien establecida, cubriendo bien el suelo, para evitar el crecimiento de las malezas. La malla antimalezas y el plástico se ponen después de la instalación del sistema de riego y antes de la plantación, cubriendo totalmente el camellón y fijando con tierra los bordes para que quede bien extendido. Luego se debe marcar dónde irán ubicadas las plantas y perforar con un tubo caliente para dejar un círculo, o con dos fierros formando una cruz, con el fin de evitar que dicha malla o plástico se rasgue posteriormente (Foto 4).

Foto 4. Perforación en el mulch para plantar frutilla.

Sin embargo, en este último método se debe cuidar que las plantas no queden tapadas por el mulch (de plástico o malla antimalezas) cuando éstas son muy pequeñas. Para evitar el daño en la plantación, es muy importante que las raíces queden bien derechas y sin aire, para lo cual se debe hacer un agujero en el suelo en el lugar donde se plantará. Se recomienda utilizar un tubo de PVC cortado en bisel, dentro del cual se pone la planta y luego se introduce en el agujero previamente hecho (Foto 5). Luego se retira el PVC quedando la planta en su lugar definitivo. La tierra debe quedar apretada alrededor de la corona de la frutilla, tapándola hasta la mitad.

Foto 5. Plantación de la frutilla utilizando un trozo de PVC.

Plantación

Para el mejor uso del espacio se recomienda establecer las plantas en tresbolillo, manteniendo una distancia de 30 cm entre hileras y de 25 a 30 sobre la hilera (Figura 4).

Figura 4. Plantación de frutilla en tresbolillo.

Claves para lograr el éxito en la producción de frutilla

  • Establecer solo plantas de buena calidad y sanas.
  • Plantar temprano en otoño para estimular la producción de fruta.
  • Incorporar materia orgánica al suelo, como compost, bokashi, guano rojo y/o ácidos húmicos.
  • Eliminar los estolones en plantas destinadas a producción de fruta, lo que permitirá que las reservas de la planta sólo sean utilizadas con ese fin.
  • Evitar el traspaso de herramientas de un huerto a otro sin antes desinfectarlas.
  • Establecer corredores biológicos con diferentes especies vegetales que florezcan, para favorecer la presencia de insectos benéficos que controlarán los insectos plaga.
  • Realizar rotación de cultivos para cortar el ciclo de las enfermedades.
  • Evitar mantener las plantas muchos años ya que disminuyen los rendimientos y aumentan los costos.
  • Establecer sistemas de riego que permitan proveer de agua a las plantas en los períodos estivales, época en que necesitan acumular reservas.

Manejo de la fertilidad del suelo para producir frutas o plantas

La fertilidad del suelo es la capacidad del mismo de sustentar la vida, la cual depende de: la disponibilidad de nutrientes y de vida activa en él, de la existencia del espacio físico para retener agua, crecimiento de las raíces y movimiento de gases, y de la ausencia de procesos de destrucción del suelo. Los suelos destinados a la producción de frutilla en el territorio de Nahuelbuta, han sido utilizados por muchos años sin reponer la materia orgánica, por lo que en su mayoría se encuentran degradados, siendo necesario hacerlos más fértiles. Para ello se deben incorporar abonos orgánicos al suelo que pueden ser compost, bokashi o humus de lombriz. El efecto de ellos es progresivo y acumulativo. Poco a poco va mejorando la estructura, retención de humedad, capacidad de explorar de las raíces y cantidad de nutrientes, lo que lleva a una mejor producción.

El compost o abono compuesto es el resultado de la descomposición aeróbica de la mezcla de residuos orgánicos, tanto animales como vegetales. En su elaboración se alcanzan altas temperaturas que dejan inviables las semillas de malezas y los patógenos, pero se estimula el desarrollo de microorganismos benéficos que contribuyen a suprimir las enfermedades y plagas. El compost aporta micro y macro nutrientes, promotores de crecimiento y microorganismos benéficos. La dosis de aplicación es de hasta 2 litros por metro lineal.

El bokashi es un abono orgánico de origen japonés, que, al igual que el compost, se obtiene de la descomposición de residuos vegetales y animales, en presencia de aire. En su elaboración se emplean materias primas que aceleran el proceso, por su alta carga de microorganismos, como levaduras y bacterias ácido lácticas presentes en el yogurt. El bokashi terminado aporta muchos nutrientes necesarios para estimular el crecimiento y desarrollo de los cultivos. La dosis de aplicación es de hasta 1 litro por metro lineal.

Foto 6. Compost.

Foto 7. Bokashi.

Foto 8. Lombricompost.

El lombricompost es el producto de la acción de la lombriz roja californiana (Eisenia foetida) sobre residuos vegetales y animales. Las lombrices, al alimentarse, transforman los residuos orgánicos en un abono de excelente calidad que es usado como acondicionador del suelo. Permite una rápida asimilación de nutrientes, por parte de las plantas, mejora la estructura del suelo, aumenta la aireación incrementando la actividad microbiana, y disminuye la compactación. La dosis de aplicación es de hasta 2 litros por metro lineal.

Fuente: www.inia.cl 

www.portalfruticola.com

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