Valores y rangos de referencia de un análisis de suelo

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Valores y rangos de referencia de un análisis de suelo

El contenido de este artículo fue preparado por www.agromatica.es y fue revisado y reeditado por Portalfruticola.com

En la agricultura, se hacen menos análisis de suelo de lo que deberían, y lo que no sabemos es que se derrochan muchos fertilizantes y se pierde una cantidad de dinero mayor de lo que en sí mismo cuesta la analítica.

Además, no nos vale pensar que lo que aportemos al suelo, aunque sea en mayor cantidad de lo que las plantas necesitan, podrán recuperarlo para los años siguientes, ya que muchos nutrientes, en especial el nitrógeno, se percolan y se pierde a capas profundas.

Total, tenemos un doble efecto negativo. La planta no aprovecha dichos nutrientes y aumentamos la contaminación del suelo y del agua, que de por sí ya está muy afectado.

Empezamos este artículo añadiendo estos dos temas interesantes y que están muy referidos a lo que vamos a contar ahora.

Cómo descifrar un análisis de suelo

Valores de referencia en análisis de suelo

Pasar los datos de meq/L a mg/L o ppm (partes por millón) es relativamente sencillo y sólo necesitamos el peso molecular de cada uno de los elementos.

Nitrato (NO3-): 1 meq/L = 63 ppm = 1 mmol/L

Fosfato (H2PO4): 1 meq/L = 97 ppm = 1 mmol/L

Sulfato (SO4-): 1 meq/L = 48 ppm = 0,5 mmoles/L

Potasio (K+): 1 meq/L = 39 ppm = 1 mmol/L

Calcio (Ca2+): 1 meq/L = 20 ppm = 0,5 mmoles/L

Magnesio (Mg2+): 1 meq/L = 12,15 ppm = 0,5 mmoles/L

Conociendo estos valores, podremos saber si tenemos alguno en valores por encima de lo normal (reduciremos, por tanto, el aporte) y los que están por debajo de la media (aportaremos una cantidad adicional).

Precio medio análisis de suelo

Un análisis de suelo completo está en torno a los 80-90 €. El de agua algo menos. A priori, nos puede parecer una cantidad muy alta pero vamos a hacer la siguiente cuenta para abrirnos definitivamente los ojos.

Imaginemos que queremos cultivar un tomate en invernadero, con unas necesidades netas de calcio de 10 meq/L y 4 meq/L de magnesio.

Si tenemos unos valores adecuados de calcio y magnesio en el análisis de suelo, lo recomendable es no reducir dichos niveles y mantener una reserva o despensa adecuada. A partir de aquí, se podrá incrementar según vayamos aportando periódicamente materia orgánica.

Si tenemos aguas con carga alta de conductividad (>2,5 mS/cm), muy probable, esas sales nos la están aportando cloruros, sulfatos, calcio, magnesio o sodio. No tanto nitratos, fosfatos o potasio.

Imaginemos que en el análisis de agua tenemos los valores siguientes:

  • Calcio (Ca2+): 13 meq/L
  • Magnesio (Mg2+): 5 meq/L
  • Sodio (Na+): 10,49 meq/L

Lo primero que tenemos que ver es si hay una buena relación entre calcio y magnesio. Se asume que si hay el doble de calcio que de magnesio, todo estos nutrientes que aporta el agua podrán ser absorbidos. Y de ahí en adelante (relación 2, 3, 4, etc.).

En el caso contrario, si tenemos más contenido de magnesio que de calcio o la relación Ca/Mg no llega a 2, tendremos que calcular el abonado para que, aportando nitrato cálcico, esta relación suba y no haya un bloqueo de suelos.

En tal caso, como las necesidades de calcio y magnesio del tomate de invernadero que hemos comentado anteriormente eran de 10 meq/L para calcio y 4 meq/L para magnesio, el agua de riego aporta sobradamente dichas necesidades.

Por tanto, ya hablamos de un ahorro en el aporte de fertilizantes ricos en calcio y magnesio. 

¿Cuánto? Vamos a verlo.

Pongamos un consumo de agua de 4.000 m3 por campaña y 1 meq/L de nitrato cálcico = 108 mg/meq.

Para aportar 10 meq/L de calcio y 4 meq/L de magnesio en continuo, para dicha cantidad de agua:

  • 4.320 kg de nitrato cálcico
  • 1970 kg de sulfato de magnesio.

Sólo poniendo el cálculo económico del nitrato de calcio, a 0,35 €/kg como supuesto, estaríamos hablando de un gasto de 1.512 € por campaña. Ahora también habría que sumar el magnesio.

No siendo todo tan drástico, también hay que decir que por cada meq/L que se aporta de calcio también se hace de nitrógeno, por lo que ahorraríamos en el aporte de nitrato amónico o derivados.

Los datos importantes del análisis de suelo

De todos los valores que nos ofrece el análisis de suelo, y que podemos comparar con la tabla de valores de referencia, hay números muy importantes que tenemos que ver.

Materia orgánica

Estudiar el porcentaje de materia orgánica del suelo como factor importantísimo para conocer la despensa del suelo.

No sólo por los nutrientes que aportará en un futuro después de su mineralización, sino porque contribuye a mejorar las propiedades del suelo (drenaje, temperatura, población de microorganismos, etc.) y la capacidad de almacén de nutrientes que aportemos.

En definitiva. Un suelo rico en materia orgánica (1,5-2%) hace que los fertilizantes que aportemos en cobertera aumenten su absorción por las raíces y se disminuya su lixiviación o insolubilizaciones.

Fósforo Olsen

Básicamente es el contenido en fósforo que tiene el suelo, y muchas o la mayoría de veces están en contenidos altísimos.

Es normal encontrarnos valores 10 veces por encima de lo recomendable en suelos donde se trabaja de forma continua los suelos (explotaciones intensivas).

Esto es un inconveniente ya que este fósforo en cantidades altas en el suelo, sumado al aporte continuo de calcio del agua de riego (o lo que aportemos con el nitrato cálcico), hace que se forme precipitados insolubles para las plantas, como el fosfato tricálcico.

Con ello reducimos la efectividad del aporte de nutrientes y contribuimos a tener un suelo mucho más duro (precipitados de yeso y fosfatos) donde las raíces tienen inconvenientes para su desarrollo.

El contenido mineral del extracto saturado

El extracto saturado nos está diciendo qué pueden tomar las plantas de ese suelo cuando aplicamos agua  de riego y solubilizamos los minerales.

Si el contenido en nitratos, potasio, calcio y magnesio está en la media de los valores de referencia, tenemos una buena reserva de suelo para sacar el cultivo adelante.

Lo único que necesitamos es aplicar fertilizantes para mantener constantes dichos valores, pero no para su reposición.

Por el contrario, tener una “despensa” muy grande de estos nutrientes, incrementa en exceso la conductividad del suelo, reduciendo la productividad de nuestros cultivos.

Fuente: www.agromatica.es

www.portalfruticola.com

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