Chile: Sector hortícola requiere avanzar en trazabilidad e inocuidad para crecer y modernizarse

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Chile: Sector hortícola requiere avanzar en trazabilidad e inocuidad para crecer y modernizarse

Estudio realizado por la Universidad de Chile, por encargo de FIA, propuso una estrategia de desarrollo para este rubro que representa 80 mil hectáreas en el país y reúne a 100.000 productores.

Fortalecer los sistemas de trazabilidad; garantizar la inocuidad de los productos y diversificar la oferta de procesados, son algunos de los desafíos que tiene por delante el sector hortícola nacional para asegurar su competitividad futura.

Fotografía FIA

Fotografía FIA

Así lo reveló el estudio “Diagnóstico y estrategia de desarrollo para el sector hortícola chileno” —realizado por la Facultad de Ciencias Agronómicas, de la Universidad de Chile, por encargo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), del Ministerio de Agricultura—, cuyo objetivo fue definir un marco de acciones prioritarias para la expansión y modernización productiva y comercial de esta actividad.

El sector hortícola se caracteriza por la gran diversidad de especies cultivadas —principalmente maíz dulce (choclo), tomate, lechuga, cebolla y zapallo— y por un universo del orden de 100 mil productores, en una superficie cercana a las 80 mil hectáreas.

Parte de la producción de estos cultivos se destina al procesamiento agroindustrial, como hortalizas congeladas, en conserva, deshidratadas, jugo, pasta y salsas, entre otros formatos, que en su mayoría se destinan a exportación.

En términos de su perfil productivo regional, el 85% de la superficie se concentra entre las regiones de Coquimbo y del Maule, ubicándose un tercio en la Metropolitana. Respecto a los productores, el estudio consigna que el 75% de ellos se inserta en las categorías de Subsistencia, Pequeño y Mediano Empresario.

“El sector hortícola —enfatiza el documento— representa un punto crítico de la cadena productiva agroalimentaria del país y, a la vez, se constituye como un agronegocio de gran potencial, en términos de sus posibilidades de agregación de valor y expansión hacia mercados internacionales”.

Pese a ello, hay una serie de limitantes que han impedido un mayor dinamismo. Entre las más relevantes se mencionan la inexistencia de una presencia gremial fuerte que canalice necesidades sectoriales y promueva la unión entre agricultores y la producción inocua y de calidad; carencia de control en las hortalizas que van a ferias libres; y el escaso desarrollo de productos procesados.

Otras condicionantes negativas están en la naturaleza informal de la producción primaria, con limitada aplicación de tecnologías de alto rendimiento, y en su mayoría desarrollada por agricultores sin cultura empresarial, que actúan como agentes pasivos en la comercialización de sus productos.

Acciones a implementar 

La trazabilidad e inocuidad de los productos aparece como uno de los temas más débiles del sector, de acuerdo a lo establecido por el estudio.

Se plantea que para fortalecerlas es indispensable realizar actividades que tiendan a establecer múltiples puntos de monitoreo en la cadena de comercialización; determinar protocolos para ello; fortalecer el manejo integrado de plagas para disminuir la cantidad de residuos de pesticidas en el producto; utilizar agua limpia para el riego; mantener altos estándares de higiene en el personal que está en  contacto con los productos y establecer certificaciones para garantizar cumplimiento.

Otro de los desafíos que plantea el documento es la necesidad de diferenciar la oferta y aumentar su calidad. Actualmente el envasado y etiquetado de productos es obligatorio sólo para ventas al retail, existiendo un bajo desarrollo de nuevos productos y/o formatos en base a hortalizas para satisfacer demandas de consumidores.

“Si bien hoy la calidad es algo que existe en la producción de hortalizas locales, es necesario mejorarla para satisfacer las expectativas de la demanda. En este sentido, es clave intervenir en el manejo agrícola y postcosecha, así como también establecer protocolos de envasado, rotulado, etiquetado y/o certificaciones”, indica la investigación.

Otra de las recomendaciones que realiza el estudio, apunta a la necesidad de fortalecer HORTACH, el gremio que agrupa a los productores hortaliceros. Este debería asumir un rol más activo para transferir a los asociados, y productores en general, cómo debe ser la tributación y cadena de comercialización. Este proceso debe ser monitoreado por la propia asociación y debe estar sujeto a fiscalización.

De acuerdo al director ejecutivo de FIA, Fernando Bas, este sector ofrece una gran oportunidad para generar un efecto relevante en el desarrollo de la agricultura, pues aquí participa en forma importante la agricultura familiar campesina.  “Si logramos —indica— profesionalizar y tecnificar los sistemas productivos hortaliceros, estaremos impactando una proporción importante de los productores agrícolas menos desarrollados del país”.

Fuente: FIA

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