“Para esta época, en otros años, ya se veían cargados los árboles de mango”, fue una de las primeras exclamaciones que hizo José Rezabala, un ingeniero agrónomo que ha dedicado los últimos años de su vida a sembrar todo tipo de árboles frutales en su propiedad ubicada en la parroquia Lodana.
Rezabala comenta que las bajas temperaturas que azotan por estos meses al litoral ecuatoriano, y en otros casos el sol que también se presenta de manera inclemente, han hecho mella en la cosecha de varios productos agrícolas, uno de ellos el mango.
“Si usted prueba uno de esos mangos (señala hacia un árbol plantado en su propiedad) sentirá que está demasiado ácido, están por estos días muy tiernos”, indica Rezabala, al tiempo que afirma que tal vez para la segunda o tercera semana de enero se empezará a cosechar los primeros frutos aptos para el consumo humano, sin embargo también prevé que se perjudique el volumen de venta de la fruta, por factores como el clima, suelo y agua, que estarían incidiendo para que se demore y no sea abundante la producción de este año.
En el Litoral ecuatoriano se registra este cultivo en alrededor de nueve mil hectáreas. En Manabí, de acuerdo al reporte del Ministerio de Agricultura, son para el 2011, 638 hectáreas sembradas de mango, con un rendimiento de 12,5 toneladas por hectárea.
El cacao. Sin embargo no solo el mango se ve afectado por las inclemencias del clima, otros como el cacao, también han reportado, pequeñas cantidades de producción pues las bajas temperaturas sobretodo, han hecho que algunas variedades de esa fruta se “pasmen”. Así lo señaló, Oscar Proaño, encargado del proyecto “12 clones del Cacao” que la Universidad Técnica de Manabí, en coordinación con la carrera de Ingeniería Agronómica y la Universidad Técnica de Quevedo, desarrollan para encontrar una variedad más fuerte y resistente de la fruta, a base de clonaciones, e introducirla en el mercado. “Nos dimos cuenta que algunas variedades con el paso de los días y las bajas temperaturas no tenían una buena reacción”.
El pescado. El frío y la clara (luna llena) han contribuido a un súbito incremento en el precio del pescado, según varios comerciantes. En el Mercado Uno de Portoviejo la libra del picudo se vende en 5 dólares. Ante tal situación las cevicherías y restaurantes, sufren los estragos del alza. "He estado trabajando con ganancias mínimas" señala Marlon Santana de la cevichería Tronco Ardiente quien comenta, que no ha incrementado el valor de sus platos, y que confía que en los próximos meses, culmine la época de escasez.
Fuente: El Diario
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