Chile: El lado positivo de los transgénicos según Pioneer y agricultor de EE.UU.

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Chile: El lado positivo de los transgénicos según Pioneer y agricultor de EE.UU.

En reciente visita a la zona de De Moines, en el Estado de Iowa, invitados por el Departamento de Estado de los EE.UU., LA DISCUSIÓN conoció en terreno las instalaciones que tiene la industria biotecnológica de semillas Pioneer, y también la experiencia de un agricultor que trabaja desde hace un tiempo su predio sólo con semillas transgénicas de maíz y soja. Ambas fuentes dieron a conocer el lado positivo que tiene el uso de esta biotecnología de punta, que tanta polémica levanta en el mundo y que está revolucionando la producción de alimentos.

En la planta de Pioneer de Des Moines, que “lidera el desarrollo y la distribución de avanzadas plantas genéticas entregando semillas de alta calidad a agricultores de 90 países del mundo”, pudimos conversar con Dan Jacobi, vicepresidente para Asia Pacífico, China, Europa y Africa, de dicha compañía.

- ¿Se dice que Chile es un paraíso para los reproductores de semillas trangénicas, como ve eso Pioneer?
- Cuando pensamos en Chile, lo hacemos en términos del clima y la utilidad de hacer importante investigación en cultivos en un medio ambiente soleado. Allí podemos mantener nuestras cosechas sin que sean interferidas por siembras cercanas. Para nosotros es una locación muy importante y es muy favorable el efecto de contraestación que tiene con los países del norte.

- Pioneer ofrece asesoría a los países que comienzan a utilizar trangénicos. Chile está en tarea de legislar sobre el tema... ¿Podría haber una colaboración?
- Nosotros siempre estamos dispuestos a ser un recurso para los gobiernos, tenemos mucha ciencia y conocimiento de nuestros productos, estamos siempre dispuestos a colaborar con las agencias regulatorias  de los gobiernos para que puedan optar a mejor espacio de regulación para la ciencia.

- ¿Cómo se concreta esto?
- A veces entregando información directa a los gobierno y estos pueden considerarla si lo estiman, para las decisiones sobre las regulaciones  que hay que tomar.

- Es posible que se legisle pronto en Chile. Los agricultores desconocen aspectos de estas semillas...¿Son más caras?
- Siempre el costo de la semilla biotecnológica o transgénica es mas alto porque se le está agregando algún valor al producto, que puede ser percibido por el agricultor. Este valor puede ser que las plantas sean tolerantes a insectos, por lo que el agricultor no tiene que comprar algunos químicos, ni aplicarlos. Puede ser resistente a herbicidas, de forma que se le puede aplicar al cultivo el herbicida para que mate las malezas, pero no afecte a su cultivo.  El agricultor está dispuesto a pagar un valor más alto por la semilla si esto se refleja en los resultados finales.

- ¿Se puede hablar de un porcentaje más de precio que tiene la semilla modificada  sobre la semilla tradicional?
- Eso es muy cambiante. Depende de donde es vendida la semilla, de cuál es el nivel de pestes o insectos resiste. Pero siempre tienen un valor que se compensa con las ventajas que ofrece al agricultor.

-  Si pudiéramos soñar hacia el futuro....¿Qué podríamos esperar de esta tecnología de modificación genética?
- Cuando sueño con esto pienso en productos que podrían dar mejores resultados de rendimiento. Productos que permitan  un uso de insumos más eficiente. Que aprovechen mejor los fertilizantes o el agua. Que tratan de protegerse de las enfermedades . Lo más interesante está  en la posibilidad de tratar de producir un grano que sea más saludable, que sea mejor para la salud. Hoy tenemos porotos de soja que es mejor para la salud.
visión de productores

Iowa es el Estado maicero de EE.UU., y los productores trabajan en grande. Cualquier predio tiene más de un millón de dólares en inversión, sin contar la maquinaria (se ven modernos equipos de alta capacidad John Deere,  por doquier y con barras maiceras de hasta 10 metros). Allí visitamos a la familia Lund, que ya tiene tres generaciones de agricultores, que se dedica a los cultivos de maíz y soja transgénicos, en campos propios y arrendados de unas 1.133 hectáreas. Como la totalidad de los campos vecinos tienen sus propios silos metálicos, lo que les permite comercializar sus cosechas en forma parcial durante el año y no a la cosecha.

Los Lund señalan que la tecnología transgénica les simplifica el trabajo y les permite cubrir su área de siembra, con escasa mano de obra que venga de fuera de la familia. Ellos mismos, con ayuda de sus esposas, cuando es necesario, manejan la sofisticada maquinaria con que cuentan (toda provista de GPS, banderilleros satélites y tecnología de precisión).

Los Lund, Kenny, Alvin y Bryce, señalan que usan semillas que tienen hasta 4 aplicaciones genéticas de resistencia a insectos y herbicidas. Reconocen que con el uso de esta tecnología no obtienen rendimientos superiores en sus cultivos, pero que la simplificación del trabajo que les otorga, les permite cubrir una superficie mucho mayor, que la que podrían abarcar con el sistema convencional.

Con ellos estuvimos la semana pasada y dicen que fue una temporada excelente con rindes superiores en 20 por ciento al año pasado.

Fuente: Diario La Discusión

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