Chile: Científicos utilizan la biotecnología para obtener manzanas libres de enfermedades

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Chile: Científicos utilizan la biotecnología para obtener manzanas libres de enfermedades

Nada es absoluto, todo depende del observador: un límite difuso que ha marcado la aceptación o el rechazo a la biotecnología, sobre todo desde que se empezó a conocer la denominada manipulación genética.

Como ya ha sucedido antes con avances científicos de vanguardia, el desconocimiento se encarga de esparcir una polvareda de desconfianza que, sin embargo, hay quienes están dispuestos a despejar. Así lo enfrentan en el Laboratorio de Biotecnología del Instituto de Investigaciones Agropecuarias en Chillán, donde a principios de los ’90 iniciaron estudios acerca de la diversidad genética de los seres.

Hoy aplican su tecnología al mejoramiento del manzano, una árbol que para Chile tiene una importancia económica mayor: después de la uva de mesa, es el segundo frutal más importante en cuanto a superficie (36 mil hectáreas), volumen exportado (casi 700 mil toneladas en 2009) y al valor de esas exportaciones (444 millones de dólares). Justamente por su importancia agrícola, se está trabajando para protegerlo de la Venturia, enfermedad causada por un hongo capaz de arrasar con el 80% de la producción de manzanas o, en un caso peor, generar la pérdida total del árbol.

Con propiedades comerciales y de resistencia

Según explica el Dr. en Genética Vegetal, Javier Chilian, a cargo desde 2008 del proyecto Fondecyt en Mejoramiento Biotecnológico en manzano, este frutal recibe permanentes aplicaciones de fungicidas, que pueden superar las seis por temporada, incrementando el costo para el productor, que junto con considerar la adquisición del producto, debe destinar maquinarias y personal capacitado para hacerlo. “Sería ideal dejar de aplicar tantos químicos. Lo que este proyecto intenta, es eliminar la enfermedad y disminuir el uso de químicos, en beneficio de una agricultura más sustentable”, comenta.

El proyecto que desarrolla Chilian, por un lado toma variedades de manzanas con características importantes para su comercialización (color, tamaño del fruto, etc.) y  por otro lado, selecciona sus parientes. La particularidad de estos últimos, es que desarrollar mecanismos de defensa y resistencia a enfermedades.

“Lo que vamos a hacer es transferir las características innatas de las plantas silvestres, a los cultivares comerciales que no tienen esos genes de resistencia”, explica el investigador, quien aislará el gen en cuestión y por medio de ingeniería genética obtendrá plantas con las características deseadas: comercial y resistente. Un productor ideal, que no está exento de detractores.

Fuente: Inia

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