Chile: La principal exportadora de uva mira a Perú tras caída del dólar

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Chile: La principal exportadora de uva mira a Perú tras caída del dólar

La empresa Río Blanco, que tiene 7.000 hectáreas repartidas en Chile, México y Perú, congeló sus inversiones a nivel local. "El gobierno y el Banco Central están estáticos", critica su gerente y socio, Carlos Barros.

Es la mayor exportadora de uva de mesa del país y cuenta con 7.000 hectáreas distribuidas en Chile, México y Perú. Río Blanco, controlada por la familia Barros, comercializa sus productos en más de 40 países, tiene oficinas en California y Shangai y factura US$ 225 millones anuales. Este año, sus envíos representarán cerca del 9% de las exportaciones de esa fruta. Sin embargo, a pesar de todas esas cifras positivas hay un número que por estos días le incomoda, al igual que al resto de la agroindustria: el precio del dólar. 

"Hace tres meses teníamos un tipo de cambio que fluctuaba entre los $ 540 y $ 550, que ha caído hasta un 20%... Entonces uno piensa, ¿cómo invertir?,¿qué esperar para los próximos dos meses?... Uno no sabe bien en qué escenario está parado y mucho menos con qué reglas está jugando", opina Carlos Barros, gerente general y socio de la exportadora. Frente a dicha situación, la empresa ya ha definido un rumbo: "No estamos invirtiendo en nada ni comprando maquinaria o campos ni mirando nuevos negocios en Chile. Todo nuestro esfuerzo está destinado a reenfocar y abaratar costos", explica. Todo esto, en un contexto en que "la oferta (de fruta) este año aumentará un 10% respecto de 2009, pero en el caso de la demanda no sabemos", agrega. 

Junto con lo anterior, la decisión  es crecer en el mercado peruano a través de la compra de tierras. Las expectativas en el vecino país son más optimistas, señala el ejecutivo. 

En ese mercado, en particular en el Valle de Ica, Río Blanco maneja 50 hectáreas de uva de mesa y produce cerca de 500 mil cajas por año (en Chile serán 9,3 millones este año), gracias a contratos con terceros. "Perú tiene un gran potencial y las autoridades están haciendo algo para contener la apreciación de su moneda", dice. Aunque prefiere no adelantar en qué valle están buscando tierras, sí explica que esperan concretar pronto el nuevo proyecto. Su escollo, por ahora, es encontrar campos con agua. "Ese es el único problema allá", adelanta.

En total, las operaciones en México y Perú representan el 15% del total de envíos de uva de la firma. 

Mayor eficiencia

Barros critica la falta de intervención del Banco Central chileno, mientras en el mundo, plantea, los entes emisores están jugando sus fichas. "En esta competencia entre EEUU y China, por ver quién hace que su moneda valga menos, estamos en medio nosotros. Ellos tienen a sus bancos centrales devaluando y jugando con sus paridades. Mientras, Perú y Brasil están haciendo todo por defender sus monedas. De hecho, el ministro de Economía de Brasil trató de 'piratas' al gobierno chino y norteamericano, por estar destrozando la economía y lanzó una batería de medidas. Y acá estamos con el Central y el gobierno estáticos", critica. "Es una situación bien terrible, porque nos conviene mucho más invertir fuera de Chile y eso, al final de cuentas, es una pena", apunta.

Este tipo de presiones a la agroindustria local, anticipa, obligará a las empresas a reconvertir sus plantaciones. "Estamos obligados a tener mayor eficiencia, por lo tanto, a buscar cultivos que necesitan menos mano de obra, como nogales y duraznos conserveros, que son cultivos más mecanizados", explica. 

Hacienda Chada

En medio del complejo escenario del dólar, Carlos Barros está también embarcado en un proyecto que lo tiene entusiasmado: la Hacienda Chada. Ubicada en el Valle del Maipo Alto, le pertenece desde mayo del año pasado, cuando la compró en US$ 9 millones al holding indio Camellia Plc., el mayor productor de té del mundo. Y es que Barros conoce bien el negocio del vino, porque junto a su familia es dueño del 25% de Viña Montes (Aurelio Montes tiene 27%; la familia Garcés, otro 25%; la familia Murray, un 10%, y el resto en otros cinco accionistas).

Para Barros, tener Hacienda Chada es una ventaja, dado que el Valle del Alto Maipo es reconocido como uno de los mejores lugares del país para el cabernet sauvignon. Si bien los antiguos dueños se limitaron a vender sus uvas a otras viñas y a producir muy poco vino, el ejecutivo ahora está decidido a reenfocar el lugar a la producción de vinos de alta gama. "Para los antiguos dueños este era un negocio pequeño, en un lugar lejano. Para mí es un gran proyecto, al que tengo muy cerca", dice. 

En total, la hacienda tiene 1.500 hectáreas, con 340 en desarrollo entre viñedos y frutales. Ahora está completando la plantación de 150 hectáreas de cabernet sauvignon y cabernet franc, 50 de las cuales están a 650 metros de altura en la ladera de un cerro. "Estoy siendo asesorado por el viticultor Yerko Moreno y por el experto en terroir Pedro Parra", comenta.

Con una bodega con capacidad para 100 mil litros, su idea es "crear vinos superiores como lo que se ha hecho con Almaviva, Montes M o Neyén de Apalta. Hacer más de lo mismo, crear vinos promedio, no tiene ningún sentido", señala. 

El proyecto considera alcanzar un volumen de 10 mil cajas, a un precio promedio de US$ 250.  Por ahora, Barros vende su uva a más de 20 viñas, entre ellas, Concha y Toro, San Pedro, Montes y Valdivieso.

Fuente: La Tercera

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