La industria global del arándano en 2025: el año del “renacimiento azul”
A medida que 2025 llega a su fin, la industria global del arándano se encuentra en una encrucijada histórica. Lo que alguna vez fue un “superalimento” de nicho ha madurado oficialmente hasta convertirse en un commodity global, aunque el camino hacia este punto de inflexión ha estado lejos de ser lineal.
Este último año estuvo marcado por una reestructuración fundamental de cómo opera el “motor azul”: un giro desde los picos caóticos de volumen de comienzos de la década de 2020 hacia un modelo más sofisticado y centrado en el consumidor. En este nuevo escenario, la calidad y la renovación varietal impulsan la premiumización y la segmentación del mercado, mientras los márgenes —antes estrechos— comienzan a ampliarse, revelando un negocio en crecimiento y rentable.
Un análisis integral de 2025 muestra un mapa global redibujado, a medida que los exportadores buscan mitigar los riesgos de los mercados occidentales tradicionales mediante una agresiva diversificación geográfica.
Pero quizá lo más relevante es que la industria del arándano ha comenzado a dominar la “curva aplanada”, asegurando un suministro durante todo el año que responde al estatus de la fruta como un producto permanente y de alta calidad en las góndolas del retail a nivel mundial.

El gran giro: de la cantidad a la consistencia del arándano
Durante años, el objetivo principal de la industria fue simplemente producir más. Sin embargo, 2025 marcó el año en que el “volumen” cedió su corona a la “consistencia”. El mercado alcanzó un punto de saturación en el que la fruta de baja calidad —blanda, ácida o de calibre pequeño— dejó de encontrar destino a cualquier precio. Esto detonó una ola masiva de renovación varietal en toda la industria.
Este cambio permitió una segmentación clave de la categoría: las variedades más antiguas quedaron relegadas a los segmentos de congelado y procesamiento, mientras que el mercado en fresco se reservó para fruta premium y de marca, capaz de sostener precios más altos incluso en un mercado competitivo.
Diversificación geográfica como mitigación de riesgos
Si 2024 fue un año de preocupación por la concentración de mercados, 2025 fue el año en que la industria actuó. Con Estados Unidos —un mercado hoy valorizado en US$9.100 millones— enfrentando potenciales fricciones comerciales, los exportadores globales priorizaron la “desconcentración” de sus carteras. El resultado fue una expansión radical del mapa global del arándano.
El movimiento más relevante se dio hacia el Sudeste Asiático. Este año, los arándanos australianos lograron ingresar con éxito a Vietnam, y Perú obtuvo un histórico acceso a Indonesia.
En paralelo, África emergió como la nueva frontera productiva. Mientras Marruecos continúa su rápido ascenso, Zimbabue se convirtió en la “estrella revelación” de 2025, aprovechando su clima único y protocolos recientemente firmados para enviar fruta de alta calidad a China con arancel cero.
Esta expansión geográfica no se trata solo de encontrar nuevos clientes, sino de una maniobra estratégica para asegurar que un cambio de política en Washington o una huelga portuaria en Europa ya no puedan paralizar por completo la temporada exportadora de un país.

Dominar la curva aplanada: la influencia peruana
Quizá la fuerza más disruptiva de los últimos cinco años ha sido el ascenso meteórico de Perú. En 2025, el país andino consolidó su posición como principal exportador mundial, pero con una nueva estrategia: la “curva aplanada”.
Anteriormente, el enorme volumen de fruta peruana concentrado en una ventana de 12 semanas generaba una sobreoferta que desplomaba los precios para todos, incluido el propio Perú. A lo largo de 2025, la industria peruana del arándano —liderada por Proarándanos— utilizó técnicas avanzadas de poda y una diversa combinación de variedades de bajo requerimiento de frío para distribuir la producción en un período mucho más extenso.
Al evitar los picos masivos de octubre-noviembre, lograron aportar una estabilidad de precios antes impensada. Este “suavizamiento” de la cadena de suministro permitió a los retailers planificar promociones de largo plazo con mayor certeza, sin enfrentar un “precipicio” de oferta. La capacidad de Perú para actuar como proveedor de 12 meses obligó a otros orígenes a innovar o salir de la ventana, elevando de facto la barrera de entrada para toda la industria global.
Madurez económica y la “premiumización” del arándano
En 2025, la industria del arándano alcanzó oficialmente la “madurez económica”. En Estados Unidos, los datos de consumo mostraron que el 54% de los compradores adquiere arándanos de forma regular, un salto significativo respecto de hace solo algunos años. Sin embargo, a medida que la fruta se consolida como un básico del hogar, las expectativas del consumidor también evolucionan.
El comprador actual ya no se conforma con un envase genérico de arándanos: busca una “experiencia de snack”. Esto impulsó la premiumización de la categoría. Los retailers están destinando más espacio a berries de gran calibre, opciones orgánicas —que ya representan cerca del 20% de la cuota de mercado— y marcas enfocadas en el sabor.
Este éxito, no obstante, trae un desafío de marketing relevante: cómo mover cosechas récord desde Perú, México y Estados Unidos sin provocar un colapso de precios. El objetivo es asegurar que, aun cuando la oferta aumente, el “valor” de la categoría se mantenga intacto.

Eficiencia a través de la automatización: el futuro del campo
Los márgenes más ajustados y una crisis laboral global han vuelto cada vez más insostenibles la cosecha y el empaque manual. En respuesta, la industria del arándano recurrió a tecnología de punta para proteger su rentabilidad.
En los packing, los sistemas de selección óptica impulsados por inteligencia artificial ya son capaces de analizar cada baya en busca de defectos internos, firmeza y contenido de azúcar a velocidades extraordinarias. Mirando hacia adelante, el “huerto autónomo” dejó de ser ciencia ficción: 2025 registró los primeros despliegues a gran escala de cosechadoras robóticas capaces de recolectar fruta con calidad para el mercado en fresco.
A medida que estas innovaciones se vuelven más accesibles, el futuro de la industria del arándano se asemeja cada vez más a un proceso de manufactura de alta tecnología, donde los datos son tan importantes como el suelo y la mano humana se ve potenciada para asegurar que cada fruta en el envase sea idéntica en calidad.
La industria del arándano en 2025 demostró que ya no es un sector de “auge y caída”. A través de la renovación varietal, la expansión geográfica y la innovación tecnológica, se transformó en una máquina global sofisticada.
Si bien persisten desafíos como la volatilidad climática y las barreras comerciales, el “Renacimiento Azul” de 2025 sentó las bases de un futuro en el que la fruta favorita del mundo es más consistente, más accesible y más valiosa que nunca.
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