Sudáfrica: Industria citrícola advierte sobre el impacto económico y social de un arancel del 30% a las exportaciones

La Asociación de Productores de Cítricos del África Austral (CGA) expresó su respaldo al discurso del Ministro de Agricultura, John Steenhuisen, quien destacó la necesidad urgente de negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos, tras el anuncio de que dicho país impondrá un arancel del 30% a las importaciones sudafricanas a partir del 1 de agosto.
En su intervención ante el Parlamento, el ministro subrayó que Sudáfrica tiene una ventana de oportunidad para cerrar un trato mutuamente beneficioso con Estados Unidos. Frente a esta situación, la CGA propuso una alternativa: la exención de productos frescos estacionales, como los cítricos.
“Los cítricos sudafricanos no representan una amenaza para los productores estadounidenses. Por el contrario, mantienen el interés de los consumidores cuando el producto local está fuera de temporada, generando un efecto positivo en toda la cadena de suministro”, explicó Gerrit van der Merwe, presidente de la CGA.
Actualmente, solo los cítricos cultivados en las regiones de Western Cape y Northern Cape se exportan a Estados Unidos, y zonas rurales como Citrusdal dependen fuertemente de ese mercado. La imposición de un arancel del 30% provocaría serias consecuencias sociales y económicas.
“No es fácil sustituir un mercado tan relevante. Un desvío hacia otros destinos generaría una sobreoferta y caída de precios, afectando a todos los productores sudafricanos”, advirtió Van der Merwe.
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Crecimiento con empleo, industria citrícola un ejemplo
El ministro Steenhuisen también destacó el potencial del agro como generador de empleo, y la industria citrícola es un claro ejemplo: se estima que podría crear hasta 100.000 nuevos puestos de trabajo hacia 2032.
Sin embargo, ese objetivo solo será posible si se mantiene y amplía el acceso a mercados clave como Estados Unidos, China, Japón, India, Corea del Sur y Arabia Saudita.
“La expansión del acceso a mercados es clave para alcanzar las metas planteadas por el gobierno”, indicó el CEO de la CGA, Boitshoko Ntshabele.
Asimismo, denunció las restricciones injustas que enfrenta Sudáfrica en la Unión Europea, producto de medidas fitosanitarias que —según señaló— carecen de fundamento científico. Sudáfrica ya presentó sus primeros casos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) con el objetivo de revertir esta situación.
Compromiso con la bioseguridad
La CGA celebró además el anuncio oficial de la creación del Consejo de Bioseguridad y el Pacto Nacional de Bioseguridad, medidas que apuntan a fortalecer los controles frente a enfermedades que han afectado gravemente a otros países productores como Brasil o Estados Unidos.
“Apoyamos plenamente las medidas de bioseguridad que estén justificadas científicamente. La sanidad vegetal no es solo una cuestión agrícola, es una prioridad nacional”, sostuvo Ntshabele.
Finalmente, desde la CGA coincidieron con el ministro en que la agricultura sudafricana atraviesa una encrucijada. La combinación de acceso a mercados y protección sanitaria será determinante para preservar el rol estratégico del sector citrícola como motor económico y social del país.