En el webinar Campaña de Uva 2024 - 2024, desarrollado por Fluctuante, expuso José Antonio Gómez, ex CEO de Camposol y fundador de Agrovalue, quien analizó la industria de la uva peruana, los hitos del sector, los desafíos y entregó algunas recomendaciones.
Gómez subrayó que el negocio de la uva de mesa es cambiante. En ese contexto expuso los desafíos que enfrentó el sector en la campaña 2024, los cuales estuvieron relacionados con la logística, el clima y el acceso a los mercados. “Estos desafíos están presente de alguna manera en la campaña actual”, sumó.
Añadió que el presente año, Perú ha tenido una campaña de arándanos muy potente, “que se va a montar sobre la campaña de uva y eso va a hacer que las condiciones logísticas representen un reto para el sector”.
Respecto a las lecciones aprendidas, expuso que tienen relación con conseguir aliados sólidos, ya sean empresas o importadores, “que tengan contratos sólidos con navieras que nos apoyen en este punto”.
Gómez indicó que el tema climático representa un desafío para la uva peruana: “Ya que sabemos que la falta de agua, el estrés hídrico nos puede quitar 10 a 15% de la producción. Por ejemplo, si gastamos 30.000 dólares por hectárea en esa producción y si se caen los kilos, el costo por kilo incrementa y la calidad se deteriora en un entorno competitivo más completo”.
Fotografía Senasa Perú | Archivo.
El ex CEO de Camposol, puntualizó que la campaña 2023-2024 de uva peruana trajo precios muy atractivos. “Hubo una escasez global y todo el mundo celebró. En el año 2024-2025 empezamos muy bien, pero no acabamos tan bien”.
Al respecto, dijo que la industria debe tratar de conseguir precios fijos. “Cuando uno ve un mercado muy volátil, donde los precios de las acciones pueden subir y bajar, uno estaciona su plata en bonos, que es como una cuenta de ahorros”.
Argumentó que cuando hay sobreoferta, los precios varían y algunos exportadores optan por los precios fijos. En ese punto, comentó que no es momento de estar apostando en bolsas de valores o en el mercado spot, porque es un mercado muy pequeño y se afecta muy rápido”.
Añadió que la gran mayoría de la uva, se vende en el mercado de retail, “y la mejor forma de llegar a ellos, es a través de de las empresas especializadas o la integración vertical”.
José Antonio Gómez, analizó la campaña de uva peruana indicando que el país exportó más de 80 millones de cajas: “Esto es récord histórico”.
Sumado a ello, la industria incorporó un nuevo aliado estratégico: el Puerto de Chancay. Gómez dijo que “haber bajado 10 días de tránsito a Asia, nos abre mercados que antes eran muy difíciles de llegar con una condición de fruta relevante, sobre todo mercados que son muy exigentes con la condición de fruta”.
"Hoy tenemos la oportunidad de llegar a mercados gigantes como India e Indonesia. Creo que hay que volver a mirar este puerto, que nos ha dado la oportunidad de volver a mirar a Asia, como el mercado principal de la uva peruana”.
“Nos toca comenzar a ver a China y a Asia, incluido Japón como una tremenda oportunidad”, subrayó en su exposición.
Recomendó que la industria debe empezar a planificar su campaña comercial en el momento que acaba la campaña anterior. “Tenemos que ser capaces de ver el mercado hacia adelante”.
Especificó que la eficiencia operativa va en línea en que la industria no solo puede pensar en invertir en variedades nuevas, “porque el comprador de un supermercado no lo está pidiendo. Las variedades nuevas son simplemente porque producen más cajas por hectáreas, por lo que el costo por kilo baja y tienen aceptación en el mercado”.
Otro aspecto de relevancia, es la calidad. "Es un tema irrefutable -destacó-, porque si no tengo las condiciones fitosanitarias, no tengo la condición climática, para generar una uva viajera, mejor abandonar el proyecto. La calidad no se negocia”.
El fundador de Agrovalue, también puso sobre la mesa la sostenibilidad, comentando que si un productor desarrolla la sostenibilidad, “puede entrar al club de los que pagan más. Si no la tienes, te quedas afuera y te pagan menos”.
Añadió que la sostenibilidad y las prácticas ambientales, hoy no son solo algo bueno, sino que "es el ticket para entrar a donde quieres entrar".
También dijo que la innovación varietal en Perú debe continuar. “Perú es el sitio para hacer genética de uvas, ya que siempre estamos haciendo pruebas de traer variedades de diferentes latitudes. Creo que ya tenemos condiciones y tiempo en el negocio para ir pensando en cómo desarrollar esto a largo plazo”.
Puntualizó que en el negocio de la uva de mesa peruana, la experiencia vale mucho. “La curva de aprendizaje de no tener experiencia vale millones de dólares”.
Noticia relacionada:
Perú brilla con su uva de mesa: récord en exportaciones
Fotografía ADEX.
Durante la presentación, el ex CEO de Camposol, analizó el rol de Perú en la producción de alimentos y dijo que el país “puede ser una potencia mundial en exportación de frutas y de productos agrícolas, ya sobrepasamos los 11.000 millones de dólares. Estoy seguro que vamos a llegar a los 20.000 millones de dólares”.
Añadió diciendo que “Perú es la despensa del mundo, en disponibilidad per cápita de agua fresca para hacer agricultura”.
Con esa consigna clara del potencial productivo del país, Gómez también analizó los mercados de destino de la uva peruana, indicando que los reportes indican que los consumidores que ganan más de $100.000 dólares por hogar, son los que dicen comprar la mayor cantidad de fruta, "y las uvas Autumn Crisp y Cotton Candy están más presentes en los segmentos de altos ingresos”.
Dijo que la generación de los baby boomers, que son personas que hoy día están entre los 59 y los 77 años, son quienes más compran, no solamente uvas, sino también blueberries y paltas.
A juicio de Gómez, la uva es un commodity, “es como la banana, que crece al crecimiento poblacional que es a un 2%, el consumo global”.
En cuanto a las variedades, fue categórico al decir que “hay una canibalización feroz de variedades; hemos vivido un recambio varietal muy salvaje de los últimos 10 años y va a continuar con enfoques en variedades que le van a dar eficiencias operativas y costos más bajos”.
Acotó que un mercado como el de Japón, “es tremendo; viene creciendo y tenemos que saber qué se manda y las variedades que consumen”.
Al respecto, agregó que para aquellos exportadores que quieran enviar fruta al mercado japonés, “es importante que la condición de la fruta sea muy buena, ya que no es mandar por mandar fruta”.
Dijo que “si mandamos lo correcto, el público japonés va a comenzar a reconocer a Perú, y va a comenzar a pagar mucho. El mercado japonés puede llegar a pagar más que el mercado chino en variedades de calibres muy grandes, con sabores muy dulces, con uva crujiente y con buena formación. Acá hay que llegar con calidad”.
Finalmente, señaló que “Chancay es la autopista al futuro del Perú, sobre todo en uvas, paltas y arándanos. Hay que meter plata en promoción en el mercado asiático, para lograr despertar a ese gigante”.