Chile: Preocupación en la agroindustria por aumento de las remuneraciones

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Chile: Preocupación en la agroindustria por aumento de las remuneraciones

El aumento sostenido del costo de la mano de obra, proceso ligado estrechamente a la reducción de las tasas de desocupación, es un tema no menor para las empresas del sector agrícola y agroindustrial, ya que en estos rubros han observado que la escasez de mano de obra y el incremento de las remuneraciones está afectando no sólo los ritmos en las faenas de producción, sino que también los costos.

Dado que este sector es eminentemente exportador, sus retornos dependen del comportamiento del tipo de cambio y de los niveles de eficiencia que se logren, sin embargo, el escenario actual no puede ser menos favorable, ya que a nivel internacional se ha observado una reducción de la demanda por algunos productos, debido a la crisis económica en Europa, a lo que se suma un bajo precio del dólar. A ello se debe agregar el alto costo de la energía en Chile y el aumento de los precios de los insumos agrícolas, así como el constante incremento de las remuneraciones.

En ese sentido, la Asociación de Exportadores y Fedefruta han señalado que el bajo tipo de cambio es el factor más importante en la pérdida de competitividad del sector.

En el sector agrícola, por ejemplo, según el último informe de empleo y remuneraciones de la Asociación Chilena de Seguridad, publicado el 15 de abril, entre febrero de 2012 y febrero de 2013 los salarios exhibieron un incremento de 8,0% real (descontando el IPC), al subir desde $294 mil a $321 mil, lo que es superior al aumento promedio nacional, de 6,2%.

En la Región del Bío Bío, según el informe, la variación de los salarios en promedio registró un 4,9% real.

En el mismo informe se advierte que el número de trabajadores en el sector agrícola disminuyó en un 4,8% durante el mismo periodo, lo que contrasta con el aumento promedio registrado a nivel nacional, de 2,1%; y el aumento de 1,1% en la Región del Bío Bío.

En la Provincia de Ñuble, según el informe de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) correspondiente al trimestre diciembre-febrero, un 19,5% de los trabajadores se desempeñó en el sector silvoagropecuario.

Sector exportador

El tema es particularmente sensible en la Provincia de Ñuble, puesto que las principales empresas agroindustriales exportadoras de la zona sumaron envíos por 183 millones de dólares durante 2012, según cifras de la Dirección Regional de Aduanas.

En el caso de Comfrut, por ejemplo, que en 2012 exportó US$46 millones, la mayor preocupación radica en la escasez de mano de obra calificada, lo que los ha llevado a modificar aspectos productivos y apuntar hacia una mayor automatización de procesos.

Andrés Acuña, gerente de Desarrollo de Comfrut, la mayor exportadora del rubro en Ñuble, comentó que en la presente temporada se evidenció una reducción del 30% de la mano de obra, es decir, debieron trabajar con menos gente, lo que obligó a congelar productos para su procesamiento posterior.

“Tenemos que avanzar en capacitación y también en mecanización de los procesos, lo que ya estamos haciendo en alguna medida con los berries”, comentó el ejecutivo, quien criticó las rigideces de la legislación laboral y el excesivo asistencialismo del Estado, que ha favorecido prácticas ilegales, como trabajar sin contrato, y la falta de interés por trabajar.

El ejecutivo explicó que a través de la capacitación del personal en el manejo de maquinaria y en la selección de productos se pueden lograr mejores niveles de eficiencia.

Por su parte, el consejero del Banco Central, Enrique Marshall, reconoció que para los exportadores se hace difícil absorber el aumento de las remuneraciones en un contexto de dólar bajo y sin posibilidad de traspasar ese incremento a los precios.

Planteó que la solución sólo pasa por mejorar la eficiencia y descartó que el aumento de los salarios pueda tener una incidencia significativa en la inflación, ya que el incremento promedio de las remuneraciones a nivel nacional se encuentra dentro de los márgenes aceptables coherentes con una inflación de 3%. “Los aumentos de remuneraciones que se observan en la minería o en la agricultura son acotados a esos sectores, pero a nivel nacional el promedio se ubica en torno al 6 y 6,5%”.

Precisamente para reducir los costos de producción la empresa Orafti Chile S.A., de capitales alemanes -cuyas exportaciones alcanzaron los 38 millones de dólares en 2012-, proyecta reemplazar las calderas de generación eléctrica, que hoy operan con diésel, e instalar una caldera que utilizará biomasa forestal.

Según Peter Guhl, jefe de Producción del Departamento de Agronomía de Orafti Chile, la empresa está enfocada en aumentar los rendimientos en los predios de sus proveedores de materia prima (achicoria), así como también en el recambio de la fuente energética, que hoy es diésel, y utilizar un combustible más limpio, como la biomasa forestal, porque por un lado, permitirá reducir los costos y desalinearse de las fluctuaciones de precios del crudo, pero también obedece al compromiso medioambiental de la compañía.

mano de obra extranjera

Andrés Acuña, de Comfrut, alabó la propuesta del Gobierno en el sentido de modificar la legislación para favorecer la contratación de mano de obra extranjera.

“No se trata de pagar menos, de hecho, traer a personas de otro país significa un costo alto, porque nosotros nos debemos preocupar del transporte y de darles un lugar acá. Para nosotros, si bien el problema del alza de las remuneraciones es un tema importante, lo más preocupante es la escasez de mano de obra”, añadió Acuña.

Según un catastro de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) realizado en la temporada 2012, la región más complicada es la del Maule, con un déficit de 10 mil temporeros, en tanto que en la Región del Bío Bío hay 7.400 trabajadores menos de los que se requieren.

Sin embargo, el mismo estudio demostró que durante la temporada de cosechas, se utiliza solamente un 1,5% de trabajadores extranjeros por parte de empresas pertenecientes al rubro frutícola. De esta forma, se concluyó que no es necesario ampliar el cupo de trabajadores extranjeros más allá del 15% permitido por ley.

Desincentivos

La escasez de mano de obra, según el economista de la Universidad San Sebastián, Renato Segura, está muy vinculado con la existencia de desincentivos perversos por parte del Estado.

La entrega de bonos y subsidios a personas que no tienen un contrato de trabajo y las asignaciones especiales que forman parte de la red de protección social del Estado, constituyen, a juicio del académico, un desincentivo para buscar trabajo.

Corroboró esta afirmación el gerente de Desarrollo de Comfrut, Andrés Acuña, quien reconoció que no son pocos los casos de personas que han planteado que están dispuestas a trabajar, pero sin contrato, de manera de no perder las subvenciones del Estado. “Naturalmente, nosotros no admitimos ese tipo de prácticas en la empresa, pero nos parece que debe existir una legislación más apropiada para la realidad del mundo agrícola”, apuntó.

En esa misma línea, el ministro de Agricultura, Luis Mayol, adelantó que es una prioridad para su administración la pronta aprobación del proyecto de ley que establece un estatuto laboral agrícola. “Pese a que hemos tenido una oposición fuerte en el Parlamento, en este caso, gracias a los propios dirigentes sindicales que han apoyado la iniciativa, los parlamentarios de oposición se dieron cuenta que debían aprobar el proyecto”.

El cuerpo legal establece mejoras sustantivas para los trabajadores, ya que corrige ciertas irregularidades en cuanto a la duración de los contratos, pero también sincera los montos de los contratos. El proyecto fue enviado al Congreso en octubre de 2011 y se esperaba que estuviera vigente en el verano recién pasado, pero su tramitación se ha extendido más allá de lo previsto.

Uno de los objetivos que persigue la ley, además de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores agrícolas, es precisamente hacer más atractivo para las personas el trabajo en faenas agrícolas, y de esa manera, combatir la escasez de mano de obra.

Fuente: Diario La Discusión

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