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Viñedos entre rocas volcánicas: la sorprendente agricultura de Lanzarote

06 Noviembre 2025

En medio de un paisaje árido y negro, cubierto por cenizas y rocas volcánicas, Lanzarote —en las Islas Canarias, España— esconde un fenómeno que desafía toda lógica: cultivos que prosperan donde parecería imposible que creciera algo. 

El reportaje “El milagro volcánico de Lanzarote” de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) relata cómo viñedos, papas, fresas y legumbres emergen de la tierra oscura, que hace casi tres siglos quedó devastada por el fuego y la lava.

Lo que se ve aquí es como un pequeño milagro”, aseguró María Guerra Martín, joven agricultora del municipio de Tinajo. “Este suelo parece completamente estéril, pero sustenta maravillosamente nuestros cultivos”, agregó.


Lanzarote: el milagro agrícola que florece sobre cenizas volcánicas

© FAO/Lis Sánchez.


Resiliencia tras la catástrofe

Entre 1730 y 1736, erupciones de más de 30 volcanes cubrieron una cuarta parte de la isla, arrasando las tierras más fértiles. A ese desastre se sumó una sequía persistente que aún hoy limita las lluvias a apenas 16 días al año y menos de 150 milímetros de precipitación anual.

Lejos de abandonar el territorio, los agricultores reinventaron su manera de cultivar, aprovechando los recursos volcánicos como parte del sistema productivo. 

“El agricultor de Lanzarote tuvo que aceptar que este era el nuevo suelo y que la agricultura debía continuar”, explicó Juan Cazorla, técnico de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote.

Ceniza volcánica y arena marina: cómo dan vida al desierto

Una de las prácticas más características es el enarenado con ceniza volcánica. Los campesinos cubren la tierra con rofe, una capa de lapilli y pequeñas piedras que retiene la humedad, reduce la evaporación y aporta minerales esenciales. Gracias a esta técnica, cultivos como la vid, las legumbres y la batata han logrado prosperar en suelos inhóspitos.

En Tinajo, también se aplica el enarenado con arena marina, utilizando una arena fina llamada jable, traída por los vientos alisios desde el océano. Esta capa protege el suelo y conserva el agua, permitiendo cultivos casi sin riego.


Lanzarote: el milagro agrícola que florece sobre cenizas volcánicas

© FAO/Lis Sánchez.


La Geria: viñedos en cráteres de ceniza

El paisaje más icónico se encuentra en La Geria, la región vitivinícola donde cada cepa se planta en hoyos profundos protegidos por muros de piedra semicirculares llamados zocos. Estas estructuras resguardan las vides de los vientos y concentran la humedad.

Allí trabaja Ascensión Robayna, viticultora de quinta generación, productora de la tradicional uva malvasía volcánica. “Debemos estar profundamente agradecidos a las generaciones pasadas. ¿Quién habría imaginado que aquí se podían cultivar uvas sin riego?”, comentó.

Los vinos resultantes destacan por su acidez, matices tropicales, aromas florales y un sutil toque salino único del terruño volcánico.

Un patrimonio agrícola reconocido por la FAO

Más de 12.000 hectáreas de estos sistemas tradicionales sostienen hoy la producción de vino, frutas, cereales y legumbres en una de las regiones más secas de Europa.

En mayo de 2025, la FAO declaró al sistema agrícola de Lanzarote como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), reconociendo su valor cultural, ambiental y su contribución a la seguridad alimentaria.

“Lanzarote es un excelente ejemplo de adaptación a condiciones extremas”, afirmó Piedad Martín, directora adjunta de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la FAO.

Con este reconocimiento, Lanzarote se une a una red internacional de más de 100 sistemas agrícolas sostenibles en 29 países, todos basados en conocimientos ancestrales, biodiversidad y respeto a los ecosistemas.

*Todas las fotografías son propiedad de © FAO/Lis Sánchez.


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