Existen varias especies de chanchitos blancos asociadas a la uva de mesa en Chile, siendo la más importante Pseudococcus viburni (Signoret), considerada plaga cuarentenaria para la fruta de exportación a EE.UU. y otros mercados. Es una plaga de difícil control, debido a que se encuentra oculta en el ritidoma, en el tronco, corona, y brazos o entre las bayas, raquis y pedicelos en el racimo.
Por otra parte durante casi todo el año los chanchitos blancos se pueden encontrar en las parras y en las malezas que se desarrollan en el parronal o sus alrededores, entre las cuales están la correhuela, sanguinaria, malva, ñilhue, hinojo, etc.
La hembra adulta tiene forma oval, aplanada dorsoventralmente, mide aproximadamente 4 mm de longitud y se encuentra cubierta por una cera blanquecina pulverulenta. Presenta filamentos laterales de cera blanca, que alcanzan mayor longitud en la parte caudal, los machos son alados, no exceden los 2 mm de longitud y presentan delgados filamentos caudales de cera.
Los huevos están protegidos en masas algodonosas que contienen entre 200 y 300 huevos, de 0,4 mm de largo, de color rosado a ligeramente anaranjado. Los “crawlers” o ninfas migratorias que emergen, se dispersan por las diferentes estructuras de la planta protegidas de la luz solar directa.
En el Norte Chico se ha observado actividad de todos los estados de desarrollo durante todo el año, mientras que en la Zona Central, dependiendo de las condiciones locales, se observa una reactivación de la ovipostura de hembras en primavera, originando las ninfas que se desplazan por el tronco en diversas direcciones.
Algunas se establecen bajo el ritidoma del mismo tronco, otras migran y se ubican en la parte inferior de los brazos principales, en la base los brotes de la temporada y con menor frecuencia en el envés de las hojas. Los racimos son infestados principalmente a partir del apriete o llenado, siendo más atacada la fruta que toca el tronco o las ramas principales (Foto 2).
Pseudococcus viburni se alimenta de la savia que extrae de los tejidos de la planta, por esto normalmente no produce una disminución de rendimientos o calidad. Su importancia económica se debe a un daño “cosmético”, es decir la presencia de sacos ovígeros, estados móviles y mielecilla en el racimo es lo que deteriora el valor comercial de la producción, siendo causal de rechazo de exportación.
Un adecuado monitoreo es indispensable para tomar una decisión de control de la plaga. Debe observarse bajo el ritidoma, cuello, troncos, brazos, brotes y racimos, siendo también recomendable la inspección de las raíces de malezas, las cuales pueden indicar el nivel de infestación del cuartel. La presencia de hormigas es un buen indicador de la infestación con chanchitos blancos (Foto 3).
Para que sea confiable el monitoreo debe realizarse quincenalmente en cada cuartel del parronal en al menos diez plantas, con una frecuencia quincenal, registrando los resultados en planillas específicamente diseñadas para eso. El monitoreo debe comenzar en invierno continuando hasta la cosecha examinando al menos 50 racimos por cuartel desde la formación de bayas.
Los chanchitos blancos se dispersan por acción involuntaria del hombre (ropa, herramientas, maquinaria); pájaros y el viento que es capaz de transportar ninfas migratorias por el aire. Debe ponerse especial atención a parronales contiguos atacados por la plaga y desde los cuales los vientos dominantes pueden dispersar la infestación.
Parronales sombríos o con mucha vegetación presentan condiciones ideales de protección y desarrollo para los chanchitos. Debe por tanto evitarse excesivo follaje y sobrefertilización, que además proporciona nutrientes que estimulan el vigor y desarrollo de chanchitos.
También se debe evitar dejar racimos muy cercanos o pegados al ritidoma de los brazos o en contacto con hojas o madera de cualquier tipo. Del mismo modo la fruta no cosechada o pámpanos deben ser descolgados luego de la cosecha.
Dado que es una plaga de consideración cuarentenaria para muchos países donde llega la fruta chilena; la presencia de chanchitos blancos puede significar el rechazo de toda una partida; por lo que, si en el monitoreo se detectan, debe considerarse la aplicación de un insecticida.
Si se estima necesario utilizar plaguicidas, debe optarse por aquellos menos tóxicos y más selectivos. Es fundamental utilizar solo los productos registrados en los mercados compradores y cumplir con sus periodos de carencia.
Fuente: www.inia.cl
