Un nuevo canal de distribución para frutas y verduras
Investigación reveló qué están consumiendo las personas en las calles de América Latina
El mercado gastronómico en las calles de América Latina es cada vez más variado. Qué es lo que están consumiendo las personas en las calles fue la misión en la que se embarcó la agencia McCANN Worldgroup. La investigación “The Truth About The Street” reveló un mercado callejero más sofisticado, donde la relación cliente-vendedor es clave y la venta de productos en los locales no establecidos no respeta edad, sexo ni clase social.
En www.portalfruticola.com conversamos con Maribel Vidal, V.P de Planificación Estratégica de McCANN Santiago (Chile) quien compartió con nosotros esta experiencia – una que se repitió en las distintas ciudades de América Latina donde la agencia cuenta con oficinas - y cómo el conocer el actuar y gustos de los consumidores puede ser utilizado para potenciar el consumo.
Viendo la realidad que se vive en la calle
Durante todo un día unas 2000 personas de la agencia en México D.F, Sao Paulo, Río de Janeiro, Bogotá, Santiago, Buenos Aires, Caracas, Panamá, Lima, Guayaquil, Quito, Managu, San Pedro Sula, Tegucigalpa, San José, Guatemala, San Salvador, Santo Domingo, San Juan, Puerto España, Medellín, Montevideo, La Paz y Asunción, observaron, conversaron, tomaron fotografías y recogieron experiencias en las calles, lugares públicos, plazas y barrios, para registrar diversos momentos de consumo a distintas horas del día.
Vidal nos cuenta que la experiencia tenía como propósito revivir en primera persona la experiencia de compra, cuando el consumidor está frente al producto, algo que la agencia ya venía haciendo.
En el caso de Santiago, Vidal nos señala que ellos ya habían investigado que el tema de la comida en la calle no sólo se daba en los lugares más populares. “Sabíamos que pasaba mucho más de lo que uno cree, que era bastante más organizado de lo que uno se imaginaba y además teníamos la hipótesis de que era con mucha sensibilidad comercial”.
“Nosotros sabíamos que la oferta era sofisticada, variada y que era bastante amplia”, agrega.
“Nosotros creemos que el marketing se hace mirando lo que ocurre en la cultura popular porqué, porque el marketing se debe a la gente, lo que le gusta a la gente sirve y lo que no le gusta a la gente, aunque yo trate de venderlo, no va a resultar”.
A nivel regional el estudio reveló que la mayoría de las personas comen en la calle varias veces a la semana, algunos incluso lo hacen varias veces al día. Junto con esto la calle es rica en oportunidades para aquellos que se atreven a tomarlas.
Maribel nos deja claro que una de las cosas que se puede constatar es que hay una cantidad importante de dinero que se mueve en comida en la calle y que es algo que no tiene solamente una razón de ser funcional.
Nos señala que tiene un significado social. “Es un momento donde yo paro y soy con otro, vivo lo público de una manera distinta. Es un momento donde converso con otro”.
Destacó que las personas que venden comida en la calle “tienen una sensibilidad de lo que se vende y no se vende que es muy interesante como fuente de información”.
En cifras a nivel latinoamericano un 64% de las personas asocia estos alimentos con aquellos preparados en casa. En Perú, los consumidores confían en la calidad del producto, mientras que en México, el tema de la higiene cobra mayor importancia.
En Chile 7 de cada 10 chilenos comen en la calle al menos una vez a la semana. Por su parte en Argentina consideran que la comida casera es de mejor calidad.
A nivel regional la calle satisface a todos, y en todos los países el sabor le gana a lo saludable. Se destaca además que la comida en la calle es “democrática”, ya que no es excluyente, donde todos somos potenciales clientes.
Los consumidores destacan el precio, rapidez, frescura y lo práctico que resulta consumir en la calle, en donde el vendedor se ha transformado en un experto en marketing, relaciones humanas y públicas, así como de ventas.
Oportunidades para el sector frutícola
Vidal nos señala que si algún día el sector hortofrutícola quisiera hacer algo en la calle tendrían que partir haciendo un focus group con la gente que vende en la calle.
“Ellos son los primeros que te van a decir qué sí y qué no”, dice. “Como son tan sensibles a como se le mueve el negocio, saben exactamente cuánto comprar y qué tienen que llevar para el día”.
Dice que ellos tienen claro que hay ciertos lugares donde pueden vender sus productos. Por ejemplo en Chile saben donde vender sopaipillas y donde comercializar jugos recién exprimidos, fruta trozada o ensaladas.
“Hay un tema de segmentación. Imagínate carros que vendan fruta de acuerdo a la estación”, dice, en donde la idea detrás del concepto tendría que ser como consumidor darme el gusto de comer algo más saludable.
Destaca que la gente tiene claro de que la comida en la calle, en general, no es tan sana.
“Dado que la gente ya tiene cultura de comer en la calle, dado que la gente no desconfía de lo que se vende en la calle, dado que la gente aprecia por un montón de razones comer en la calle, uno puede vender cualquier cosa que esté alineado con lo que a la gente le gusta”.
“Hay gente que no está comiendo en la calle, que podría, porque no tiene esa oferta”.
Maribel nos ejemplifica como el sector frutícola podría potenciar la venta y consumo de fruta en las calles con su propia experiencia en China.
Durante el otoño Maribel pudo ver como se vendía castaña y camote asado en las calles. “A medida que entró la primavera llegó la piña. La misma persona que vendía el camote ahora vendía piña. Él la pelaba en el minuto y te la daba en una bolsa con un palito. Otros vendían frutillas ensartadas en un palo con o sin caramelo”.
“Otros más elaborados colocaban frutillas y kiwi. Los chinos comen muchas verduras y frutas, entonces la oferta que había en la calle era para ese público”.
“Todo lo que vendían estaba pensado para no mancharse las manos (…) Además la preparan ahí, entonces tú ves cuando pelaron la piña. Yo quiero esa piña, la persona la pela, la troza y te la da”.
“Los canales están, los hábitos están, lo que hay que hacer es agregar la oferta para todas aquellas personas que podrían comprar”.
Nos dice que a la fruta le falta el marketing de presentación, “de llegar y servir”, como se hace en otras partes del mundo, sobre todo pensando en la gran oferta frutícola que posee Chile.