Costa Rica: Promueven tecnología verde en cultivo de piña

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Costa Rica: Promueven tecnología verde en cultivo de piña

Plagas de moscas, terrenos desgastados, fuentes de agua inutilizables y trabajadores enfermos por contacto con plaguicidas o herbicidas son achacados a una actividad que en Costa Rica abarca al menos 45 000 hectáreas de sembradíos.

Pero desde hace dos años, los investigadores M.Sc. Oscar Acuña de la Universidad de Costa Rica (UCR), M.Sc. Fabio Chaverri de la Universidad Nacional (UNA) y M.Sc. Arnoldo Gadea del Instituto Tecnológico (TEC) desarrollan un programa de biocontroladores, que no son otra cosa más que hongos con características benéficas definidas por la naturaleza, identificadas para poder aprovecharlas y así combatir desde plagas de insectos hasta enfermedades en los cultivos.

Se trata de una iniciativa denominada Incubación de empresas de base tecnológica: producción y comercialización masiva de biocontroladores en la región Huetar Norte, la cual se nutre con fondos del Consejo Nacional de Rectores (Conare), mediante las Comisiones de Regionalización Interuniversitarias.

LABORATORIOS EN ACCIÓN

La aplicación de estas cepas de hongos en cultivos de piña logra frenar y erradicar enfermedades, revitalizar las raíces de las plantaciones, evitar la proliferación de moscas y disminuir el porcentaje de intoxicación o envenenamiento de los trabajadores de las fincas.

Acuña, coordinador del Programa de Agricultura Orgánica de la UCR, consideró que el monocultivo sembrado intensivamente y en grandes extensiones genera problemas ambientales, pues altera la biodiversidad y exige mucho a los suelos, esto sin mencionar las aplicaciones frecuentes de agroquímicos para asegurar una alta productividad del sembradío.

De ahí es que surgió la propuesta de producir biocontroladores, la cual se inició en los laboratorios de la UNA y del TEC, en donde se realizó la búsqueda y selección de las cepas y determinar si pueden combatir plagas de insectos o enfermedades de los cultivos.

La UCR trabaja en el monitoreo de la reproducción masiva y en el control de calidad del producto comercial. “Hacemos esta labor mediante procedimientos protocolizados de tal forma que garanticemos la calidad del insumo, especialmente porque hay gente inescrupulosa que busca aprovecharse ofreciendo insumos de pésima calidad”, explicó Acuña.

Las tres universidades realizan las evaluaciones en el campo para determinar la eficacia del producto y el objetivo final es extender el empleo de biocontroladores a todo el país.

Para la etapa de comercialización de estos productos, dichas instituciones  constituyeron una alianza con la empresa BioEco Natural S.A., dedicada a la elaboración de insumos biológicos, en cuyos laboratorios se completa la mezcla de los hongos con agentes adherentes y arroz como medio para que crezcan y mantengan sus propiedades.

La agrónoma Laura Rodríguez Solano, encargada del laboratorio de BioEco, indicó que en el caso de las plagas, la espora del hongo busca entrar al organismo para instalarse y crecer, después produce un shock nervioso en el insecto y en seis días este muere, replicando lo que sucede en la naturaleza, pues el hongo lo que hace es hallar un nicho en el cual vivir y desarrollarse.

Los tipos de hongos que se utilizan como biocontroladores son: Trichoderma, que actúa como fungicida para combatir de forma natural las enfermedades en los cultivos y es un promotor de crecimiento; Beauveria y Metarhizium son parasitadores de insectos y Paecilomyces es parasitador de nemátodos.

En el laboratorio se aísla el hongo y se multiplica y al final coloniza todo el arroz. “Una vez en el grano, el hongo se mantiene durante seis meses en óptimas condiciones, posterior a este tiempo la viabilidad y potencia del hongo disminuyen”, advirtió Rodríguez.

Finalmente, el hongo se diluye en agua estéril, se agrega a la premezcla un adherente, bacterias y un enraizador para ayudar a que las raíces se desarrollen y adquieran mejor los nutrientes, este caldo es el que se aplica en los cultivos. Después de preparada esta fórmula hay que utilizarla en un tiempo no mayor a 48 horas.

Las medidas de seguridad son mínimas en la aplicación del producto, en comparación con productos químicos, pues no existe riesgo alguno para la salud humana. Los beneficios de estos microorganismos se pueden utilizar en otros cultivos como arroz, melón, raíces y tubérculos, además de pasturas.

PROPUESTA DE CAMBIO

Para la Ing. Jessica Linares Orozco, coordinadora de Investigación y Desarrollo del Programa de Desarrollo Agroindustrial de la Zona Norte (Proagroin), el cual tendrá un módulo de producción de biocontroladores para darle servicio a sus asociados, es complicado todavía que los agricultores cambien y no empleen agroquímicos, pero basándose en los buenos resultados, los hongos cada vez ganan más espacio en el sector.

Proagroin se encarga de contactar a pequeños y medianos productores para ofrecer asistencia técnica, dentro de la cual ahora incluyen el uso de biocontroladores.

Según los datos existentes, hay unas 20 fincas en la zona norte que utilizan biocontroladores en lugares como Veracruz de Pital, San Rafael y Los Ángeles de Río Cuarto, La Virgen de Sarapiquí, Venecia, Los Chiles, Upala y Guatuso.

Gracias a dicha tecnología, los productores lecheros también han logrado mejorar su producción y reducir la dependencia a los agroquímicos. Alrededor de 30 fincas ya los aplican en sus pastizales.

Las universidades públicas trabajan en la elaboración de más cepas de hongos que actúen sobre otros tipos de cultivos, como por ejemplo el melón, que también hace un uso intensivo de agroquímicos.

Fuente: Semanario

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