Según el último balance sobre la temporada invernal, más de 110 mil hectáreas de cultivos han sido arrasadas este año por las aguas.

Colombia corre el riesgo de desabastecimiento alimentario si persisten las lluvias, que este año dejan 119 muertos, un millón 170 mil afectados y más de 100 mil hectáreas de cultivos arrasadas, alertaron hoy agricultores.

El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, dijo a periodistas que los daños en las cosechas son cuantiosos y que, en algunos casos, se espera el aumento en los precios de los alimentos por una disminución de la oferta.

El directivo advirtió sobre un incremento en el costo de las verduras, frutas, hortalizas y tubérculos para fines de noviembre debido a que muchos cultivos han sido cubiertos por las aguas.

Según los agricultores, a esa situación se suma el bloqueo por deslizamientos de un gran tramo de la red vial, lo que impide el transporte de productos desde las zonas de producción hasta los centros de expendio.

El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, admitió la semana pasada que las lluvias, las peores en cuatro décadas, impactaron a gran parte del país, lo que podría llevar a un aumento de los precios de los productos agrícolas.

"Algún alimento va a faltar en alguna localidad u otra. Hasta el momento no se sienten síntomas agudos de desabastecimiento, la situación está delicada y va a durar este invierno hasta fines de año”, apuntó.

Los productores de leche dejaron en claro que si las lluvias se extienden más allá de diciembre próximo se corre el riesgo de una escasez del producto debido a la pérdida de pastos por las inundaciones.

Según el último balance sobre la temporada invernal, más de 110 mil hectáreas de cultivos han sido arrasadas este año por las aguas en 549 municipios de 28 de los 32 departamentos colombianos.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, calificó la víspera como una "tragedia" los estragos causados por las lluvias y anunció que pedirá ayuda internacional para atender a los miles de damnificados.

Fuente: El Porvenir