La obtención del premio a la Cooperación Exportadora de Analdex y Proexport era un sueño que la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), venía acariciando desde hace años.

Para el presidente de Augura, Roberto Hoyos, este reconocimiento se debe, principalmente, a los esfuerzos que ha realizado esta organización tendientes a estrechar los lazos comerciales con la Unión Europea, un mercado que tradicionalmente había permanecido cerrado para los productores de la fruta en Colombia.

Dentro de los acuerdos que han facilitado su comercialización hacia el Viejo Continente estuvo la intensa labor de lobby adelantada ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Ginebra con la que se logró una reducción gradual del arancel de 176 euros a 114 euros, en un periodo de ocho años. La primera disminución llegó a los 153 euros.

Para lograr este tipo de acuerdos, el tema de la obtención de certificaciones como Global Gap y de Buenas Prácticas Agrícolas y Comercio Justo eran de capital importancia.

Por esta razón, buena parte de los esfuerzos de Augura se enfocaron en el apoyo de pequeños productores, propietarios de terrenos de entre una y tres hectáreas, para quienes el costo de ajustarse a los requisitos exigidos por la normativa internacional podría representarles cerca de 20 millones de pesos.

Dentro de este marco, se destacan los avances realizados en programas de responsabilidad social como el Proyecto Holanda, con una inversión compartida de 10.000 millones de pesos entre la Embajada de los Países Bajos y este sector productivo.

Hoyos explica que con esta iniciativa se vieron beneficiadas 10.000 familias, varias de ellas reinsertadas de los procesos de paz acordados con el EPL después de 1991.

Los resultados de este proyecto dejaron un total de 467 pequeños productores certificados en Globalgap y dentro de estos, fueron 115 los que obtuvieron la doble certificación Globalgap y Fairtrade.

Investigación, otro de sus frentes

A nivel de investigación, Augura ha desarrollado actividades para manejar y controlar la Sigatoka Negra, enfermedad que afecta todos los cultivos en Latinoamérica. A través de Cenibanano, su centro de investigaciones, desarrolla un componente tecnológico para el cultivo de esta fruta que permita su sostenibilidad y producción de alta calidad. Para lograrlo, ha utilizado su campo demostrativo y experimental y su programa de gestión social y ambiental, Banatura, que viene construyendo con los productores una nueva cultura basada en la adopción de mejores prácticas productivas.

Fuente: La República

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