Chacareros de diferentes ciudades del Alto Valle tiraron ayer 80.000 kilos de peras y manzanas a la vera de la Ruta 22 en señal de protesta por la difícil situación que aseguran estar atravesando. La medida generó polémica y fueron numerosas las voces que se alzaron en contra.

Los productores explicaron que resolvieron adoptar la metodología por no tener a quien venderle la fruta. En Cipolletti, la protesta se desarrolló entre el acceso a la Isla Jordán y la rotonda de las rutas 22 y 151. A lo largo de este trayecto se observaron, montículos de fruta separados por escasos metros.

La misma modalidad fue implementada en Fernández Oro, Allen, Villa Regina y Campo Grande.

Más allá de las críticas, los productores defendieron la metodología de protesta utilizada ayer al asegurar que si no tienen compradores, prefieren arrojar las frutas a la ruta y que las levanten quienes deseen consumirlas.

Y así fue. Decenas de vecinos que pasaban por el lugar, de manera circunstancial o anoticiados sobre lo que iba a ocurrir, aprovecharon la oportunidad. Algunos agarraron una o dos peras y otros llenaron los baúles de sus autos con la fruta.

“La crisis es terminal. Tenemos que pagar subas salariales a los cosechadores pero la fruta no tiene precio y nadie la quiere comprar”, explicaron referentes de la cámara que aglutina a los chacareros cipoleños.

Horacio “Gallo” Pierdominici, una de las voces cantantes del sector, aseguró que “a esta altura de la temporada ya estamos desesperados. Hoy vi productores llorando, que ya no saben qué hacer”. Lamentó que el Gobierno nacional no los atienda. “(Miguel) Pichetto habló mucho todo este tiempo, pero la verdad es que no hizo nada. El gobernador (Alberto Weretilneck) también tiene su parte de responsabilidad”, señaló.

Incidentes y un apuñalado

En medio de una feroz interna, el Sindicato de la Fruta acató la conciliación obligatoria para que se reactive la discusión salarial con la CAFI.

Tras el plenario, hubo graves incidentes frente a la sede del Ministerio de Trabajo, en General Roca, que derivaron en una lluvia de piedras, la rotura de vidrios de comercios y en un herido grave: un afiliado cipoleño fue apuñalado y debió ser operado de urgencia.

“Fuimos a dar la cara, a contarles lo que había resuelto el plenario, que fue acatar la conciliación para seguir negociando, porque aún no se aceptó la oferta salarial”, sostuvo Rubén López, secretario general del gremio. Cuando las columnas de manifestantes se desconcentraban, comenzaron a volar piedras y baldosas y un empacador fue herido a cuchillazos.

Fuente: La Mañana de Nequén