La Asociación de Productores y Exportadores de la Fresa y los Frutos Rojos de Huelva (Freshuelva) informó que la superficie total plantada en la provincia de Huelva corresponde a 11.243 hectáreas para la campaña 2023/2024, lo que representa un descenso del 4,75% respecto a las 11.802 hectáreas de berries plantadas en la temporada pasada.

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La industria de berries enfrentó altas temperaturas al principio de la fase de plantación y la tormenta Bernard que afectó a la provincia en mitad de los trabajos, provocando un retraso en las replantaciones a finales de noviembre. Sumado a las lluvias que vinieron a continuación, sin embargo, han contribuido a un correcto desarrollo del cultivo.

Arándanos

Freshuelva indicó que la superficie plantada de arándano se mantiene más o menos igual, con un leve incremento del 0,5%, pasando de las 3.602 hectáreas de la campaña pasada a las 3.610 en la actual. La diversidad de variedades permite tener producción en diciembre previo a las fiestas de fin de año y así poder ganar mercado a las producciones de Sudamérica.

El arándano se ha consolidado como el segundo berry, detrás de la fresa, a pesar de que enfrenta una gran competencia de otros países, la que se ve acentuada durante los meses de primavera.

Mora

En el caso del cultivo de la mora también se observa un incremento de un 7,5%, que se traduce en un incremento de 143 a 153 hectáreas plantadas. En el cultivo se han incorporado nuevas variedades que permiten tener producción con cualidades cada vez más apreciadas por el consumidor.

Frambuesas

Las frambuesas, presentan un decrecimiento para la presente campaña, totalizando 1.380 hectáreas, lo que representa una baja de un 21,5% ya que la temporada anterior llego a 1.762.

Freshuelva indicó que la superficie no está en producción al mismo tiempo, ya que la diversidad varietal permite recolectar en dos campañas, una en otoño y otra en primavera.

La asociación indicó que el sector de los frutos rojos afronta una nueva campaña plagada de incertidumbres y situaciones adversas, sobre todo, por la sequía persistente que azota todo el país y el imparable incremento de costes esenciales como la energía o los insumos. A todo ello se suma una climatología imprevisible que, de momento, ya ha afectado negativamente, especialmente a la frambuesa, en la fase de plantación.