El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) declaró emergencia fitosanitaria en Norte de Santander, Atlántico, Bolívar y Cundinamarca, con el fin de adelantar acciones que permitan combatir la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata) en estas zonas del país donde se han incrementado las poblaciones de la plaga.

El organismo detalló que los productores, comercializadores y/o exportadores de frutas de los departamento afectados por el insecto deberán implementar un plan de supresión de la plaga, el que tiene por objeto evitar la expansión de brotes dentro de estas áreas así como su dispersión hacia otras regiones del país.

El plan también incluye actividades de monitoreo a través de la instalación de trampas y manejo integrado de plagas, entre otras acciones.

El ICA también informó, que los productores de frutas de la provincia de Pamplona, en Norte de Santander, deberán inscribir obligatoriamente sus predios ante él, al tiempo que los transportadores que movilicen fruta podrán hacerlo siempre y cuando ésta esté sana y provenga de predios inscritos ante el Instituto.

“En el caso que un cultivo se encuentre afectado por esta mosca y no se cumplan las actividades enmarcadas en el plan de supresión, el predio podrá ser cuarentenado hasta que se compruebe su cumplimiento”, señaló el gerente general del ICA, Luis Humberto Martínez.

A nivel de zonas afectadas, en Norte de Santander la mosca del Mediterráneo afecta a cultivos como el durazno, fruta que es distribuida a otras zonas del país. En Pamplona, entre las especies frutícolas afectadas se encuentran la guayaba, feijoa y manzana, mientras que en el Atlántico y Bolívar la plaga se encuentra en zonas urbanas y suburbanas con altos niveles poblaciones, lo que hace vulnerable a otras regiones de departamentos contiguos que están libres del insecto.

Recientemente, y gracias a las labores de vigilancia y control del Instituto, la mosca fue detectada en los alrededores de la Central de abastos en la ciudad de Bogotá. Esto desplegó una fuerte investigación que permitió establecer que una de las fuentes de este brote llegó a través de la comercialización de duraznos infestados procedentes de Norte de Santander.

“La presencia de mosca del Mediterráneo en los alrededores de la central de abastos de Bogotá pone en riesgo la condición fitosanitaria de las áreas frutícolas del altiplano cundiboyacense, declarado hace poco como área de baja prevalencia de esta plaga, y para las cuales se generan protocolos de trabajo de exportación”, dijo el gerente del ICA.

“La mosca del Mediterráneo representa un riesgo para la admisibilidad de los productos en los mercados internacionales”, añadió.

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